Qué ver en Praga en cuatro días

Praga

Planificar qué ver en Praga en cuatro días no es sencillo. La ciudad checa alberga tal cantidad de monumentos y lugares bonitos que necesitarías más tiempo para conocerla bien. No obstante, si te organizas, es un plazo que te permitirá disfrutar de los más importantes.

Por su belleza, se halla entre las veinte ciudades que más turistas reciben en el mundo. No en balde, su casco histórico está catalogado como Patrimonio de la Humanidad y es uno de los núcleos culturales más relevantes de Europa Central. No es casualidad que el poeta praguense Rainer María Rilke calificara su ciudad como «un poema épico de la arquitectura». Por todo esto, vamos a mostrarte qué ver en Praga en cuatro días.

Primer día en Praga

Castillo de Praga

Castillo de Praga y catedral de San Vito

Te proponemos que comiences tu visita a la ciudad checa en su magnífico castillo, uno de sus símbolos. Se trata de una fortaleza del siglo IX que está considerada la más grande del mundo en su género. Tiene unas dimensiones de 570 metros de longitud por 130 de anchura media. Lo encontrarás en el distrito de Hradcany, que es el más antiguo de la ciudad. Pero, aparte de su valor monumental intrínseco, el castillo tiene importancia porque alberga otros monumentos. Así, el antiguo Palacio Real, la basílica de San Jorge o el Callejón del Oro, con sus peculiares casas pequeñas decoradas con vivos colores.

No obstante, quizá la maravilla más espectacular que encontrarás en el castillo es la catedral de San Vito, una joya de la arquitectura gótica. Su construcción se inició a mediados del siglo XIV, aunque no se terminó completamente hasta el XIX.

Exteriormente, destaca su fachada sur, donde puedes ver la famosa Puerta Dorada, cuyo nombre se debe a los mosaicos de ese tono que posee y que se deben al veneciano Niccoletto Semitecolo. También debes fijarte en la gran torre de casi cien metros de altura que está coronada por una cúpula renacentista. E, igualmente, destaca la fachada oeste, neogótica y que cuenta con catorce estatuas.

Palacio Cernín

El palacio Cernín

En cuanto al interior, te recomendamos que te fijes en el Panteón Real, el altar mayor y la capilla de San Wenceslao. Pero, sobre todo, alberga las joyas de la corona checa y una espectacular biblioteca. Tampoco puedes perderte sus impresionantes vitrales policromados.

Por otra parte, aprovecha el primer día de tu visita a Praga para ver otros monumentos del barrio del castillo. Ya te hemos mencionado algunos, pero ahora deseamos aconsejarte otros. Así, palacios como el Cernín, el Sternberg o el Salm; santuarios como el del Loreto o iglesias como la de San Juan Nepomuceno.

Finalmente, para descansar de tus visitas, puedes acercarte al parque de Petrin, al que se llega mediante un funicular y que cuenta con la torre de observación, muy parecida a la parisina de Eiffel, aunque más pequeña.

Qué ver en Praga en cuatro días: segunda jornada

Puente de Carlos

Puente de Carlos, uno de los imprescindibles que ver en Praga en cuatro días

Llegamos así al segundo día de tu estancia en la ciudad checa. Para esta jornada te proponemos visitar el barrio de Malá Strana, no menos conocido que el anterior, al cual está pegado. Se trata de uno de los más bonitos de Praga, con sus palacios, iglesias y plazas. Uno de sus monumentos más destacados es el puente de Carlos, construido en el siglo XIV. Fíjate en sus tres preciosas torres góticas y en las muchas estatuas barrocas que lo adornan.

Sin embargo, posiblemente te dejará aún más impresionado la calle Nerudova. En esta puedes ver espectaculares palacios como los de Morzin, Bretfeld o Thun-Hohenstein. Igualmente, tienes que visitar las iglesias de Santa María de la Victoria (esta alberga la famosa imagen del Niño Jesús de Praga) y de Nuestra Señora de la Cadena, así como el palacio Wallenstein.

Palacio Wallestein

Palacio Wallestein

Pero, sobre todo, acércate al no menos imponente monasterio de Strahov. Este fue construido en el siglo XII, aunque sufrió un incendio que obligó a reedificarlo en el XVII siguiendo los cánones del barroco. Entre sus puntos destacados están las iglesias de San Roque y de la Asunción de la Virgen María y las bibliotecas Teológica y Filosófica, que albergan libros de enorme valor.

El barrio de Malá Strana es conocido, justamente, como «la perla del barroco» por las numerosas casas señoriales de este estilo que lo adornan. Entre ellas, los palacios Buquoy, Lobkowicz o Furstenberg. En cambio, son genuinamente rococós, aunque igualmente, preciosos, los de Kounic y Turba.

Tercer día: La Ciudad Vieja

Reloj astronómico

A la derecha, el reloj astronómico de Praga

Continuamos nuestra propuesta de qué ver en Praga en cuatro días en la llamada Ciudad Vieja o Staré Mesto. Su origen es medieval, por lo que contiene algunas de las edificaciones más antiguas de la capital checa y el barrio judío. Precisamente, su lugar más emblemático es la plaza de la Ciudad Vieja. En ella, puedes ver el Ayuntamiento viejo, compuesto por varias construcciones.

