Se acerca el verano y ya estamos pensando en nuestro destino de vacaciones. ¿Nos gusta el mar, tomar el sol y la vida de playa? Entonces en España hay muchas opciones y de una de ellas hablaremos hoy: Torre del Mar.
Esta localidad costera está en Andalucía y tiene una historia milenaria así que puedes combinar unas típicas vacaciones de playa y mar con historia.
Torre del Mar
Como dijimos más arriba está en la comunidad autónoma de Andalucía, en la provincia de Málaga, a lo largo de la costa, combinando el mar con la montaña. Está a orillas del Mediterráneo, a muy baja altitud, y obviamente es parte de la Costa del Sol.
Los fenicios y los griegos han estado por aquí y lo mismo los romanos. Más tarde llegarían los árabes y por su ubicación costera la localidad siempre estuvo bajo la amenaza de la piratería y las invasiones. La forma urbana actual la toma recién durante el siglo XIX, con sus cuatro hermosos barrios: el Barrio del Castillo, las Casas Nuevas, el Barrio de la Viña y el Barrio de la Parroquia.
A comienzos del siglo XX se construyen varios balnearios pero recién después de la Segunda Guerra Mundial, ya en los años ’60, el turismo se afianzó en Torre del Mar como actividad lucrativa. Ahí aparecieron las casas de alquiler, los edificios, los locales comerciales, el paseo marítimo y demás.
Visitar Torre del Mar
Empecemos por lo más obvio que nos ofrece Torre del Mar: playas y mar. La playa principal tiene unos dos mil metros de largo y tiene todos los servicios que necesitamos. Es una playa Bandera Azul, además, y el Instituto para la Calidad Turística le ha otorgado también la clasificación Q a la calidad.
Es sobre esta hermosa y amplia playa que se extiende el paseo marítimo, lo que completa la postal veraniega. Hace poco se ha construido incluso una zona de niños con toboganes, balancines y columpios que los más peques pueden usar cuando se cansan de saltar olas.
La playa tiene cafetería y restaurante, estacionamiento gratuito y rampas para personas con discapacidad. Otro destino para visitar sobre la costa son los faros. Si, son dos faros que hay en la localidad y que demuestran que la costa ha tenido distintos niveles a través del tiempo.
El primer faro es el de color celeste y blanco, pintado a rayas. Es un faro de tráfico marítimo, eléctrico, automático y que se enciende así con la ayuda de una célula fotoeléctrica. Tiene 26 metros de alto y se ubica a 29 metros de altitud sobre el Paseo Marítimo.
El segundo faro no es fácil se encontrar si no sabes dónde buscarlo. Fue construido en 1864 y ha cambiado también de lugar. Está en el mismo lugar desde 1929 pero en la medida en que la localidad empezó a crecer y a urbanizarse más el faro quedó como escondido entre los edificios. Búscalo al final de la Avenida Toré Toré, sobre la mano izquierda, a cien metros del primero.
Pero dijimos que Torre del Mar tiene otras cosas para ofrecernos, mas allá del sol y el mar. Empecemos por los edificios históricos. El primero de ellos tiene que ver con los restos del antiguo castillo de Torre del Mar. Era un castillo fortaleza, un baluarte costero, pequeño y con funciones de vigilancia de la costa. La forma actual la adquiere merced a unas reformas en 1730, con sus dos torreones, cortinas y batería.
También está la cortijada Casa de la Viña, un sitio centenario a los pies del Monte de la Viña, con un bonito patio central de forma cuadrada, un pabellón a tres alturas con tejas a cuatro aguas y ventanas con rejería. La estación de Trenes de Torre del Mar también es una pequeña joya de comienzos del siglo XX, con ladrillos, estilo neomudéjar y tejas vidriadas en color verde.
En materia religiosa están los restos de una antigua ermita, la llamada ermita de las angustias, erigida por Pedro González. Ha quedado solo la portada de estilo barroco con sillares de piedra, las pilastras y el capitel. Antiguamente la ermita estaba todo en el lateral de las casas que hay hoy, pero desapareció a principios del siglo XX cuando se construyeron las viviendas. La Casa Larios es una casa de fines del siglo XIX e integra el ingenio azucarero de la zona.
La casa servía como oficinas y vivienda del ingeniero y se aprecian sus tejas vidriadas, sus columnas de hierro, los azulejos sevillanos y la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción. La producción de azúcar comenzó aquí a fines del siglo XVIII pero a mediados del siglo siguiente la fábrica tomó la forma de un ingenio cubano con máquina a vapor incluida. No le fue muy bien y la familia Larios la compró y se dedicó a su explotación hasta los años ’90 del siglo XX. Hoy el complejo de edificios azucareros es patrimonio de Torre del Mar y puede visitarse.
Otra casa interesante es Villa Mercedes, sobre el Paseo Larios. Antes este tipo de casas regionalistas estaban rodeadas de muro así que vemos un estilo arquitectónico bien típico. Tiene dos plantas, una torre, un porche con friso de estuco, balcón, ventanas con hierro forjado y un torreón. Es una casa elegante, típica de fines del siglo XIX y comienzos del XX. Lo mismo la actual Oficina de Turismo que funciona en la llamada Casa Recreo, de fines del siglo XIX.
Pero más allá de la playa, el mar y los sitios históricos de la localidad aquí también hay muchas fiestas populares. Entre junio y julio, por ejemplo, de la mano del verano, está la Fiesta de San Juan (el 24/6), las Fiestas de las Melosas (15 y 16/7), la Fiesta de la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores (16/7), y la Fiesta de Santiago y Santa Ana (del 11 al 26/7).
Finalmente, ¿cómo llegas a Torre del Mar? En autobús desde Málaga o desde Nerja.