Hay gente que ama estar al aire libre, disfrutar del sol y la naturaleza, y la aplaudo mucho. Este es nuestro hogar y la mejor manera de educar a las nuevas generaciones en su cuidado es precisamente, conocerlo, andarlo, observarlo y admirarlo. Y el senderismo es perfecto, por eso hoy nuestro tema es la Ruta del Cares.
El senderismo no requiere grandes destrezas, no es agotador si uno no quiere y es perfecto para ir apreciando en cada paso el mundo que nos rodea. El norte de España tiene paisajes hermosos, picos montañosos que se confunden con los cielos, y aquí está la Ruta del Cares, un camino popular entre cañones.
La Ruta del Cares
Como dijimos la Ruta del Cares es un sendero popular, muy conocido en el norte de España, que cruza los Picos de Europa entre León y Asturias. Los llamados Picos de Europa son unas montañas que forman parte de la cordillera cantábrica y que, aunque no son muy extensas, abundan en accidentes geográficos debido a su cercanía al mar. Es entonces una formación de piedra caliza que pasa por León, Cantabria y Asturias, ¡con alturas que pasan a veces los 2500 metros!
Volviendo a la ruta, es un sendero artificial que los hombres abrieron a comienzos del siglo XX para mantener el canal de alimentación de la central hidroeléctrica de Camarmeña-Poncebos. Este canal se construyó entre 1916 y 1921 y se amplió a mitad de siglo con mucha dificultad por las características del terreno. Diariamente había explosiones con dinamitas y eso se cobró la vida de varios obreros.
El camino excavado recorre unos once kilómetros por la Garganta Divina del Cares. El Cares es un río de montaña, corto, afluente del río Deva que a su vez desemboca en el mar Cantábrico. Su garganta es algo espectacular y por aquí mismo es que transita la Ruta del Cares, cruzando grutas y puentes. Si bien el río avanza por un desfiladero mucho más extenso que el camino, esta parte que se hace caminando es la que llamamos «la ruta del Cares» y va por un sitio elevado sobre el cauce del río mismo.
Como dijimos más arriba muchas rutas de senderimo no requieren super poderes y esta es una de ellas. Su nivel de dificultad es de moderado, así que cualquiera puede prácticamente recorrerla. El Parque Nacional de Picos de Europa es, así, visitado por alrededor de dos millones de personas todos los años que llegan para apreciar la variedad y belleza de los pasajes de la zona.
Entre once y doce kilómetros es lo que hay que andar y eso puede llevar entre cuatro horas en un sentido y el doble si se hace ida y vuelta. Es decir, lo puedes hacer fácilmente en un día. Zapatos cómodos, comida, agua, sombrero y muchas ganas de andar es lo único que hace falta para unir las localidades de Caín, en León, y Poncebos, en Asturias, en los dos extremos. O al revés.
Es una ruta en la que los perros, atados, están permitidos. No así las bicicletas porque en ciertas fechas hay mucha gente y, por ejemplo, en los túneles puede ser peligroso y molesto. La ruta es gratuita y libre pero hay tours organizados con guías especialistas que puedes aprovechar.
La Ruta del Cares también puede hacerse e en invierno pues si ingresas desde Poncebos aquí casi nunca hay nieve por la baja altitud. Eso sí si entras por Caín ya no es tan fácil pues si nieva es imposible. Conclusión: es preferible que no vayas en invierno.
Las excursiones con guía desde Poncebos suelen partir entre las 8 y las 9 de la mañana. ¿Qué paisajes preciosos se ven por aquí? Pues pasas por el desfiladero de los Bellos, con canales y paredes muy verticales, el Mirador de Panderrueda, la Posada de Valdeón y Cordiñanes, en el Valle de Valdeón, el Monte Corona desde donde se ve el Chorco de los Lobos (una vieja empalizada que se construyó para cazar a esos animales), y al final del camino ya se llega a Caín.
Desde Caín entonces se realiza la Ruta del Cares en sentido contrario. Se pasa por la presa y el camino ingresa en la Garganta por los túneles de conducción del agua. Se pasa el puente de Trascámara, se cruza a la otra orilla del río y se empieza a trepar ingresando en la zona más cerrada de la senda y por eso mismo mas espectacular. Se cruza más adelante el Puente Bolín, se sigue viaje por Las Armaduras y Las Párvulas, se pasa por un par de antiguas construcción y se alcanzan los 200 metros de altitud en Los Collados.
Aquí uno tiene la opción de tomar otra senda hasta Camarmeña desde donde se puede contemplar el Naranjo de Bulnes. Tal vez vale la pena si no estás cansado, porque este es el único punto en toda la Garganta del Cares desde donde es visible. Si no, se pasa por el Puente de la Jaya y se alcanza al final el Puente Poncebos.
Valen algunas aclaraciones: El Naranjo es un pico calcáreo que se formó en la época paleozoica, el Mirador del Pozo de la Oración es un bonito mirador diseñado por el arquitecto Julián Delgado Úbeda; el Chorco de los Lobos es una empalizada cada vez mas estrecha que termina en un foso y tiene puestos de vigilancia donde los vecinos se escondían y disparaban a los lobos que, antiguamente, eran una amenaza para vecinos y ganado.
Dijimos ya que es una ruta agradable. Cuesta un poco el comienzo, al salir de Poncebos y durante dos kilómetros, que es cuando se va cobrando altura, pero no es tanto y una vez superado el recorrido es sin dudas placentero. Tiene un ancho de metro y medio ya que se trazó para que pudiera pasar un carro. Eso si, no hay protecciones del lado del desnivel así que hay que andar con cierto cuidado. Verás que hay muchos túneles, siempre hay que llevar agua y sombrero, especialmente en verano.
Entonces, a la hora de hacer la Ruta del Cares solo debes pensar en la fecha, en lo que llevarás y en desde que punto empezarás a recorrerla. ¡Y a disfrutar!