Qué ver en Okinawa

Un viaje completo a Japón no puede pensarse sin conocer Okinawa. Es una de las prefecturas que componen el país pero está a unas tres horas y pico en avión desde Tokio, más cerca de Taiwán que de las islas principales de Japón.

Okinawa es un destino tropical de mares turquesas y playas de arenas blancas, pero al mismo tiempo pesan sobre sus espaldas trágicas historias de la Segunda Guerra Mundial y una gran emigración tras el conflicto. Hoy, en Actualidad Viajes, qué ver en Okinawa.

Okinawa

Alguna vez fue el Reino de Kyukyu, un reino independiente que en algún momento del siglo XVII pagaba tributo al emperador chino, pero en 1609 comenzó la conquista japonesa así que el tributo pasó de manos y fue en tiempos del emperador Meiji, a fines del siglo XIX, que Japón las anexó a sus dominios de forma oficial. Obviamente China no quiso saber nada pero con Estados Unidos como mediador, ¿qué piensas que iba a pasar? Se terminó el reino y Okinawa y el resto de las islas pasaron a ser japonesas.

Después de la guerra, que para esta región insular fue terriblemente dura, los Estados Unidos pasó a administrar todo y fueron entregadas al gobierno japonés en distintos momentos. El traspaso total recién ocurriría en los años ’70, aunque todavía hoy hay bases estadounidenses que los okinawenses siguen rechazando.

Qué ver en Okinawa

Primero hay que decir que es un archipiélago y que hay varias islas para conocer, pero que está la isla de Okinawa misma, que es la más grande y la más poblada de la prefectura, además de ser el centro del transporte.

La capital de la prefectura es la ciudad de Naha y es donde se ubican las bases estadounidenses. La parte mas urbanizada de la ciudad está en el centro de la isla pero el extremo sur sigue siendo bastante agreste y menos poblado, mientras la zona norte conserva las colinas forestadas y algunas aldeas de pescadores.

Estuve por allí en 2019, en mi último viaje a Japón pre pandemia, y debo decir que la ciudad de Naha no me gustó mucho.  Salvo la calle principal no hay mucho para ver y si te mueves un poco en autobús, buscando payas cercanas, ves que la ciudad es algo triste y no está en tan buenas condiciones como las que uno ve en Japón central.

Nosotros llegamos en avión desde el Aeropuerto de Haneda y desde el aeropuerto local tomamos el monorail que aunque no hace un gran recorrido te acerca a los puntos más importantes del centro de Naha. Nuestro hotel estaba a unos 400 metros de una estación y aunque pensamos que las tiendas estaban cerradas por ser fin de semana, no, permanecieron así todos los días que nos quedamos así que parecía un sector fantasma más que una ciudad viva.

Buscamos un hotel que estuviera cerca de la avenida principal, la Kokusaidori o Calle Internacional, como sería la traducción. Tiene apena dos kilómetros de largo y cruza el centro de Naha comenzando más o menos en la estación de autobuses central y el ayuntamiento.

Tiene de ambos lados tiendas de todo tipo, bares, hoteles y restaurantes, todo en un estilo de ciudad de playa. También se abren algunas enormes y amplias galerías techadas repletas de tiendas que a su vez se abren en varias ramas más, y allí dentro te puedes perder un rato buscando gangas o escapando del sol: Mutsumidori y Hondori.

Y es que si vas a Naha en verano te vas a morir de calor. Literalmente, Nosotros fuimos pensando en el mar pero hace un calor tremendo. También fuimos buscando noche pero realmente hay muy poca. Pensamos que por ser un clima tropical íbamos a encontrarnos con tiendas y restaurantes abiertos hasta más tarde pero no, cierra todo temprano y a la medianoche ya te puedes ir a dormir.

Realmente la movida se concentra en 200 o 300 metros, no mucho más, la «vida» comienza a decaer cuanto más caminas y aunque hay construcciones comerciales nuevas parece que las tiendas son las mismas que en los años ’70 u ’80. En las tardes, cuando la gente regresa ya de las excursiones y la playa, hay más gente y es el momento de las compras de regalos o de tomarse un helado. la marca local más popular es Blue Seal y es muy sabroso. También puedes probar la carne local, hay muchas barbacoas que la promocionan.

Sin lugar a dudas lo mejor que ofrece en materia turística la isla mayor es el Acuario Churaumi, es el mejor acuario del país y después de permanecer cerrado muchos meses por el corona virus abrió de nuevo en octubre pasado. El lugar data de los años ’70, pero en el 2002 fue totalmente rediseñado. ¿Qué es lo mejor? El enorme tanque Kuroshio, uno de los mas grandes del mundo. Se llama así por la corriente Kuroshio que es la responsable de la hermosa variedad de flora y fauna marina de las islas.

Dentro del tanque hay mucha variedad de especies, incluidos tiburones ballena y mantarrayas. ¡Hermoso! El acuario tiene tres plantas, con la entrada en el tercer piso y la salida en el primero. Hay una piscina donde puedes tocar peces y ver una exhibición hermosa de corales vivos. La ruta que propone el lugar te lleva al Tanque Kuroshio y es aquí donde te quedas la mayor parte de la visita pues las vistas son estupendas y con suerte puedes ver como se alimenta a los peces. También hay un teatro-cine con una proyección sobre la vida marina de las islas.

