Vacaciones en Huanchaco, sobre la costa del Perú

Ayer mismo llegó a casa un amigo francés proveniente de un recorrido de tres mes por América del Sur. Visitó Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina y al preguntarle por uno de los destinos que más le gustó respondió sin dudarlo: Huanchaco.

Huanchacho está la costa de Perú y es un balneario conocido. Si te gusta el surf, conocer gente de todo el mundo y la vida de playa pues Huanchacho te está esperando.

Huanchaco

Es un pueblo costero cerca de la ciudad de Trujillo, cuna del ceviche y hoy parte de una ruta turística conocida como la Ruta Moche. La moche fue una cultura importante en el Perú antiguo y el recorrido lleva a los interesados por un reguero de sitios que alguna vez formaron parte de los reinos Chimú y mochica, en el norte del país, calcula que a unos 700 kilómetros de Lima.

La costa del pacífico peruana es muy conocida en el mundo del surf y Huanchacho ha logrado en 2013 ser reconocida internacionalmente como una Reserva Mundial de Surf. No hay muchas playas en el planeta con ese título, apenas cinco y esta playita peruana ya integra el selecto grupo, así que… ¿te la vas a perder?

Puedes ir a conocer Trujillo, por lo menos su casco histórico, y después hacer apenas 13 kilómetros más hasta Huanchaco. Este mes es uno de los más calurosos del año pues el hemisferio sur vive el verano pero aún así las temperaturas no suelen ser mucho más altas que 30 ºC. Eso sí, la humedad, estando a la vera del mar, siempre es alta.

Cómo llegar a Huanchaco

El punto de llegada es Trujillo, la ciudad más grande en la zona. Puedes llegar en aeropuerto hasta aquí y después tomar un autobús o una minivan para unir ambos puntos. Trujillo dista unos 560 kilómetros de Lima así que también puedes hacer este viajecito en avión. La opción más barata es el autobús pero tardas unas once horas.

Los mochileros no suelen tomar mucho avión así que el medio de transporte más usual es el autobús para moverse de aquí hacia allá. Si quieres independencia los recorridos los armas tú, si no Perú es super turístico así que no es nada difícil encontrar un tour ya organizado en una de las tantas agencias que hay.

Mi amigo quedó encantado con Huanchacho y él anduvo por allí entre noviembre y diciembre, aunque dicen que la mejor temporada por el clima y el estado del mar es entre diciembre y marzo. En invierno hay más viento pero eso trae más nubes, aunque eso no amedrenta a los surfistas.

Qué hacer en Huanchaco

Suena medio obvio pero aquí se trata de surfear. Si sabes, excelente. Sino puedes apuntarte a una escuela y divertirte. No sé si en un par de días vas a aprender algo pero seguro vas a hacer amigos y a reírte mucho. Hay muchas tiendas que enseñan y alquilan equipos y tablas.

Pero además del surf Huanchacho tiene algunas atracciones que hay que visitar. Durante la época de la colonización española fue un puerto relativamente importante pero hacia fines del siglo XIX abrió el puerto nuevo de Salaberry y quedó obsoleto. Fue en el año 1891 que se construyó un larguísimo muelle de 108 metros que por fortuna sigue en pie y nadie quiere perderse.

Sobre tierra firme hay una plaza, pequeña, a orillas de la playa, que se angosta hasta formar el muelle que poco a poco se adentra en las aguas. Al final de los cien metros y pico hay dos glorietas con una plataforma sobre el lado derecho, un poco más abajo que la estructura principal. Caminar  por aquí mirando el mar, los surfistas, el pueblo a  tus espaldas y el sol es maravilloso.

Sobre la costa de Huanchaco hay muchos puestos de comida y restaurantes que son verdaderos maestros de los pescados y mariscos. Si quereres probar y degustar buen ceviche este es un excelente lugar. Los sábados y domingos se pone todavía mejor porque hay bares y llegan más turistas extranjeros. Febrero es el mes del carnaval, otro buen y colorido momento para ir de visita.

