Traje tradicional ruso

En un mundo donde la cultura tiende a ser cada vez más global, las tradicionales culturales de cada país resisten como el corazón de los pueblos. Y cuando ese pueblo ocupa una gran extensión territorial es probable que su cultura sea rica, variada, diversa. Es el caso de Rusia.

Hoy hablaremos del traje tradicional ruso. Un traje colorido, con grandes decoraciones y siempre hecho a mano. Como legado de los ancestros, este traje sigue apareciendo en las iglesias, los teatros, los estudios de danza, los festivales.

El traje tradicional ruso

El traje tradicional ruso comenzó a desarrollarse como tal, con sus especificidades, a partir del siglo IX. No se sabe a ciencia cierta cuando pero se calcula que fue en esa fecha o un siglo antes.

Hasta comienzos del siglo XVIII, los campesinos y los boyars (los nobles), usaban trajes tradicionales, pero en 1700 el zar Pedro el Grande empezó a introducir algunos cambios vistiendo él mismo ropas más occidentales. A Pedro le gustaba Europa, la admiraba, así que empezó a prohibir el uso de trajes tradicionales, por lo menos en las ciudades rusas.

Le tocó entonces a los campesinos rusos conservar y preservar la riqueza y belleza de los vestidos tradicionales rusos. Algunas de las piezas tradicionales ya no se usan hoy en día, pero otras lograron sobrevivir al paso del tiempo, y a la postre se volvieron iconicas.

¿Pero hay más de un traje tradicional ruso? Por supuesto. En principio, podemos hablar de dos, el sarafan y el poneva. El sarafan es como un jumper flojo y largo que se llevaba sobre una camisa larga de lino sujetada con un cinturón. Este cinturón es un clásico y se usaba por debajo del sarafan. Esta prenda se menciona por primera vez durante el siglo XIV y lo usaban solo los hombres, solo en el siglo XVII aparece como prenda de mujer.

El sarafan se hacía con lino simple o con algodón impreso barato que se producía en cantidad en las fábricas de Moscú y las regiones de Ivanovo y Vladimir. Este vestido largo y colorido con hombros abiertos se usaba sobre una prenda simple llamada rubakha.

Si se requería el sarafan en una ocasión especial, entonces se podía sumar sedas y brocados o bordados con oro y plata. El uso del sarafan se extendió por las provincias del norte del entonces Imperio Ruso, hasta Novgorod, Pskov, Vologda y Arkhangelsk.

Ahora bien, la poneva es un tipo de falda usada comúnmente en las provincias al sur de Moscú como Voronezh, Tambov y Tula. Es, de hecho, más antigua que el sarafan. La poneva es una falda lisa o a rayas juntada con una cuerda o envuelta alrededor de las caderas, que se usa con una camisa floja con mangas bordadas y un delantal profusamente decorado con lazos y adornos coloridos.

Por otra parte tenemos la rubakha, una camisa oversize que es como el elemento básico del traje ruso. La usaba todo el mundo, hombres, mujeres, ricos y pobres. La tela puede ser entonces fina o barata, seda o algodón. Era una prenda muy cómoda y casi que no ha cambiado nada hasta el siglo XX.

El kokoshnik era una prenda femenina que decoraba la cabeza. Era común que las mujeres usaban adornos en la cabeza y el pelo, y dependiendo del estatus social se les permitía hacer un show de esos adornos. Las mujeres casadas debían cubrirlo totalmente con esta prenda, pero las solteras podían decorar con flores y otras cosas. Este elemento solían fabricarse con materiales caros y solo aparecían pocas veces al año.

Para la vida cotidiana se usaban solo sombreros o un chal amarrado que se llama povoyniki. El abrigo de piel se llama shuba y ha sobrevivido al paso de los siglo, siendo muy popular en todo el país. Lo usaban tanto hombres como mujeres, porque recordemos que Rusia tiene un clima helado. La piel solía usarse del lado interno de la prenda mientras que por fuera había otras decoraciones. Hoy en día el abrigo es más simple pero tiene el mismo propósito: mantener el calor.

La palabra kaftan es más conocida pues es un vocablo que proviene del Medio Oriente. Sin embargo, ha calado hondo en Rusia y ya casi que forma parte de sus trajes típicos. Es un abrigo, bastante similar a cualquier abrigo moderno, pero que está hecho con telas caras y decoradas con bordados. Como Rusia es un país enorme las telas varían y lo mismo las decoraciones. A veces tienen perlas bordadas, en el sur aparecen los botones o las decoraciones de lana.

Ahora bien, del siglo XIV al siglo XVIII se producen algunos cambios en el traje tradicional ruso debido a los contactos mas estrechos entre Rusia y Europa. Pensemos que por aquel entonces Italia o Francia exportaban lana, seda y terciopelo y las prendas decoradas empezaron a tomar importancia. Por ejemplo, en tiempos de Iván el Terrible aquellos que entraban al Kremlin debían lucir los trajes tradicionales como forma de respeto al trono o en el siglo XVII quienes se «occidentalizaban» mucho, en ropa y peinados, eran castigados.

Así, salvo momentos y excepciones a la moda occidental le costó penetrar en Rusia. Como dijimos antes, después llegó Pedro el Grande y las cosas cambiaron de la mano de este reformador de costumbres. La familia imperial dio el paso inicial en el cambio de moda, vistiendo al estilo europeo, más de inclinación francesa, con corsetes y altos tocados que empezaron a lucir las mujeres.

Obviamente, solo los ricos podían costear semejantes cambios de moda así que inmediatamente se dio esa línea divisoria entre quienes tenían poder económico y lo lucían visitándose a la europea y quienes no lo tenían y debían quedarse con las ropas tradicionales. En las ciudades, Moscú o San Petersburgo se notaba mucho más.

En el siglo XIX y XX el estilo rococó se volvió el imperante, pero con el nuevo siglo la moda se simplificó y entonces las prendas rusas más cómodas como los queridos sarafans volvieron al ruedo. Con la Unión Soviética el estilo se simplificó aún más pero de alguna forma en los festivales el traje o los trajes rusos tradicionales lograron preservarse.


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