Kabukicho, el barrio rojo de Tokio

Kabuchiko

Todas las ciudades del mundo tienen sus luces y sombras. En el caso de la moderna Tokio ese espacio esá en una zona de Shinjuku y se llama simplemente Kabuchiko. Es el barrio rojo más famoso e importante no solo de la capital japonesa sino de todo el país.

Caminar por sus calles es contemplar la noche tokiota donde se combina la mafia, el juego, la prostitución femenina y masculina, los bares y restaurantes por doquier. ¿Es seguro para un turista? Sí, aunque de un tiempo a esta parte conviene estar atentos a algunas cuestiones que explicamos en el artículo de hoy.

Kabukicho

Kabuchiko

Esta parte del barrio de Shinjuku es fácilmente accesible usando el transporte público, aunque como la estación JR Shinjuku es enorme y compleja lo ideal es no equivocarse de salida: la que nos deja en Kabukicho es la salida Este, ya sea que llegues en la línea JR Yamanote o en metro.

Es muy reconocible porque entras, ya sea por el enorme letrero de neón rojo, una de las entradas más conocidas, o desde la esquina de la tienda Don Quijote, el más conocido de los negocios Tax Free del país.

Y sí, como suele suceder, en un principio no tan lejano esta zona era muy distinta a lo que es hoy. Después de la Segunda Guerra Mundial comenzó el trabajo de reconstrucción de la ciudad y la idea era levantar aquí un hermoso teatro kabuki (teatro clásico japonés), pero los planes nunca pudieron concretarse.

Kabuchiko en los '80

Así, en las décadas siguientes la zona empezó a convertirse en un lugar para beber y ver películas en el cine teatro que funcionaba allí, el CinemaScope. Se sumaron tiendas de videojuegos y discotecas más adelante y la zona se volvió popular para salir de noche. Empero, a fines de los años ’80, un cambio en la reglamentación de la vida nocturna hizo que muchos negocios cerraran y entonces el negocio viró hacia el entretenimiento de adultos, los famosos clubes de anfitrionas y anfitriones.

Fueron estos negocios los que terminaron por darle las características actuales y tan particulares a la zona. Y así pasó a ser conocido como Kabuchiko, el barrio rojo de Tokio. Pero claro, estamos en Japón así que para el turista no resulta peligroso moverse por sus callecitas. Para los estandares de otras ciudades del mundo esto es Disney, pero aún asi, particularmente si eres hombre, debes tener algunas precauciones.

Kabuchiko

La primera vez que estuve en Tokio fue en el año 2000: cero turismo. Caminar por aquí era realmente sentirse en Marte. 15 años después la cosa había cambiado radicalmente y hoy te topas con turistas hablando todos los idiomas en todas partes.  Lo más usual en las calles de Kabukicho es que se nos acerquen promotores/as ofreciendo tragos baratos y otros menesteres. Como mujer no lo he experimentado pero tengo amigos hombres que sí han pasado por eso muchas veces, incluos siendo extranjeros.

Lo mejor es declinar con amabilidad, pues ya lo sabes, la trampa consiste en ir al bar y pagar después fortunas por las bebidas o que te despiertes desmayado en la calle sin tu billetera. Me consta que ha sucedido. ¿Aún así te gusta la idea de charlar o ver de cerca a una anfitriona, una kyabakura? Pues preparate para gastar mucho dinero: las chicas trabajan solamente para hacerte gastar yenes. Y lo mismo al revés, con los anfitriones.

Golden Gai

Entonces, sabiendo esto… ¿qué puedes hacer en Kabuchiko, el barrio rojo de Tokio, como un simple y mortal turista? Turísticamente hablando lo primero es caminar por el Golden Gai, esa serie de callejones estrechos repletos de bares y restaurantes mínimos que data de la era Showa (1926-1989). En verano verás las puertas abiertas y las barras con capacidad para cinco o poco más personas sentadas apretadas, conversando y bebiendo cerveza.

Kabuchiko

Es genial, pero como se ha vuelto algo turístico en muchos de ellos se paga el asiento, además de la bebida. Y en otros no aceptan turistas. Yo he ido en verano y en invierno y prefiero el verano, pues ves bien el bar, te ven y sabes si eres bienvenido o no. En invierno las puertas cerradas siempre me han intimidado.

Robot Restaurant en Kabuchiko

El famoso Robot Restaurant no lo conozco en persona. He estado a punto de ir un par de veces pero nunca me ha convencido. Con la pandemia cerró sus puertas, así que si vas deberás chequear. Es una mezcla de show musical, carnaval brasilero, robots gigantes, comida y bebida de dudosa calidad, pero quienes han ido se han divertido mucho. Un viaje bizarro y exagerado, y nada barato tampoco: se pagaba 85 mil yenes la entrada (alrededor de 80 dólares de hoy).

Santuario Hanzono

Como en todo rincón de Japón también hay aquí un santuario: el Santuario Hanazono, simple y casi tan escondido que no lo encuentras fácil. Está entre edificios altos, dedicado a Inari, la diosa de la fertilidad, y suele ser sede de varios festivales. Abre las 24 horas.

Don Quijote en Kabuchiko

Al comienzo hablamos sobre la tienda Don Quijote. Hay muchas por todo Japón y la verdad es que puedes entrar, dar una vuelta y hacer algunas compras, pero no es un paraíso tampoco. Lo mismo y a otros precios es probable que lo encuentres por ahí, pero eso sí, para el turista con poco tiempo es estupenda pues puedes comprar packs de golosinas populares a precios geniales y llevártelos como regalo, maletas, ropa y utensilios de cocina, solo por nombrar algunas cosas. Abre las 24 horas y tiene de todo.

Kabuchiko

Si te gusta el cine puedes ir a la sucursal de Cines Toho de Kabuchiko, el que tiene la cabeza de Godzila, icono de la zona. Justo en la calle que baja desde Don Quijote tienes el enorme Godzila y lo bueno es que puedes ver la estatua desde más cerca si subes a la terraza de edificio, en el octavo piso, donde hay un café temático. Y la cabeza se mueve y ruge cada día entre las 8 y las 10 pm.

Kabuchiko

Una nueva atracción, pues el barrio sabe que se ha vuelto más famoso que nunca, es el Tokyu Kabukicho Tower, el complejo hotelero y de entretenimiento más grande del país. Tiene 48 pisos y cnco subsuelos, con cine, sala de conciertos, juegos y patio de comidas y mucho más. Verás además el arte de 26 artistas por todo el edificio y si llegas en autobús de autopista desde Haneda o Narita hay una parada especial aquí. Y finalmente, si te gusta bailar no puedes perderte la enorme discoteca del subsuelo y si te gustan las altuas, comer en el Jam17, el bar restaurante del piso 17

Pero más allá de sí visitas el cine, el bar de Gozdila o el santuario, lo mejor para hacer en Kabuchiko, el barrio rojo de Tokio, es caminar, observar, escuchar, beberse un trago en un bar y disfrutar de la noche. El paseo es el verdadero espectáculo.


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