Huancacho también es conocido por los «caballitos de totora», una balsa tradicional de la zona que se hace con hojas y tallos de totora, una planta. Estas balsas vienen construyéndose por la gente local desde hace dos o tres mil años y han sido las balsas de los pesqueros peruanos desde entonces. La balsa es curva y angosta y puede alcanzar los cinco metros de largo. Una bien hecha puede llevar hasta 200 kilos de peso.

Más allá de la pesca, su función original, aquí en Huanchaco también se usan para divertirse en el mar, correr y remontar olas, como si practicaran con estos caballos de totora el surf. Las ves todo el tiempo, clavadas verticalmente en la arena y si preguntas puedes experimentar viajar en una por las aguas del Pacífico.

Puedes visitar además el Templo de la Virgen del Perpetuo Socorro, construido en la cima de la colina, con una virgen dentro que fue regalo de Carlos V, elaborada en Sevilla y con el rostro de la madre de Juana la Loca como modelo. Llegó aquí en 1537.

Excursiones desde Huanchaco

Perú es una tierra llena de tesoros así que estés dónde estés siempre tienes más para ver y conocer. A pocos kilómetros de Huanchaco están las ruinas de Chan Chan, por ejemplo, construidas por la cultura Chimu que es anterior a la cultura Inca. Se calcula que en sus mejores épocas aquí llegaron a vivir unas 60 mil personas así que era una ciudad con todas las letras. Desde 1986 es Patrimonio Mundial y hoy se pueden recorrer mediante una red de caminos que nos acercan a parte de las nueve ciudadelas que componen el lugar.

Chan Chan, se cree, fue construida unos 1300 años a.C y las ruinas son impresionantes estructuras de adobe repletas de relieves con diseños geométricos, representaciones de aves y de peces. Conforman hoy un sitio arqueológico de varias ciudadelas ubicadas en la boca del Valle Moche y supo ser la capital del imperio de Chimor antes de que los Incas la incorporaran a su creciente imperio. El agua aquí provenía de los Andes así que el viaje de las aguas y su control se hacía merced a un interesante sistema de irrigación que aún hoy es visible.

Los Incas primero y después los españoles, con la espada de Pizarro, hicieron que la cultura y la ciudad pasaran al rincón más lejano de la historia, no sin antes saquear alguna tumba que arrojó un verdadero tesoro en objetos de oro. Las excavaciones que nos permiten conocerla hoy datan de la década del 60 del siglo XX.  Los colectivos que parten de Huanchaco te dejan aquí sin problema y parten todos desde la calle principal cerca de la playa.

Hay un museo, además. La entrada al sitio principal y al museo cuesta unos 3 euros y permite conocer las ruinas y dos sitios más. Hay guías también, pero debes darles propina si quieres su ayuda. Estas ruinas se pueden conocer tanto desde Huanchaco como desde Trujillo. Otras ruinas interesantes son las de Huacas del Sol y Luna, varios siglos más antiguas que las ruinas de Chan Chan. Son ruinas moches y lo mejor es contar con la ayuda de un guía para comprender todo y no dejar nada en el tintero.

Los mosaicos son una belleza, genialmente conservados porque estuvieron bajo la tierra y arena por centurias. ¡Qué colores! Llegas en colectivo/autobús desde Huanchacho hasta Trujillo. Aquí bajas en la Plaza de Almas y caminas por la calle Huayna Cuapac unos diez minutos hasta Avenida Los Incas. Sobre esta avenida pasan muchos colectivos y pasan los que van a Las Huacas del Sol y Luna. El viaje dura unos 20 minutos y te deja en la entrada. La entrada ronda los 3 euros por persona e incluye una guía porque solo se puede recorrer con guía. Hay un museo que se paga aparte.

Trujillo mismo, como dije más arriba, es otra excursión posible desde el balneario del cual estamos hablando.


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