La verdad es que el tanque es lo mejo del acuario, pero si te gusta la vida marina lo demás tampoco te defraudará. No faltan las piscinas al aire libre con delfines, tortugas marinas y manatíes. ¿Cómo llegas hasta aquí? Lo mejor es alquilar un coche e ir por tu cuenta porque está a 90 kilómetros del centro de Naha, pero también puedes ir en autobús, usando el Okinawa Airport Shuttle o el Yanbaru Express o el autobús 117. La entrada cuesta 1880 yenes.

A mí me gusta mucho la historia y una de las cosas que siempre me atrajeron de Japón es su historia invasora y su participación en la Segunda Guerra Mundial, así que mis intereses van por ese lado. Entonces, visité el Memorial de Guerra. Okianawa fue escenario de las batallas más sangrientas de la llamada Guerra del Pacífico y se estima que alrededor de 200 mil personas, la mitad civiles, mas 12.500 estadounidenses, murieron en los enfrentamientos que duraron de abril a junio del ’45.

El recuerdo de la guerra es pesado y siempre está presente así que hay museos, memoriales y monumentos por todos lados. De hecho, el emperador tardó bastante tiempo en poder pisar la isla porque la gente no quería ni verlo. El memorial principal es el Parque Memorial de la Paz que está en el extremo sur de la isla, con el museo que proporciona una visión de la guerra y de la batalla propiamente dicha.

También hay una colección numerosa de placas de piedra con el nombre de los soldados y civiles caídos, entre los que hay taiwaneses y coreanos que eran trabajadores forzados o esclavos de los japoneses. A unos pocos kilómetros está el Monumento Himeyuri que recuerda a las estudiantes de secundaria que trabajaron en el ejército, en hospitales excavados en la roca de las colinas en condiciones espantosas y quienes, en su gran mayoría, murieron.

En este sentido recomiendo muchísimo visitar los Cuarteles Subterráneos de la Armada Japonesa. Puedes llegar en autobús, tomándolo en la Terminal de Autobuses de Naha. Este lugar está bajo tierra y consiste en una red de túneles de varios metros, con pasajes, escaleras y habitaciones de distintos tamaños, que sirvieron como el cuartel general de la armada japonesa durante la guerra.

Verás el espacio donde estaba el generador de energía, otros donde funcionaban oficinas, escaleritas que unen corredores a distintas alturas y un cuarto cuyos muros conservan las huellas de la metralla con la que algunos soldados decidieron quitarse la vida ante la inminencia de la derrota. Es realmente movilizador caminar por aquí. Nosotros tuvimos suerte y eramos solo cuatro personas las que nos cruzábamos en el recorrido. No hacía calor para nada, pero no podíamos dejar de imaginar cómo habían convivido cientos de soldados en aquellos apretados corredores.

La entrada cuesta 600 yenes y abre todos los días de 9 am a 5 pm. Vale la pena. Otro sitio que es clásico en Okinawa es el Castillo Shuri. Lamentablemente se incendió poco después de nuestra visita, en octubre de 2019, pero hay planes de que la reconstrucción termine en el 2026. Mientras tanto puedes ir y ver cómo se trabaja en el lugar. Lamentablemente eso sucede mucho con las construcciones históricas de Japón, son de madera y piedra, así que es muy difícil dar con un edificio original y realmente antiguo.

Shuri es el nombre de la capital original del Reino de Ryuku y el castillo esta en la lista de la UNESCO de Patrimonio Mundial. Otro castillo en ruinas es el Castillo Nakagusuku y también están los Jardines Shikinaen, que eran los jardines reales o Tamaudun, el mausoleo real. Para conocer la cultura local puedes visitar Okinawa World o Ryukyu Mura. Si te gusta el arte está el Museo de la Prefectura de Okinawa, si te gusta la cerámica puedes pasear y hacer compras por el Distrito Tsuboya.

American Village es un centro comercial cerca de las bases estadounidenses, pero si no estas en Okinawa para ver americanos mejor ni lo visites. Si te gusta el ananá te cuento que Okianawa tiene plantaciones  de esta fruta y es un gran productor. ¡Son super dulces y jugosas! El Nago Pineapple Park es lo más. Y como sabes bien, los japoneses son grandes bebedores de cerveza y la marca local es Orion. Puedes incluso visitar la destilería en un tour muy divertido.

La verdad es que lo mejor que puedes hacer en la isla principal de Okinawa es hospedarte en Naha, darle un par de días a la ciudad y alquilar un coche para recorrer la isla, si es que no estás de paso a alguna otra isla más tropical. Con el coche tienes libertad de movimiento y puedes irte a las islitas que están unidas con puentes y que son muy bonitas. En nuestro caso tomamos un avión rumbo a Miyakoshima, una islita preciosa y tropical donde pasamos cinco días estupendos… con muchísimo calor.


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