Que ver en Dinant, Bélgica

Dinant es una encantadora ciudad belga que está cerca de la frontera con Francia. Si este verano tienes ganas de pasear por encantadores rincones europeos entonces Bélgica puede ser tu destino y aquí, Dinant.

Costa sobre el río, una cueva fantástica, tal vez una de la más hermosas de Europa, cuna del saxofón, una catedral gótica, una pintoresca ciudadela con vistas al valle y una genial gastronomía concentran lo más importante de la oferta turística que ofrece Dinant. Descubramos todo esto juntos.

Dinant, la hija del Mosa

Está en la provincia belga de Namur a orillas del río Mosa, por eso es que recibe el nombre de Hija del Mosa. Namur es una de las cinco provincias de Valonia, región de Bégica donde habitan tres millones y medio de personas, más del 30 % de la población nacional. Valonia se crea a raíz de un movimiento político regional que quiere el reconocimiento de las particularidades de esta parte del país y que lo logra en 1970.

Pero en verdad esta parte de Bélgica tiene miles de años de historia. Fue romanizada bajo la mano de Julio César y debido a su posterior manejo del hierro el tiempo convirtió a sus habitantes en especialistas en la industria del hierro y el acero. La nueva Valonia data del siglo XIX y es protagonista de disputas y divisiones de tinte nacionalista que cobrarían más fuerza en las dos guerras mundiales. La estabilidad y unidad nacional se alcanzaría recién hace cuarenta años.

Dinant, se pronuncia algo así como Di-na, está ubicada a unos 90 kilómetros de Bruselas  y a 30 kilómetros de la capital de la provincia, la propia ciudad de Namur. Descansa en un valle de lados rocosos empinados que miran al río y los primeros habitantes se apostaron en la costa para luego empezar a moverse hacia el interior creando así, con los siglos, una ciudad delgada todo a lo largo del río.

Dinant tiene hoy en día una isla que fue creada en el siglo XIX cuando se rellenó un brazo del río. la isla se llama Île des Batteurs, y está unida a la ciudad por un terraplén. Si bien la región tiene un lazo importante con el hierro  la propia ciudad es especialista en trabajar el bronce, además, se ha dedicado a la agricultura y a la extracción de piedra caliza y mármol negro, por ejemplo.

Qué visitar en Dinant

La Catedral de Nuestra Señora de Dinant es un templo de estilo gótico del siglo XIII que se construyó para reemplazar una iglesia romanesca anterior que había colapsado en 1228. Hoy solo queda de ella la puerta norte.

Es una iglesia grande que domina el perfil urbano de la ciudad desde entonces y hoy hay visitas guiadas por su interior porque desde adentro los vitrales coloridos se pueden admirar mucho mejor. Fue reparada y reconstruida varias veces y por supuesto, después de las dos guerras mundiales también. La visita debe comenzar por la plaza exterior para observar las características góticas desde afuera, sus torres y sus ventanas, especialmente la torre bulbosa más grande que es una adición del siglo XVI.

Dentro brilla el barroco, en el cielorraso, en sus columnas y en sus pinturas hechas por Antoine Wiertz en el siglo XIX, artista oriundo de la misma ciudad. La pintura se llama Nos encontraremos de nuevo en el cielo y es una obra dedicada a sus padres. También están los vitrales coloridos, algunos de tinte religioso y otros mas geométricos. Delante está el altar principal profusamente dorado con una cruz enorme de la que cuelga Jesús crucificado.

No dejes el templo sin pasar por la fuente bautismal del siglo XV y el púlpito del siglo XVIII hecho con un metal producido exclusivamente en Dinant a fines de la Edad Media y llamado dinanderie. De la catedral estás a pocos pasos de empezar a subir para conocer la ciudadela y disfrutar de las fantásticas vistas que ofrece.

Desde la ciudadela se ve el valle y sus alrededores. Para llegar tienes que subir 408 escalones hasta la cima pero si no quieres caminar tanto puedes tomar el cablecarril o si tienes coche utilizarlo para subir. De cualquier manera se paga entrada para ingresar a la ciudadela y el ticket cuesta 8, 50 euros pero brinda acceso a la fortaleza y sus corredores. No es que sea la  mar de interesante pero ya que estás allí yo no lo desaprovecharía.

La ciudadela fue construida en el siglo XI para tener control del valle y en los siglos siguientes fue ampliada y reconstruida. En 1703 los franceses la destruyeron y esta versión de la misma es posterior, de comienzos del siglo XIX cuando existía el Reino Unido Neerlandés. Junto con las ciudadelas de Namur, Liège y Huy forma parte de las llamadas Ciudadelas de Meuse.

Al comienzo dije en Dinant está una de las cuevas más hermosas de Europa y por supuesto la mas hermosa de Bélgica. La Cueva La Merveilleuse fue descubierta en 1904 y es maravillosa por la claridad y belleza de sus cascadas y estalactitas. La cueva está a pasos del centro, unos 10 minutos nada más, y hay visitas guiadas por su interior que te llevan unos 40 metros bajo tierra y duran una hora. La entrada a las cuevas cuestan 9 euros y dentro hace frío, en promedio siempre hay 13 ºC, así que lleva abrigo.

También hablamos de que Dinant es la cuna del saxofón y así es pues en Dinant nació su inventor, Adolphe Sax, un hombre que nació y murió en el siglo XIX y era fabricante de instrumentos musicales. Era un tipo curioso que probaba los instrumentos y si algo no le cerraba los perfeccionaba. Era enérgico, optimista y un inventor de pura cepa que logra tener un taller importante en París. Allí le da vida al saxofón, entre otros instrumentos de la misma familia.

El saxofón otorga un timbre nuevo en el mundo de la música y no lo hace con madera sino con cobre: tiene forma de cono parabólico y se toca con caña. Sax logra patentar su invento cuatro años más tarde, en 1846, atravesando antes y después muchas controversias, envidias y desengaños. Murió el 7 de febrero de 1894 y su tumba está en el cementerio de Montmartre pero la ciudad de Dinant le brinda homenaje todo el tiempo pues hay distribuidos 28 saxofones enormes, uno por cada estado miembro de la Unión Europea.

Ya lo sabes entonces, Dinant te espera.


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