Pero destaca el conocido reloj astronómico, considerado el más antiguo de su género en toda Europa, pues data de 1410. No puedes perderte el momento en que da la hora, ya que aparecen figuras de los doce apóstoles y otras más peculiares. Te hablamos de un esqueleto que mueve la cabeza y recuerda a quienes lo ven la universalidad de la muerte.

Sin embargo, quizá, el edificio más representativo del barrio sea la iglesia de Nuestra Señora de Týn. Es un templo construido entre los siglos XIV y XVI cuyo estilo predominante es el gótico. Sus dos torres de más de ochenta metros culminadas en agujas son imponentes. Asimismo, en su interior debes ver el altar mayor barroco, una pila bautismal del siglo XIV y una crucifixión del XV.

Iglesia de Týn

Iglesia de Nuestra Señora de Týn, otro monumento básico que ver en Praga en cuatro días

Como anécdota, te diremos que fue, durante mucho tiempo, el centro de difusión del movimiento husita. Este fue precursor de la reforma protestante y debe su nombre al teólogo Jan Hus, su creador, que tiene un monumento en la plaza de la Ciudad Vieja. Acusado de hereje, murió quemado en la hoguera. Por otra parte, también debes visitar en este barrio la Sinagoga Vieja-Nueva, que, pese a su nombre, es una de las más antiguas de toda Europa. Se creó en 1270 y su edificio gótico es uno de los más veteranos de Praga.

Finalmente, puedes terminar tu tercer día de visitas en la ciudad en el Klementinum y el Rudolfinum. El primero alberga en la actualidad la Biblioteca Nacional de la República Checa, mientras que el segundo es un precioso edificio neorrenacentista que funciona como centro de exposiciones y sala de conciertos.

Cuarto día: Nové Mesto o Ciudad Nueva

Casa Danzante

La singular Casa Danzante de Praga, en Nové Mesto

Terminamos nuestra propuesta sobre qué ver en Praga en cuatro días llevándote a la Ciudad Nueva. Pese a su nombre, fue una ampliación de la Vieja realizada a partir del siglo XIV, aunque tiene construcciones muy posteriores. Entre estas, destaca la singular Casa Danzante. Se llama así porque sus formas curvas parecen recrear la imagen de una pareja de bailarines. Se debe a los arquitectos Frank Gehry y Vlado Milunic y se construyó a finales del siglo XX.

Más espectacular aún es la plaza Wenceslao, en cuyo centro tienes la estatua de este santo, que es patrón de Bohemia. Se trata del verdadero centro comercial de la ciudad, pero, además, cuenta con edificios tan representativos como el Museo Nacional Checo, de estilo neoclásico. Y, junto a este, otras construcciones modernistas como el Palác Koruna, los hoteles Europa y Julis o los edificios Peterka y Melantrich. También tiene la plaza enorme importancia histórica. En ella se inció la llamada Primavera de Praga en 1968 y la posterior Revolución de Terciopelo de 1989.

Por otra parte, en Nové Mesto tienes la singular Torre de la Pólvora. Se trata de una de las puertas originales de acceso a la ciudad, cuando estaba amurallada. Data del siglo XV y constituye uno de los símbolos de Praga. Su nombre se debe a que, en el siglo XVII se utilizó, precisamente, para almacenar pólvora. Ya a finales del siglo XIX fue restaurada en su totalidad, de ahí que tenga tan buen aspecto.

Torre de la Pólvora

Al fondo, la Torre de la Pólvora

De ella parte la calle Celetná, que es una de las más antiguas de la capital checa y que la conecta con la Ciudad Vieja. Muchas de sus casas todavía conservan elementos románicos y góticos, aunque fueron renovadas siguiendo los estilos barroco y neoclásico. Además, formaba parte del Camino Real, es decir, del recorrido que hacían los monarcas para su coronación.

Finalmente, puedes ver en Nové Mesto, muy cerca de la Torre de la Pólvora y en el citado Camino, la Casa Municipal que, pese a su nombre, no es el Ayuntamiento, sino un auditorio. No obstante, se trata de una joya del modernismo checo. Si puedes entra a ver la espectacular sala Smetana.

En conclusión, te hemos presentado nuestra propuesta de qué ver en Praga en cuatro días. Pero, inevitablemente, se nos han quedado lugares de interés en el tintero. Por ejemplo, museos como el de Franz Kafka, que nació y vivió en la ciudad, o la Galería Nacional, dedicada a las artes gráficas e instalada en el convento de Santa Inés, fundado en el siglo XIII. Y también otros monumentos como el precioso palacio barroco del Arzobispo; la no menos hermosa iglesia gótica de San Nicolás de Malá Strana o el impresionante Teatro Nacional, una maravilla neoclásica que es sede de la Ópera Estatal. En definitiva, anímate a conocer la monumental Praga y el resto de la República Checa.


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