A orillas del río Danubio descansa la pintoresca localidad de Szentendre, en Hungría.
Historia y arquitectura se conjugan para que este pueblo sea un destino turístico famoso para todo aquel que visita el país. Hoy, Szentendre, excursión inolvidable desde Budapest.
Szentendre
Está a orillas del río Danubio, a unos 40 minutos desde Budapest en transporte público. Que esté tan a mano es parte de su increíble éxito las últimas décadas. Si no te gusta el turismo masivo, entonces no es para ti. Si no te importa o vas en temporada baja o un día de lluvia, entonces no dejes de conocerlo poque es un sitio realmente precioso.
Como dijimos, se llega fácil y rápido usando el transporte público. La manera más barata de todas es coger el tren, la línea suburbana HÉV, que se toma desde las estaciones de Batthyány o Margit híd budai hídfo. Debes usar dos tickets y comprarlos en las máquinas en las estaciones.
En el viaje podrás ver los restos de una antigua ciudad romana conocida con el nombre de Aquincum, su viejo acueducto y viejas estaciones de tren. Otra manera de llegar es por agua, en un bote. Es una manera más lenta pero tiene su encanto. En los meses más cálidos, entre mayo y octubre, puedes tomar un bote de recreo por el Danubio. Los botes parten desde Vigado tér o Batthyány tér, en Budapest. Tardan dos horas en llegar y entre 60 y 70 minutos en el regreso.
Las vistas cuando llego a un lugar nuevo suelen decepcionarme. Negativa por naturaleza empiezo a cuestionarme el viaje y si voy a pasarla bien. Szentendre no es la excepción. Los alrededores de la estación de tren son bastante poco llamativos. No te quedes con eso y enfila rumbo al casco viejo que allí es todo bonito.
¿Qué puedes saber sobre este pueblo húngaro antes de pisarlo? Verás el alfabeto cirílico por todas partes y eso se debe a que en el siglo XVII se asentaron aquí inmigrantes griegos, damacios y serbios, huyendo todos de los avances del Imperio Otomano.
El rey Leopoldo I de la casa de los Habsburgo les otorgó libertades religiosas y civiles a los habitantes de este pueblito, y así el lugar empezó poco a poco a crecer. Para el siglo XVIII tenía ya 6 mil habitantes, muchas escuelas serbias, ocho iglesias ortodoxas y una economía local basada en el comercio y la elaboración de vino, aprovechando el Danubio como vía de comunicación.
Cuando a comienzos del siglo XX se liberó la zona de los Balcanes de los otomanos el grupo local de serbios regresó a su tierra natal en su totalidad. Caso curioso en la historia, ¿no es cierto? Así, hoy no verás muchos serbios o descendientes de serbios por aquí, quedaron muy poquitos. Las iglesias ortodoxas están desiertas y muchas han pasado a ser de culto católico o calvinistas. La otrora localidad comercial se convirtió en el siglo pasado en un day trip de la gente de Budapest, principalmente, o de otros países tras la caída del Muro de Berlín.
Pero, ¿qué podemos ver y hacer en Szentendre? Conocer museos puede ser una buena primera opción. Si dejas la estación de tren siguiendo la calle Kossuth Lajos utca llegas al centro, y allí, a la izquierda, está el Museo Ferenczy, como el corazón de todos los museos locales.
En la terraza exterior hay un bonito café, Adria Café, o a la vuelta de la esquina tienes otro, Folt Café. En ambos puedes comer y beber algo, desayunar tal vez, para cargar las pilas antes de empezar el recorrido.
El Museo Kmetty tiene una exhibición pequeña sobre el primer pintor cubista húngaro, János Kmetty, aunque a veces hay obras de otros artistas. En la zona del centro también verás muchas casas viejas, con base de mármol rosa, que alguna vez pertenecieron a comerciantes serbios adinerados.
También en la zona de la plaza, el corazón del casco viejo, está la vieja Iglesia Ortodoza de Blagovestenska. Sus iconos, tan característicos del cristiansimo ortodoxo, son bellísimos. Se paga entrada todos los días, menos los lunes.
Otro museo que puedes acercarte a conocer es el Museo de Cerámicas Kovács Margit, el museo más visitado de Szentender. Curiosas, llamativas, coloridas, puede que no te guste todo pero sin dudas es una colección curiosa.
Verás que el terreno empieza a ponerse empinado si subes por un senderito estrecho llamado Váralja lépcso. Lleva a la cima de una pequeña colina coronada por una iglesia católica, el edificio más viejo de Szentendre, con partes que se remontan al siglo XIII.
Las vistas son muy agradables desde aquí arriba, pero también funciona en el lugar el Museo Béla Czóbel, con la vida y obra del artista húngaro perteneciente a la misma corriente que Matisse, Vlaminck y Derain, el movimiento pictórico de vanguardia conocido como fauvismo.
Lo cierto es que Szentendre es un sitio muy amigo del arte. Después de la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un lugar muy elegido por los artistas, tras el cierre de fronteras. De hecho, no muy lejos hay otro museo de arte, el Museo Vajda, dedicado éste al pintor surrealista y de arte abstracto, judío, Lajos Vajda.
La Catedral de Belgrado es la sede del arzobispado serbio ortodoxo de Hungría. La iglesia abre de viernes a domingo, tiene un hermoso jardín con nogales y una torre que se ve desde el otro lado de la colina.
Si eres judío o quieres saber qué sucedió con los judíos locales en tiempos del nazismo, puedes visitar el Memorial Szántó, a pocos pasos. Los judíos de aquí fueron enviados en su mayoría a Auschwitz y el memorial los recuerda a todos ellos. También hay una sinagoga que es la sinagoga más pequeña del mundo.
Si te gustan los cementerios puedes visitar el Cementerio Serbio, antiguo, algo descuidado, de pastos altos, testigo de un capítulo ya cerrado de la historia local. Si vas, ten en cuenta que abre entre las 7 am y las 6 pm.
Los turistas también pasean entre las casas residenciales de Szentendre. Llegan al Parque Czóbel, con muchas estatuas. No muy lejos hay un molino reconvertido en sede de shows y los estudios de arter MANK.
Finalmente, no podemos dejar de nombrar el río Danubio. El malecón principal se llama Jeno Dumtsa y está bordeado de restaurantes y tiendas de regalos. Si te gusta el mazapán no dejes de visitar, por la zona, la Casa del Mazapán.
Lo cierto es que el mazapán, la clásica pasta de almendras y azúcar, es muy popular en Hungría. Mátyás Szamos, un natural de Szentendre de origen serbio, fue un pionero en la artesanía con mazapán al punto de que hoy la cadena nacional de pastelerías Szamos es super popular.
Amén del mazapán puedes aprovechar la visita a Szentendre para probar otras cosas: cerveza, palacsinta (crepes húnagros rellenos), pljeskavica, cevapi (carnes asadas), ajvar… Ya lo sabes, si estás de visita en la capital húngara y tienes al menos medio día libre puedes encarar la visita a Szentendre, excursión inolvidable desde Budapest.