Qué ver en Buñol

Buñol

¿Quieres descubrir qué ver en Buñol? Te diremos que esta localidad de la provincia de Valencia cuenta con una dilatada historia que se remonta a época musulmana. Sin embargo, la zona ha estado poblada desde el Paleolítico y el nombre de la villa parece romano.

Como resultado, te ofrece un amplio e interesante patrimonio monumental. Pero también está rodeado por un maravilloso entorno natural. Se encuentra en la comarca de la Hoya de Buñol, de la que es capital. En esta tienes sierras como la de Malacara, la de Chiva o la de Martés que están cubiertas por bosques de pino carrasco y que te ofrecen preciosas rutas de senderismo. Pero, sin más preámbulos, vamos a mostrarte qué ver en Buñol.

El castillo de Buñol

Castillo de Buñol

Interior del castillo de Buñol, con sus viviendas actuales

Probablemente, el gran símbolo de esta localidad levantina sea su castillo, uno de los mejor conservados de la Comunidad Valenciana. Fue edificado entre los siglos XI y XII, aunque se reformó en el XIV. Consta de dos partes unidas por un puente que salva el foso artificial.

La superior incluye la torre central y la plaza de armas en la que, curiosamente, todavía existen viviendas. En cuanto a la inferior, te ofrece aún más monumentos. En esta tienes la torre mayor, la antigua iglesia del Salvador, un palacio gótico, otro renacentista y dos museos. Se trata del Arqueológico y del Etnográfico.

Del palacio gótico se conserva una sala, la llamada «del Oscurico». En el siglo XVI fue ampliado con otra edificación de corte renacentista. Es el palacio de los Mercader y alberga, precisamente, el museo arqueológico que acabamos de mencionarte y la oficina de turismo. Por su parte, la iglesia del Salvador pertenece a la reforma del siglo XIV y consta de una sola nave cubierta por bóveda de cañón. También es sede del mencionado museo etnológico.

Finalmente, si sales del conjunto por la torre sur, accederás al barrio del Castillo, de origen musulmán y lleno de encanto. Es un placer pasear por sus calles medievales estrechas que desembocan en pequeñas plazas de paredes encaladas. Es un lugar tan bonito que ha servido de modelo a grandes pintores como Joaquín Sorolla.

Iglesia de San Pedro Apóstol

El castillo de Buñol

Vista panorámica del castillo de Buñol y de la iglesia del Salvador

Este precioso templo también debe figurar en tu ruta por lo que ver en Buñol. Fue construido en el siglo XVIII siguiendo los cánones del estilo neoclásico, aunque ha sufrido varias reformas. Ha sido catalogada como Bien de Relevancia Local por la Comunidad Valenciana y posee planta de cruz latina con tres naves. La central se organiza en cuatro tramos que albergan capillas laterales abiertas por arcos adornados con columnas de orden corintio. Asimismo, la corona un crucero con cúpula.

También las capillas están cubiertas por cúpulas gallonadas y en la central hay una hornacina con una talla policromada de San Pedro. Sin embargo, la figura más meritoria es otra, en este caso de San José, que se halla en la nave derecha y es obra de Ignacio Vergara. Por otra parte, en la sacristía se conserva una pila de mármol fechada en el siglo XVIII.

En cuanto al exterior del templo, el elemento más destacado es la portada, aunque no es la primitiva. Está flanqueada por dos pares de pilastras, igualmente corintias, sobre zócalo de las que parten columnas. Además, la corona un frontón de inspiración clásica.

Ermita de San Luis Beltrán

Ermita de San Luis

Ermita de San Luis Beltrán. uno de los monumentos que ver en Buñol

Fue construida en el siglo XVIII junto a la fuente de San Luis e, igualmente, es Bien de Relevancia Local. Presenta rasgos neogóticos y reemplazó a otra más antigua destruida por una inundación. En este caso, se trata de un pequeño templo de una sola nave con cúpula de bóveda de crucería. Y su altar guarda un pequeño retablo de cerámica con la imagen de San Luis Beltrán, patrono de Buñol.

Según la leyenda, en la localidad se paró a evangelizar y durmió en los alrededores del sitio donde se encuentra la capilla. Para su construcción se aprovechó la roca situada tras ella y presenta tejado a dos aguas y una espadaña que alberga la campana. La puerta es ojival y tiene sobre ella un pequeño rosetón. También conforman la fachada dos faroles y figuras de yeso pintadas.

La torre de telegrafía óptica y las ventas

Torre de Buñol

Torre de telegrafía óptica de Buñol

Ya en las afueras de la villa, encontrarás esta torre con fusileras que, actualmente, se halla en ruinas. Concretamente, se encuentra en el portillo de Buñol, en plena sierra de la Cabrera. Declarada Bien de Interés Cultural, su construcción se produjo a mediados del siglo XIX para servir como lugar de comunicaciones.

La telegrafía óptica fue un invento del XVIII para facilitar la transmisión de mensajes. Funcionaban de manera sencilla. A lo largo de una línea, se tendían varias torres de tal forma que desde cada una se veía la anterior. Esta transmitía una comunicación que era observada por la siguiente y así de forma sucesiva.

