Qué ver en Malta en 3 días

Descubrí Malta hace mucho tiempo, en mi infancia, leyendo sobre construcciones extrañas y antiguas, mucho antes de que sus otras bellezas completaran mi mapa sobre esta pintoresca y atractiva isla del Mediterráneo.

Es una isla pequeña y un imán poderoso para viajeros curiosos y turistas con ganas de disfrutar. Por eso hoy, veamos qué ver en Malta en 3 días. Es poco tiempo, pero un gran desafío.

Malta

Malta es una isla pequeña y compacta, de tan solo 27 por 14 kilómetros, pero muy poblada. Está al norte de Libia y al sur de Italia, en una posición realmente buena para la conquista y el comercio.

Los humanos llegaron en la Edad de Piedra, alrededor de 5 mil años a.C, y los arqueólogos adjudican a ellos la construcción de los templos megalíticos que hoy nos maravillan. Después llegarían los fenicios y más adelante los griegos. Cartago y Roma siguen en la lista, en la Edad Media tenemos un breve paso de los bizantinos hasta la llegada antes del año 1000 de los árabes y después de ellos, los normandos.

En el siglo XI la isla pasó a manos de la Corona de Aragón y dos siglos después fue cedida en arriendo a los famosos Caballos Hospitalarios, al ser estos expulsados de Rodas por Solimán el Magnífico. Esos caballeros pasaron a llamarse Orden de Malta. Ellos fueron los encargados de defender la isla del ataque otomano en 1565, deteniendo un peligro que sería neutralizado por fin con la victoria aliada de la Batalla de Lepanto.

El control de la Orden de Malta terminó con la llegada de los franceses, de la mano de Napoleón, en 1798. Llevó adelante grandes cambios en la administración de la isla, pero los ingleses llegaron poco después, expulsándolo, así que Malta pasó a ser un protectorado británico. Desde entonces fue base de la flota imperial y en tiempos de la Segunda Guerra tuvo gran importancia. Malta se independizó de Gran Bretaña en 1964, pero la presencia y el control británicos recién desaparecieron de facto en 1979. Desde 2004 forma parte de la Unión Europea.

¿Cómo es la isla? Está la isla de Malta, la más grande y habitada, y le siguen las islas de Gozo y Comino, más otras islitas e islotes. Goza de solo dos estaciones, invierno húmedos y veranos muy secos, y costas con excelentes puertos naturales.

Que ver en Malta en 3 días

El día 1 los vamos a dedicar a recorrer y conocer Valletta, la primera ciudad europea planificada. Es Patrimonio Mundial y abunda en monumentos históricos. Fue construida en el siglo XVII y si ves un mapa verás un puñado de callecitas apretadas en una estrecha península donde no abunda el espacio. La arquitectura no ha sufrido muchos cambios con el tiempo así que es maravillosa.

Aquí en Valletta hay que conocer la Catedral de San Juan. Fue diseñada por Gerolamo Cassar y construida entre 1573 y 1578, sobre el lugar donde los Caballeros de Malta hacían su oración grupal. El interior está cómo lucía en el siglo XVII, hermoso, a pesar de la simpleza de su fachada externa. Su tesoro es la enorme pintura de Juan el Bautista, de Caravggio.

La catedral tiene una nave larga y en cada muro y columna hay una rica ornamentación, así que parece que dentro estuviera todo cubierto con brocado dorado. El piso tiene un patchwork de mármol blanco, son lápidas de tumbas, y también en los techos hay pinturas de Mattia Preti con eventos de la vida de San Juan bautista. El Oratorio tiene a su vez dos pinturas más del genial Caravaggio. Grandes obras de remodelación de hicieron hace algunos años y se esperaba reabrir el templo en 2020, para exponer tapices flamencos del siglo XVII, por ejemplo.

Otro edificio importante es el Palacio del Gran Maestre, alguna vez la residencia de la cabeza de la Orden de los Caballeros de San Juan. Desde la independencia de la isla hasta 2015 fue además la sede parlamentaria, pero ahora el parlamento funciona en un edificio nuevo. Una visita que no puede faltar es a la sala de armaduras que hoy funciona en los establos. Originalmente las armas y armaduras de los caballeros se almacenaban en la Armería del palacio y cuando un caballero moría su equipo pasaba a manos de la Orden.

