El encanto de San Juan de la Rambla

San Juan de la Rambla

En la isla de Tenerife, al norte, está el municipio de San Juan de la Rambla, un encantador y antiguo sitio que puedes visitar si viajas a esta isla de las Canarias.

Te invitamos a descubrir hoy el encanto de San Juan de la Rambla.

San Juan de la Rambla

San Juan de la Rambla

Mide solo 20 kilómetros cuadrados y en ese pequeño espacio encierra todo el encanto del mundo.  Obviamente, está sobre la costa y limita con La Guancha y Los Realejos. Nos cuenta la historia que el pueblo fue fundado a comienzos del siglo XVI por un colono portugués llamado Martín Rodríguez.

Fue él quien construyó una ermita en honor a San Juan Bautista y fue a sus alrededores dónde varias familias dedicadas a la actividad agrícola empezaron a asentarse con el correr del tiempo. Recién obtendría el municipio el título de villa en 1925, de la mano del rey Alfonso XIII.

Antes de la llegada del colono portugués las tierras ya estaban pobladas por el pueblo de los Guanches, los aborígenes de Tenerife. Los Guanches están entroncados, tanto genética como culturalmente, con los bereberes del norte de África. Pero bien, que en 1496 tuvo lugar la conquista castellana de la isla y empezaron a repartirse las tierras y bienes entre colonos y conquistadores. Y así llegó Martín Rodríguez.

Hoy en día llegas hasta a la villa por varias carreteras y puedes llegar en autobús.

Qué ver en San Juan de la Rambla

Playa Las Aguas

Como el municipio se extiende entre el mar, rocas y barrancos hay mucha naturaleza para recorrer, amén del caso urbano propiamente dicho. Puedes primero acercarte a conocer la Playa de Las Aguas, con enormes rocas que emergen del mar apenas empieza a bajar la marea y la playa cobra una luz distinta. Alrededor hay restaurantes y puedes comer en ellos los platos locales.

La playa tiene 120 metros de largo por unos 10 de ancho y es de callaos. Se accede a pie o en coche, es una playa urbana, y por suerte cuenta con bares, restaurantes y hasta teléfono. Hay aparcamiento y el autobús te deja perfecto. Eso sí, tiene oleaje fuerte, así que ¡cuidado!

San Juan de la Rambla

Si te gusta caminar puedes hacer el Sendero Camino Risco de las Pencas que es muy conocido por aquí. El camino empieza en el mirador Fuente del Rey y es al comienzo un camino ancho y empedrado que en su recorrido de 20 metros tiene unas vistas de todo el alto del municipio muy bonitas y panorámicas. Después, el camino sigue a la vera del  profundo Barranco de Ruiz, donde se han encontrado restos arqueológicos, y verás a la izquierda tuberías y una atarjea, así que siempre escucharás agua correr.

Más adelante el sendero se cruza con la carretera de La Vera, con Los Lavaderos a la izquierda, y luego sigue unos 120 metros por esta misma ruta para tomar después la calle Orilla de La Vera, bajar por bancales de piedra seca y llegar hasta la Cruz de los Rodríguez que esta dentro de un edificio pequeño y bien típico de esta parte de Tenerife.

Después tienes el Sendero Cruz de los Rodríguez – Zona Recreativa, bajando en zigzag hacia el Barranco de Ruiz entre tuneras, inciensos, magarzas y tasaigos. Y ya tienes por ahí unas panorámicas preciosas de la costa, tanto de San Juan de la Rambla como de Los Realejos. Por aquí hay cuevas naturales y en la medida en que el camino se acerca a la parte recreativa verás más bancales con cultivos, un molino antiguo…

San Juan de la Rambla

Este camino recorre un total de 3.2 kilómetros y lo terminas en hora y media de andar. No es muy difícil, pero tampoco sencillo. Otro sendero es el Sendero Las Aguas La Rambla y va desde el barrio Las Aguas hasta el Barrio del Rosario.

El barrio Las Aguas es un barrio costero, construido sobre una colada de lava que se internó en el mar. Hoy tiene mucho atractivo turístico y abundan en sus callecitas los restaurantes de pescado fresco. El sendero propiamente dicho comienza desde la izquierda de la playa de callados y sube por tierra desnuda y piedras, bordeando el litoral, mirando al mar. Veremos cañas, piteras, bancales plataneras y de papas, tarajales, la casa El cura, dónde solía vivir el cura del barrio, hasta entrar en el barrio propiamente dicho.

San Juan de la Rambla

El barrio la Rambla está compuesto por un puñado de casitas antiguas y es el grueso que se construyó en torno a la ermita del Rosario de la que hablamos antes. Esta ermita está en su entrada, a la derecha del Camino Real. La entrada al barrio tiene una plazoleta con escalinatas empedradas, la Plazoleta del Río, a unos 50 metros de altitud, así que ciertamente un mirador.

El sendero termina en el Barranco de Ruiz, en la frontera entre Los Realejos y San Juan de la Rambla, dentro del Parque Natural de Tigaiga, con unas vistas fenomenales. Obviamente, este sendero lo puedes hacer a la inversa. Es un kilómetro y medio de recorrido, se hace en una hora y es muy fácil.

Costa de San Juan de la Rambla

Finalmente, está el Sendero orilla La Vera – Barranco de Ruiz. Hay una zona protegida que se llama Espacio protegido de Barranco de Ruiz, en la vertiente norte de Tenerife, y es la frontera natural entre Los Realejos y San Juan de la Rambla. Tiene un terreno accidentado, con un barranco que tiene 2100 metros de largo y  a veces, con una anchura de 520 metros. Hay varios senderos dentro pero los más importantes son dos, uno empieza cerca de la zona recreativa y va hacia el oeste, hasta La Vera, y otro cruza el bosque de este a oeste.

Habiendo hablado del entorno natural, en nuestro qué ver en San Juan de la Rambla, hablemos ahora del centro histórico. Se dice de él que es uno de los cascos históricos más hermosos de Tenerife y está situado sobre la costa, entre barrancos. Tiene bonitas plazas, capillas, casonas, todo bien típico de la arquitectura canaria.

San Juan de la Rambla

Puedes visitar la Iglesia de San Juan Bautista, con sus bellos y coloridos retablos, la Ermita y parroquia San José, construidas en 1781, o conocer el Barrio de los Quevedos, considerado Bien de Interés Cultural.

También está la casa de La Alhóndiga, ex cárcel, ex sala de juntas, ex ayuntamiento; la Casa de los Alonso del Castillo (en la Plaza de la Iglesia de San Juan Bautista), o la Casa de los Delgado Oramos, con su piso de madera y su balcón cubierto a tres aguas, tan común en Canarias.

Hay más casas señoriales para conocer y por supuesto, última pero no menos importante, está la Ermita de Nuestra Señora del Rosario, del siglo XVII, en una residencia privada, con su coro pequeño, su cuadro de la virgen y su púlpito.

Y como decimos siempre, los pueblos ganan encanto según la época en la que los visites pues abundan las fiestas y festejos.


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