5 comidas que no puedes dejar de probar en Buenos Aires

Una de las capitales latinoamericanas más hermosas es Buenos Aires. Lo es por su gente, por sus calles, edificios, espacios verdes, gastronomía y actividad cultural. Está a la cabeza de la vida cultural, diurna y nocturna, de esta parte del continente.

Yo soy de las personas que combinan vacaciones con vacaciones gastronómicas. Es decir, no pretendo ni busco comer lo mismo que en casa. Al contrario, adoro experimentar sabores nuevos porque la idea es precisamente sentirse bien lejos de casa para apreciar realmente lo grande y multicultural que es el mundo. Por eso, cuando vayas a Buenos Aires mi consejo es que no dejes la ciudad sin probar estas cinco comidas.

El asado

La comida a las brasas no es prioritaria de Argentina, es cierto, pero aquí forma parte de lo que es ser argentino. Si bien el consumo de carne vacuna per capita ha ido mermando con los años sigue siendo uno de los más altos del mundo. Basta coger el auto y hacer viajes por la Pampa para ver vacas por todas partes, entre, también, muchas plantaciones de soja (sostén de sus actuales exportaciones).

El estilo argentino para asar la carne a la parrilla es hacerlo a las brasas, con carbón vegetal y/o leña. Los especialistas se fijan mucho en el tipo de leña a usar y es todo un ritual «hacer un asado» pues no se concentra solo en la comida. Todo empieza con la compra de la carne, los vinos, el pan, el hacer el fuego con tiempo para tener buenas brasas y en tomarse todo con tranquilidad para que el resultado sea suculento.

Tira de asado, vacío, matambre, tapa de asado, lomo, pollo y a gusto propio lo mejor: las achuras. Aquí no se desperdicia nada del animal así que puedes degustar unos buenos chinchulines (intestinos de vaca), riñones, molleja, chorizos y morcilla. Cada cocinero tiene su estilo pero no hay nada más rico que las mollejas al limón, los riñones a la provenzal, la morcilla con nueces y los chinchulines crujientes.

Si tienes un amigo o conocido que te invita a comer un asado en su casa, no lo dudes. Sino, hay parrillas por toda la ciudad. No todas tienen la misma calidad en la carne así que no te lances a la más barata. La Cabrera es un buen restaurante, por ejemplo.

Milanesas con patatas fritas

Este es un típico plato de bodegón, de restaurante pequeño, de barrio, muchas veces atendido por sus dueños. Pero es tan popular que es común verlo en la carta de sitios más finos. La milanesa no es otra cosa que un trozo fino de carne vacuna, hay varios cortes de la vaca que pueden ser usados para eso, pasado por huevo batido y pan rallado. Eso se fríe y se acompaña con una buena porción de patatas fritas. ¡Un manjar!

Y hay variedades pues puedes pedir la milanesa a la napolitana: con salsa de tomate, jamón y queso derretido, o milanesa a caballo, con todo eso y huevo frito. Incluso, cuando los argentinos las preparan en casa suelen agregarle perejil y ajo picados a la mezcla de huevo, o albahaca o incluso un poco de mostaza.

¿Hay un sitio mejor que otro para comer milanesas con patatas fritas? Pues cualquier bodegón vale la pena porque es un plato típico. Si te mueves por la zona de Palermo, la más cool para los turistas jóvenes, verás que hay una cadena de tiendas que se llama El Club de la Milanesa. Puedes probar allí.

Pastas y pizzas

Si el asado es bien argentino, oriundo del gaucho en la Pampa y el interior del país, las pasta y las pizzas los argentinos las han heredado de sus propios abuelos. Y es que no hay que olvidar que Argentina es un país de inmigrantes de todo Europa, pero especialmente de España e Italia. Los italianos (un 70 % del total frente al 40 % de los españoles), pasaron a dominar con muchos de sus platos la novel cocina porteña.