La de Buñol pertenecía a la línea de Madrid a Valencia y permitía que el mensaje llegara desde la primera torre hasta la última en tan solo treinta minutos. Todas tenían el mismo diseño arquitectónico. Eran cuadradas y con tres plantas. Asimismo, sus paredes estaban fortificadas para proteger las comunicaciones.

Por otra parte, a lo largo del término municipal de Buñol existen todavía hoy varias ventas que, en su tiempo, servían como parada de postas para diligencias. Entre ellas, puedes ver la de L’Home, que data del siglo XVII, así como las de Ferrer, Pilar, Ajo, Hortelano y Campanero.

El molino de Galán y otras muestras de arquitectura industrial y civil

Molino de Galán

Molino de Galán, que hoy alberga el Museo de la Tomatina

Entre lo que ver en Buñol, también hay varias construcciones que responden al pasado preindustrial de la localidad valenciana. La más famosa es el llamado molino de Galán, que fue edificado a principios del siglo XIX como instalación papelera. Sus características arquitectónicas pasan desapercibidas porque se trató de emular a las casas de la villa.

Ha sido rehabilitado y ahora sirve como espacio para distintas actividades. Cuenta con biblioteca, salas de exposiciones y de conferencias e instalaciones deportivas. Pero lo más singular de ella es el Museo de la Tomatina, festividad de la que te hablaremos más adelante.

Por otro lado, en Buñol hay varios edificios de gran belleza que responden a la arquitectura modernista. Es el caso del chalet que alberga el Conservatorio de Música de San Rafael, una preciosa construcción de inspiración clásica. Te diremos que Buñol tiene una gran tradición musical. Ya a finales del XIX existían dos agrupaciones de este tipo en la villa: la Sociedad Musical La Artística y el Centro Instructivo Musical La Armónica.

Tras muchas vicisitudes, la localidad cuenta hoy con dos bandas herederas de aquellas. A modo de anécdota, te contaremos que a los integrantes de la de La Armónica se les conoce como «los litros». Se debe a que solían compartir un litro de vinos tras ensayar. Por su parte, a los de La Artística se les llama «feos» porque su gran impulsor fue Francisco García «el Feo». No es casualidad que en 1989 la villa inaugurase un moderno auditorio de música. Para su construcción se aprovechó el corte de un cerro y esto le proporciona una magnífica acústica. Tiene capacidad para dos mil quinientas personas.

La Tomatina, imprescindible entre lo que ver en Buñol

Tomatina

Una edición de la Tomatina

Terminamos nuestro recorrido por la localidad valenciana hablándote de su fiesta más señera. Nos referimos a la famosa Tomatina, cuya popularidad ha traspasado las fronteras de España. Tanto es así que recibe visitantes de todo el mundo. Pero, además, ha aparecido en películas de Hollywood e incluso de su homólogo indio, Bollywood. Y se han creado réplicas de la fiesta en ciudades tan lejanas como Lamarque en Argentina, Boryeong en Corea del Sur o Quillón en Chile.

La Tomatina se celebra el último miércoles del mes de agosto dentro de las fiestas de la localidad. Como sabrás, consiste en que los participantes se arrojan tomates maduros unos a otros. Existen varias teorías sobre su origen. Pero la más aceptada lo remonta al año 1945. Se celebraba la fiesta de gigantes y cabezudos y un grupo de jóvenes quiso sumarse al cortejo, pero no les dejaron.

Entonces, comenzó una discusión entre ambos bandos que terminó en una pelea. Quiso la casualidad que cerca hubiera un puesto de venta de verduras. Como los que se enfrentaban no tenían otra cosa a mano, empezaron a lanzarse tomates hasta que llegó la policía para disolverlos. Sin embargo, la cosa no terminó ahí.

Al año siguiente, ambas facciones se volvieron a encontrar, pero, esta vez, ya traían los tomates de sus casas. Las autoridades, alarmadas, decidieron prohibir la incipiente fiesta. Y ello fue bastante para que, cada vez, tomara más fuerza. Finalmente, los gobernantes tuvieron que ceder y, ya en 1975, la sociedad de Los Clavarios de San Luis Beltrán se pusieron a la cabeza de la organización de los festejos. Estos sufrieron un aldabonazo en 2013, cuando la Tomatina apareció en el programa de televisión Informe Semanal. Ello multiplicó los asistentes y propició que se declarase Fiesta de Interés Turístico Internacional.

En conclusión, te hemos mostrado qué ver en Buñol y también cómo disfrutar de su famosa Tomatina. Pero, ya que viajas a la provincia de Valencia, también deberías conocer Bocairent, Gandía y otras preciosas localidades que se encuentran a lo largo y ancho de sus tierras. Todo ello, sin olvidar, por supuesto, la propia capital, con maravillas como su catedral gótica, las Torres de Serranos y de Quart o el Oceanográfico. Anímate a descubrir todo lo que te ofrece esta provincia levantina.


Sé el primero en comentar

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*