Si te gustan las rutas turísticas, recorrer varios destinos siguiendo un camino ya trazado, puedes probar con la encantadora Ruta del Agua. No se trata de un camino que implica días y días de andar, para nada. Es un divertido camino que, como mucho, dura cuatro horas.
Hablemos hoy de la Ruta del Agua de Chelva, Valencia.
Ruta del Agua de Chelva
Valencia es una parte de España, fundada hace siglos por los romanos en su paso por la península. La ciudad descansa a orillas del río Turia pero hoy, además de ciudad, es provincia y comunidad. Si vas de visita no dejes de pasear por su casco histórico, uno de los más grandes del país, rico en patrimonio arquitectónico.
Pero si lo tuyo es además la naturaleza puedes ponerte zapatos cómodos y salir a caminar siguiendo la Ruta del agua de Chelva, que puedes hacer tanto desde Chelva como desde Calles. Es una ruta circular que combina también cultura, así que matas dos pájaros de un tiro.
Entonces, puedes comenzar la ruta en Chelva, en La Plaza Mayor, o en Calles, el otro extremo del trazado. En cualquiera de los casos siempre vas a pasar, siguiendo los letreros turísticos, por el Barrio Musulmán de Benacacira, los Barrios Cristianos de Ollerías, Bajada al río, Molino Puerto, La Playeta, Túnel de Olinches, Olinches mismo, el río, la Fuente del Cuco, el Mirador, la Fábrica de la Luz, el Arrabal, el Barrio Judío del Azoque, la Plaza Mayor…
¿Por qué existe una ruta del agua? Pues el agua siempre ha sido un gran tesoro en Chelva, y este recorrido une distintos sitios relacionados con el agua, que siempre han sido lugares de encuentro de los habitantes del pueblo: o se juntaban a beber agua, o a recogerla, o llevaban a los animales a beber, o las mujeres realizaban allí la colada, conversaban y se pasaban los chismes y acontecimientos importantes, o ingenios humanos aprovechaban el agua para los molinos y los regadíos.
Bien, comenzando la ruta en Chelva podemos recorrer un poco el casco histórico, siempre siguiendo los paneles informativos y letreros de señalización. Después, esos mismos letreros nos hacen descender hacia el río Tuéjar, pasando antes por una fuente y un desvío. Al lado del cauce del río de Chelva, así se lo llama también al Túejar, hay una zona especial llamada Área recreativa de Molino Puerto.
Aquí hay juegos para los niños, baños, paelleros y un bar. Muchos se quedan aquí un rato y deciden si siguen la ruta entera y apenas se aventuran en la ribera. Es una manera de acortar bastante el recorrido y siempre es una opción si el clima no acompaña o estás con peques poco colaborativos.
Desde aquí, aunque del otro lado del río, hay un camino que nos señala la ruta en dirección a La playeta, sitio escondido en un estrechamiento del río con un viejo azud de origen medieval. Un azud es un muro, algo así como una presa pero mucho más pequeña. Desde aquí el camino empieza a subir hasta llegar al Paso de Olinches, un túnel excavado en roca que tenía la función de canalizar las aguas del río desde la presa de Olinches hasta la llamada Fábrica de Luz.
El túnel se pone oscuro una vez que se interna en la roca así que no es mala idea encender la lintera del móvil o directamente llevar una linterna aparte. Serán unos 100 metros montaña adentro, por eso. Después, cuando salimos del otro lado vemos de nuevo el río y un cauce más abierto. El camino en esta parte del recorrido tiene bancos de madera para sentarse a descansar un poco y también barandillas. Llega así hasta la Presa de Olinches y desde allí regresa al área recreativa Molino Puerto, por el mismo camino.
Desde esta zona el camino sube y sube hasta llegar a un bonito mirador que tiene vistas geniales de Chelva, el Pico del Remedio, la torre vigía de la Torrecilla al fondo y las Cuevas del Montecico. Desde aquí nuestro destino es la Fábrica de la Luz, un destino al que llegamos cruzando por una verde y hermosa vegetación (cañares, baladres y chopos, por ejemplo), siempre escuchando las aguas correr, las mismas aprovechadas por la presa de Olinches.
Aquí el camino nos obliga a dar la vuelta y hacer lo inverso hasta la Fuente del Cuco. Las marcas amarillas y blancas nos dirigirán por una nueva senda que, subiendo empinada hacia Chelva, nos deja a las puertas del antiguo barrio morisco del Arrabal, de origen mudéjar. El Arrabal empieza a tomar forma en el siglo XIV, extramuros, y tiene aún muchos tesoros arquitectónicos como la vieja mezquita de arrabal de Benaeca, del siglo XIV, la ermita de Santa Cruz, el Consejo de la Villa o Antiguo Ayuntamiento y la ermita barroca de los Desemparados, por ejemplo.
Dentro de la villa también está el Barrio Cristiano Medieval, construido tras la conquista de Jaime I. Lo cierto es que todos los barrios que fueron apareciendo lo hicieron alrededor de Benacacira y el palacio, mirando al río y siempre ampliándose la muralla para ir cobijándolos y que no quedaran extramuros. Como la gente de la villa siguió el patrón del agua es que hoy podemos seguir esta bonita Ruta del Agua en Chelva.
Si estás con peques y te parece que ésto, aún siendo una ruta turístcia corta, implica mucho andar, subir y bajar, hay un atajo que puedes hacer con los niños y acortar el camino: llegas en coche al área recreativa de Molino Puerto y desde allí llegas a la Playea y a la Fuente del Cuco. Incluso se puede usar carrito de niños.
Recordemos que la ruta es circular así que tanto la puedes comenzar en Chelva como en Calles. Y claro, más allá de la hermosa vegetación y de los cascos históricos de los pueblos, lo cierto es que en toda la zona nos vamos a sorprender con obras pasadas. Molino Puerto nos muestra los restos de un molino medieval; la Playeta tiene remanso, saltos y cascadas, el túnel de Olinches con 107 metros de largo, el mecanismo intrincado de compuertas para regular las aguas del río en la presa y generar energía…
Finalmente, en los alrededores, podemos maravillarnos con obras del pasado, siendo una de las más importantes es el acueducto romano de la Peña Cortada, uno de los cuatro acueductos principales de la Península Ibérica. Es un tesoro valenciano y el mismo Sendero de la Peña Cortada es uno de los más bonitos de la Comunidad: puedes caminar dentro de un viaducto y pasar por encima de un acueducto romano, algo sumamente unico y especial.