Qué ver en Évora

Portugal es un país pequeño y hermoso así que seguimos conociendo algunos de sus mejores rincones. Hoy le toca el turno a Évora, una ciudad que forma parte de un selecto grupo: es una de las ciudades más antiguas de Europa.

Évora tiene su centro histórico Patrimonio de la Humanidad desde 1986, así que puedes darte una idea de lo que vas a encontrar si decides darte una vuelta este verano. Entonces, ¿qué te parece si vemos qué hay que ver en Évora?

Évora

¿Dónde está esta pequeña ciudad de poco más de 50 mil habitantes? Se encuentra en la región de Alentejo, en la zona centro sur del país, una zona con clima mediterráneo que permite, por ejemplo, el cultivo del alcornoque, el árbol que produce el corcho. Portugal, dicho sea de paso, es el mayor productor a nivel mundial y se lleva algo así como el 70%.

Évora está a poco más de 300 kilómetros de Oporto y a solo 132 de Lisboa, la capital del país. Si estás del lado español dista 290 kilómetros de Sevilla y 500 de Madrid. No es nada difícil llegar y por su ubicación misma es que tiene muchos siglos de historia. Esos siglos, precisamente, es lo que le han dotado de tantos tesoros culturales, tanto romanos como medievales.

En épocas romanas, por ejemplo, tuvo un gran crecimiento y  mejoramiento urbano del que sobrevive el templo romano probablemente dedicado al emperador y las ruinas de los típicos baños públicos antiguos. También, se pueden visitar los restos de una villa romana, hoy dentro de una parroquia. Lamentablemente, esto es lo único que ha quedado de aquellos lejanos años de esplendor. Después llegarían los tiempos visigodos y moriscos que también dejaron sus huellas.

De los romanos entonces puedes ver las ruinas del templo que han quedado en la Plaza Conde Vila Flor, en el centro de la ciudad, que datan del siglo I. Un grupito de columnas llamativo y que permite entrever de qué templo se trataba. También están los restos de los baños o termas del siglo III y partes de la vieja muralla, que no tiene que ver con la muralla medieval y posterior.

Así, sobre las ruinas romanas los musulmanes, por ejemplo, le dieron forma a una mezquita y a un alcázar. Cuando los musulmanes fueron expulsados empezó otra etapa de crecimiento y aquí empezaron a aparecer los edificios medievales que vemos hoy por todas partes: la Catedral de Évora, el ayuntamiento y un grupo de palacios nobles. Veamos:

La Catedral de Évora se llama Catedral Basílica de Nuestra Señora de la Asunción y su construcción comenzó tras la reconquista de la ciudad en 1186. Es un edificio entre el estilo románico y gótico que a través de los siglos ha sufrido muchos cambios. La fachada es de granito rosa, con columnas coronadas por estatuas de apóstoles en mármol que datan del siglo XIV, una ventana gótica sobre el nártex que brinda luz al interior y un alto chapitel.

El templo tiene forma de cruz latina, con tres naves y un piso superior al que se accede mediante una escalera caracol preciosa y desde el cual las vistas son estupendas. Parece sacada de un cuento de hadas. Otro edificio religioso es la Iglesia de San Francisco, de estilo gótico-manuelino, que data de los siglos XV y XVI. Se dice que esta iglesia fue la primera casa de la Orden de San Francisco en el país.

La iglesia tiene almenas y torres y dentro diez capillas laterales con retablos dorados y bellos trabajos en estuco. En la capilla mayor hoy hay un retablo en mármol y en distintas capillas verás otros tesoros. No puedes irte sin visitar la llamada Capilla de los huesos, construida en el siglo XVI, construida por un monje que quería transmitir que la vida era efímera (nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos, dice allí, un poco lúgubremente). Obvio, hay huesos por todas partes.

Con respecto a los palacios de la aristocracia local sobresale el Palacio de Don Manuel o antiguo Palacio Real de San Francisco, construido por Alfonso V pero habitado por varios monarcas a o largo del tiempo hasta que se destruyó a fines del siglo XIX. Parece que era todo un palacio aunque hoy solo queda la llamada Galeria das Damas, de estilo manuelino: un edificio rectangular, con habitaciones azulejadas y con balcones de hierro forjado, un torreón de dos pisos y una sala de estilo mudéjar.

Aquí fue donde Vasco da Gama aceptó comandar la flota en busca de la ruta marítima a India. Otro palacio es el Palacio de los Duques de Cadaval, también está el Palacio de los Condes de Basto y lo bueno es que todos están abiertos al público porque se han convertido en museos. Otro rincón de Évora es el Acueducto Água de Prata del siglo XVI y que recorre unos impresionantes 9 kilómetros.

Yendo mucho más atrás en el tiempo incluso puedes moverte por los alrededores y conocer el Menhir de los Almendres o el Crómlech de los Almendres, ambos integrantes del Circuito Megalítico de Évora. No dejes fuera del paseo el Museo de Évora, con su colección de arte y arqueología de la ciudad o el muy interesante fórum de la Fundación Eugenio de Almeida. Por otro lado está el Museo de Arte Sacro de la mismísima catedral, el Museo de Carruajes o el Centro de Artes Tradicionales.

Évora y Alentejo se caracterizan por los utensilios fabricados en barro, corcho, cuero, hierro o cuerno, en azulejos, en lozas, bordados o tapices. Entonces puedes ver todo esto en ese centro, en las tiendas y en el Museo de Artesanía y Diseño.

Finalmente, antes de emprender el regreso, ¿por qué no haces un paseo en vuelo aerostático, una caminata por la naturaleza o un paseito por el hermoso Jardín Público de Évora para contemplar las Murallas de Évora bajo el color de las flores?


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