La verdad es que hay muchos restaurantes que sirven buenas pastas y no tienen mucho que envidiarle a Italia. Hay restaurantes con nombres italianos que se clasifican como especialistas, pero al mismo tiempo en cualquier bodegón o restaurante pequeño, de esos donde almuerzan los trabajadores, sirven pastas: fideos, canelones, ñoquis, lasagnas, sorrentinos, ravioles. Están rellenos con requesón, requesón y nuez, verdura, pollo, calabaza…

¿Algunos sitios recomendables? Para comprar y preparar en casa puedes ir a cualquier «fábrica de pastas» que vende pasta fresca por kilo o por caja. Un chef italiano llamado Donato de Santis (el que fuera el chef de Versace), se ha instalado en el país y tiene su propia tienda y restaurante, Cucina Paradiso, en la zona de Palermo. Otro buen restaurante de pastas es La Parolaccia con varias sucursales, incluso una en Puerto Madero. Dos personas aquí puedes pagar 1000 pesos argentinos con bebida.

Con respecto a la pizza no verás la típica pizza individual y finita que te sirven en Italia. Aquí es un poco más gruesa y puedes pedirla incluso a media masa (es decir, alta). Hay de todos los gustos y a veces tienes la opción de que la cocinen en horno de leña, muchísimo mejor. Suma una porción de fainá (masa de garbanzo de la mima forma que la pizza), y a chuparse los dedos.

El Cuartito, Las Cuartetas, Imperio, Angelin, El Imperio de la Pizza, Guerrin, son algunas de las mejores pizzerías de las tantas pero tantas que hay en la ciudad. Una cadena popular es Romario, tal vez no de las mejores pizzas pero sí baratas y buenas.

Facturas de dulce de leche

Cuando es fin de semana y llega la hora del té las panaderías/confiterías empiezan a llenarse de gente. Especialmente en invierno pues el frío invita a comer facturas, como les dicen por aquí a los bollos dulces con distintos ingredientes y sabores.

Y nombres: hay vigilantes, bolas de fraile, facturas de hojaldre, napolitanos, medialunas, churros y un sin fin más de opciones. Algunas llevan crema pastelera, otras membrillo, frutas y muchas de ellas un dulce muy argentino que es el dulce de leche. Si bien por toda Latinoamérica hay versiones de este dulce Argentina se ha hecho cargo de ser el mayor productor y consumidor. Hay bolas de fraile rellenas de dulce de leche y lo mismo medialunas y churros (¡genial combinación!, te lo recomiendo especialmente si eres español).

Otro manjar con dulce de leche es el alfajor. Se consiguen en las panaderías, más artesanales, pero abundan en los kioscos y supermercados. Los hay de varias marcas y son minitortas o minitartas bañadas en chocolate y rellenas de dulce de leche.

¿Buenas marcas? Pues Havanna es un clásico y casi nadie le gana. Si vas a probar, que sea Havanna. Hoy en día la tienda se ha convertido en una cadena de cafeterías así que puedes beber un cafecito con un sabroso alfajor de la amplia variedad que ofrece: de mousse, de nuez, de fruta…

Vinos y cervezas

Si bien no son estrictamente comida son las dos bebidas que más corren en Argentina en general y en Buenos Aires en particular. El vino argentino es famoso en todo el mundo, especialmente por su sabroso Malbec. Hay marcas accesibles para comprar en el supermercado y probar en casa, como Dadá, López, Estiba I, Callia, San Felipe o Postales del Fin del Mundo, solo por nombrar algunas de las que tienen botellas por 100 pesos o menos, pero por supuesto cuanto más caro el vino será mejor: Graffigna, Terrazas, Rutini, Catena, etc.

Y en materia de cervezas de un tiempo a esta parte en el país ha comenzado un renacer cervecero muy interesante. De la mano de curiosos han empezado a desarrollarse pequeñas destilerías de cerveza artesanal. Hoy los bares más cool venden cerveza artesanal y algunas pocas marcas han salido del nicho y se han hecho más conocidas. Incluso han llegado a tener sus propios bares. Es el caso de la cerveza Antares, Berlina o la Patagonia.

Un buen vino para cenar y una buena cerveza artesanal argentina para disfrutar con amigos. Y si ninguna de las dos opciones te gusta mucho puedes probar otros tragos locales como el Fernet Branca con Coca-Cola.


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