Así, la colección comprende elementos de entre el siglo XVI y XVIII: 500 armaduras de un total original de 25 mil que se perdieron entre la invasión de Napoleón y la ocupación británica. Pero no te pierdas la armadura turca de Sipahi, la de Alof de Wignacourt y una armadura reforzada para combatir balas, pistolas, mosquetes, espadas…

Tampoco dejes de visitas los Apartamentos Oficiales, cinco habitaciones abiertas al público con otras exhibiciones, el Corredor de la Armería, con pinturas de batallas navales y retratos de varios Gran Maestres, gobelinos del siglo XVII, exóticos en sus dibujos con elefantes, avestruces, rinocerontes, cebras y flamencos. En realidad, cada sala tiene mil tesoros.

Otro edificio para no perderse en el Museo Nacional de Arqueología, diseñado por Renzo Piano. Aquí verás los tesoros arqueológicos más importantes de la isla. La Dama Dormida, encontrada en el Hypogeum, con mas o menos cinco mil de antigüedad, las Mujeres Gordas, la Venus de Malta, frisos de los Templos Tarxien, vasijas de la Edad de Bronce, joyas, información sobre los misteriosos rieles que se ven por los suelos de toda la isla.

Esto puede llevarte todo un día. ¿Qué hacer en el día 2 en Malta? Pues cruzar el puerto en taxi acuático e ir a visitar las llamadas Tres Ciudades, el Hypogeum y los Templos Tarxien. Desde Valletta cruzar las aguas y llegas a las ciudades fortificadas de Vittorisa, Senglea y  Cospicua.

Los taxis acuáticos más pintorescos son los de madera, los dghajsa. La ciudad mas interesante es Vittorisa, un laberinto de callecitas con el palacio del Inquisidor, el Museo Bélico y un puñado de encantadores y recomendables restaurantes para detenerse a almorzar. También puedes visitar el Fuerte San Angelo, los cuarteles generales de la flota británica desde 1912 a 1979.

También cerca de estas tres ciudades está el Hypogeum. ¡Qué maravilla! Se trata de una necrópolis subterránea que fue descubierta durante unas obras en 1902. Es un entramado de salas, cámaras y pasajes tallados en la misma roca. Ocupa unos 500 metros cuadrados y se cree que tiene una antigüedad de entre 3600 y 300 a.C. Tal vez se han enterrados unas 7 mil personas. La visita requiere reserva y la misma la puedes hacer hasta tres meses antes de la visita.

Se permiten solo grupos de diez personas por turno, y hay ocho turnos por día, ya que la respiración de los visitantes dañó el lugar y éste tuvo que ser cerrado y reparado hace algunos años. Antes de la visita se proyecta un vídeo de 20 minutos. Los niños menores de 6 años no pueden hacer esta visita. La visita en el tiempo se completa con un paseo por los Templos Tarxien, a pocos metros de distancia.

Se trata de estructuras megalíticas que se excavaron en 1914 y se cree datan de entre 3600 y 2500 años a.C. Son cuatro estructuras unidas, construidas con bloques de piedra masivos de mas de tres metros por un metro de tamaño. Están decorados con patrones espiralados y relieves de animales. En 2015 se hicieron algunas obras y se agregó un centro de visitantes y un techo para proteger el lugar.

Finalmente, en el día 3 en Malta le toca el turno a la ciudad amurallada de Mdina y las catacumbas en Rabat. Mdina es una ciudadela árabe construida colina arriba, con edificios palaciegos escondidos tras simples puertas. Es un sitio super tradicional, parece suspendido en el tiempo, e ideal para comer comida típica de Malta.

Y a las afueras de Mdina está Rabat, un suburbio pequeño por fuera de la fortificada ciudad árabe. Rabat tiene una villa romana sorprendente, excavada a la perfección, y un conjunto de catacumbas que no puedes dejar de visitar.  La escena culinaria sigue aquí siendo muy recomendable.

Hasta aquí entonces con lo que puedes ver en Malta en 3 días. Claro que la isla ofrece muchísimo más. Hay que visitar Comino y Gonzo, por supuesto, pero en verdad tres días no es mucho tiempo. Valen para hacer un vistazo y quedarse con ganas de regresar.

Sea el tiempo que sea lo que no puedes dejar de visitar en el pasado megalítico de Malta. Yo no se si creerle a los arqueólogos, en verdad, resulta simplemente muy extraño y maravilloso, pero hay que ir para sacar las propias conclusiones. ¡Buen viaje!


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