Durante muchos años, buena parte del siglo XX, los destinos en esa parte del mundo, Europa del Este, estuvieron vedados para lo que hoy entendemos por turismo. Redescubrirlos fue parte de la maravilla que supuso la caída del bloque soviético.
Ya han pasado algunas décadas desde ese momento bisagra en la historia, pero si visitas Rumanía no hay que olvidarse de nada pues la historia está impregnada en cada piedra, paisaje y edificio. Y un par de días en Bucarest, su capital, es apenas un sorbo de la riqueza de este país. ¡Pero qué sorbo!
Rumanía y Bucarest
Recordemos que Rumanía se integró a la Unión Europea en 2007 aunque no está en la Eurozona así que la moneda deberás cambiarla a los locales lei. Alguna vez a la ciudad capital, Bucarest, se la conoció como la París del Este. Sus paisaje urbano, sus estilos arquitectónicos, le habían valido este apodo elegante y por suerte, a pesar de los años sin presupuesto para restauraciones, todo ha vuelto poco a poco a brillar de nuevo. Si te gusta París, imposible que no te gusta Bucarest porque tiene la misma esencia.
Un buen momento para visitar Bucarest es en Pascuas así que si la idea te atrae estás con más que tiempo para programar todo y que marzo te encuentre por allí. No hace falta mucho dinero pues no es una ciudad cara en comparación con otras capitales europeas y en materia de vuelos Ryanair, por nombrar una aerolínea de bajo coste, tiene vuelos frecuentes. Blue Air es otra empresa aérea, local, de bajos precios.
Llegar a Bucarest
El aeropuerto internacional de Bucarest es el Otopeni y está a 17 kilómetros de la ciudad. Hay dos servicios de autobuses que unen ambos puntos, el 780 te deja en la puerta de la estación de tren Gara de Nord y el 783 te deja en Piata Unirii. Los tickets no se compran a bordo sino antes, es una tarjeta que cuesta 3, 70 lei y viene cargada con 7 lei. Después puedes ir cargándola para usar además el metro. Un taxi ronda los 50 lei.
Entre estas opciones la más recomendable es el autobús hasta Piata Universitatii porque aquí está el bulevar Regina Elisabeta, arteria de la ciudad que corre de este a oeste y cruza una de las calles más especiales, la Calea Victoriei, que termina en el río Dambovita. La verdad es que Bucarest es una ciudad sencilla, de recorrido simple, sin problemas.
Si ves un mapa de la ciudad imagina un los puntos cardinales: al sur está el Palacio del Parlamento, al norte la Plaza de la Revolución, al oeste el parque Cismigiu y al este Piata Unirii. Y dentro todas las atracciones turísticas más importantes.
Qué ver en Bucarest
A mi me gusta mucho la historia así que lo mejor es empezar el día desde la mañana con una buena caminata. La Piata Revolutiei es un buen punto de partida para desayunar cerca y después acercarse a conocerla. Aquí tuvo lugar el alzamiento de 1989 pues enfrente estaba el Cuartel General del Partido Comunista y de aquí escapó Ceausescu en helicóptero.
También está la Biblioteca Universitaria fundada en 1866 con la estatua de Carol I de Rumanía y enfrente, la Iglesia Kretzulescu con su estilo mezcla de otomano, bizantino y renacentista. Si quieres visitarla, y vale la pena, abre de lunes a viernes de 9 am a 5 pm y los fines de semana entre las 7 am y las 3 pm.
Te toparás con la fachada neoclásica del Club Militar si caminas un poco calle abajo por Calea Victoriei. Es un edificio de 1911 que en su planta baja suele tener exposiciones de arte así que puedes ingresar y apreciarlo por dentro. Si no te gusta el arte no vale la pena pues deberás pagar entrada. Verás allí el bulevar Regina Elisabeta y cuando lo recorras notarás que se abren callecitas a los costados.
Si decides caminarlas vas a ver edificios antiguos, iglesias, la Corte Vieja con el busto del rumano más famoso, Vlad el Empalador y mucho más. El casco histórico es maravilloso y muchas de sus callecitas son peatonales. Además, hay mucha juventud que se amontona en bares y restaurantes pequeños por todas partes.
No debes perderte el Edificio del Parlamento, el más grande de Europa y el segundo edificio mas grande del mundo tras el Pentágono en Estados Unidos, la Plaza de la Universidad, los Jardines Cismigiu y las ruinas del Palacio de Vlad. Si vas puedes tener una vista estupenda de la ciudad y su casco viejo desde el balcón del Salón de la Unión. La entrada cuesta 35 lei y debes mostrar el pasaporte.
La Iglesia Patriarcal Rumana es imponente también y puedes asistir a una misa si vas a las 9 am. Caso contrario abre entre las 7 am y las 8 pm todos los días. El Museo Nacional de Arte está en los terrenos del Viejo Palacio Real en Calea Victoriei. Tiene una Galería Europea y una Galería de Arte Rumano. La entrada cuesta 15 lei y abre de miércoles a domingo. Si caes el primer miércoles del mes no pagas.
El Atheneum Rumano está sobre la calle Benjamin Franklin y es una maravilla acústica. Lo mejor es ir cuando toca la filarmónica pero abre todos los días y la entrada cuesta 10 lei. Está bellamente decorado con frescos y lámparas preciosas. Verás también un gran Arco de Triunfo, con la bandera nacional ondeando siempre, que originalmente era de madera y honra a los caídos en la Primera Gran Guerra. Puedes subir y contemplar la ciudad desde arriba.
El Palacio Cantacuzino fue la residencia de un hombre muy rico en el siglo XIX y tiene un elegante estilo francés con toques Art-Noveau y neoclásicos. Hoy alberga el Museo George Enescu. Bucarest es antigua así que entre lo más antiguo está el propio distrito Lipscani, un entramado de calles medievales y el propio río, mezcla de culturas y estilos en casas, tiendas y cafeterías.
No te olvides por favor del Palatul si Biserica Curtea Veche, iglesia y corte antigua, que se remonta a la época de Vlad el Empalador, tiene un museo y data del siglo XV. Aquí se dice que él metía a sus prisioneros, pero esconde también restos romanos. Ahí nomas está la Biserica Cortea Veche, la iglesia de 1559.
En resumidas cuentas tienes para un par de días de recorrido turístico por el centro histórico y el resto de la ciudad. Dependerá de cuantos museos quieres visitar o si solo te contentas con caminar, admirar y sentir. Lo mejor es que muchos de los edificios o casas o palacios antiguos han sido convertidos en hoteles, restaurantes, tiendas y cafeterías así que a la hora de desayunar, almorzar, merendar o cenar puedes hacerlo siempre rodeado de historia.
Por último, ¿Bucarest tiene un tarjeta turística? Sí, está la Bucharest City Card, una tarjeta gratuita que debes completar con tus datos y brinda descuentos durante tres días. La consigues en hoteles, hostels, atracciones y tours. También está la The Bucharest Card que tiene tres versiones: 24, 48 y 72 horas: 12, 50, 21 y 27, 50 euros.