Roda de Isábena

Catedral de San Vicente

Catedral de Roda de Isábena

Roda de Isábena se encuentra en el altozano que domina el valle del mismo nombre. Capital del antiguo Condado de Ribagorza en el siglo X y sede espiscopal, es una de las localidades más sorprendentes de la provincia de Huesca en particular y, en general, de todo Aragón.

Paseando por sus calles estrechas y sus plazoletas de origen medieval, te sentirás transportado a otra época. Igualmente, visitando sus maravillosos monumentos y contemplando el paisaje altoaragonés desde sus miradores gozarás de una estancia en la localidad oscense inolvidable. Y no digamos ya si disfrutas de la exquisita gastronomía de la zona en el restaurante instalado en el mismo claustro de su catedral. Si te apetece conocer Roda de Isábena, te invitamos a seguirnos en nuestro recorrido.

Qué ver en Roda de Isábena

Toda esta localidad aragonesa en su conjunto es un monumento. Sus calles empedradas y enmarcadas por arcos, sus edificios palaciales y sus murallas harán que te sientas como un caballero medieval paseando por ella. No obstante, hay algunos lugares imprescindibles que visitar.

Plaza Mayor

Roda es toda peatonal por lo que tendrás que dejar tu vehículo en el aparcamiento que hay en las afueras. Entrarás en la villa por el Portal de Santa Ana, donde tienes un mirador con magníficas vistas del valle de Isábena. Luego seguirás por la calle Santa Ana, conformada por casonas medievales de piedra con arcadas y desembocarás en la amplia plaza Mayor, donde se encuentra la catedral.

Típica calle de Roda

Típica calle de Roda de Isábena

Catedral de San Vicente, orgullo de Roda de Isábena

Este templo románico lombardo es la catedral más antigua de Aragón. Su construcción comenzó en el año 956 por mandato de Ramón II, conde de Ribagorza, aunque terminó en el siglo XVII. En su fachada destaca la imponente portada con capiteles y puerta mudéjar profusamente decorada. En cuanto al interior, puedes ver en ella varias pinturas románicas y un precioso claustro adosado.

El templo es motivo de orgullo para los habitantes de la localidad oscense, que pueden presumir de ser la villa más pequeña de España que cuenta con una catedral.

Palacio fortificado del Prior

Detrás de la catedral encontrarás esta construcción del siglo XVI. Edificada con sillarejo, cuenta con dos torres cuadradas, una de las cuales se asoma a la plaza Mayor de Roda de Isábena. Igualmente, desde esta Casa Abacial, como también se la conoce, parte la muralla de la localidad.

Castillo de La Llecina

Se halla en el monte del mismo nombre, dominando el valle del río Isábena, en las afueras de la localidad. Aunque es Bien de Interés Cultural, solo quedan de esta construcción una torre rectangular en ruinas y una parte del muro exterior.

Iglesia de Santa María de la Asunción

También declarada Bien de Interés Cultural, su edificación se inició en el siglo XII, aunque hubo importantes reformas posteriores. Cierra la muralla de Roda por su parte norte y llaman la atención su torre almenada y sus tres ábsides encadenados bajo ella.

La Casa Abacial

Palacio del Prior

Ermita de Santa Bárbara

Su construcción data del siglo XVII. Es un pequeño y sencillo edificio de planta rectangular y cubierta a dos aguas, si bien en su cabecero hay un torreón que ya está integrado en la muralla de Roda de Isábena. No es la única ermita que puedes ver en la localidad. También puedes ver las del Pilar, de Estet, de San Salvador, de San Mamés y de San Martín del Boix.

Puente de San Jaime

Este puente románico fue construido en el siglo XII para salvar el río Isábena. Tiene un solo arco de casi veinte metros de luz y sobre sus cincuenta y cuatro metros de longitud discurre una estrecha calzada medieval.

Molino de aceite

Es una antigua prensa de aceite que se usó entre los siglos XVII y XIX y que se conocía como «de viga y quintal». Solo se conserva parcialmente por lo que apenas verás los recipientes y las estructuras de madera.

Molino de aceite

Restos del molino de aceite

Cómo llegar a Roda de Isábena

Si bien tienes líneas de autobús que te llevan a la comarca de Ribagorza desde Huesca, Zaragoza e incluso Lérida, la mejor forma de viajar a Roda de Isábena es en tu propio coche. Para llegar, si vienes desde el oeste, por ejemplo de Barcelona, debes tomar la carretera N-230 y luego desviarte por la A-1605. En cambio, desde el este y el sur, tienes que viajar por la N-123a y luego por la misma A-1605. También debes coger esta si viajas desde el norte, pero primero debes ir por la carretera N-260.

Cuando es mejor viajar a la localidad oscense

Roda de Isábena tiene unos inviernos largos y fríos, mientras que los veranos son bastante cálidos. Por su parte, las precipitaciones rondan de media los 400 litros por metro cuadrado. Por todo ello, la mejor época para que visites la localidad aragonesa es el verano. Además, en agosto tienen lugar sus fiestas mayores.

Qué comer en Roda de Isábena

Uno de los productos más destacados de la localidad oscense es la trufa, que se da en abundancia en la zona. Y también los embutidos, con algunos particulares como la coqueta o la longaniza. Igualmente buenos son los quesos tanto de vaca como de oveja o de cabra.

El puente de San Jaime

Puente de San Jaime

En cuanto a los platos típicos, destaca sobre los demás el ternasco asado. Pero también son muy populares las chiretas, que son tripas de cordero rellenas de arroz, tocino, vísceras o jamón; el conejo relleno; el recao, un cocido que lleva judías verdes, patatas, col y carne de cerdo o de ternera, y las farinetas, versión aragonesa de las gachas.

En cuanto a los dulces, son exquisitos los pastillos rellenos, unos trozos de empanada que se preparan con huevos, azúcar y anís para rellenarlos con miel y nueces. En dura competencia con ellos están los crespillos, que son borrajas rebozadas en leche, harina y huevo para freírlas y espolvorearlas con azúcar. Como complemento a esta deliciosa comida, tienes los estupendos vinos de la zona.

En conclusión, Roda de Isábena es un precioso pueblo medieval situado en la no menos bonita comarca de Ribagorza. Al recorrer sus calles estrechas y empedradas, apreciar las extraordinarias vistas desde sus miradores y visitar sus monumentos, sentirás que has viajado en el tiempo hasta un pasado que fue brillante en la localidad oscense.


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