Il Porcellino, el jabalí de la suerte de Florencia

Todas las ciudades emblemáticas tienen su símbolo de la suerte. El de Florencia es una pequeña estatua de bronce llamada Il Porcellino que representa a un humilde jabalí, algo realmente asombroso en un destino conocido por ser la cuna del Renacimiento y donde podemos hallar algunas de la sobras de arte más sublimes de todos los tiempos. Pero es así.

La estatua fue esculpida por Pietro Tacca en el año 1634 para decorar una fuente de bronce, fuente hoy en día conocida como Fontana del Porcellino. La fuente debía haber ido a parar a los Jardines de Boboli pero acabó situada en un lugar menos noble de la capital toscana: el Mercato Nuovo. Pero precisamente es esa ubicación (además de la superstición) la que le ha valido ser tan popular entre los turistas.

El hocico del jabalí presenta un aspecto desgastado, y es lógico: la tradición manda que todo aquel viajero que desee regresar un día a Florencia o que simplemente quiera tener buena suerte en la vida debe frotar su mano contra él. Con tanto frotamiento la figura original corría riesgo de ser dañada así que fue trasladada al Museo Bardini en 1998 y reemplazada por una refundición de bronce idéntico.

Además de frotar el hocico, la costumbre es poner una moneda en la boca justo después de haberlo hecho: si la moneda cae por debajo de la reja llegará la buena suerte, pero si cae fuera… Además de esta réplica en el sitio original, has proliferado otros porcellini en ciudades de todo el mundo desde Sydney en Australia a la Universidad de Arkansas en Estados Unidos. ¿tendrán todas ellas las cualidades mágicas del Porcellino florentino original?


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