Después de una serie de crisis personales y de pareja vuelvo a ser feliz, hago yoga, me voy a escribir cerca del mar, he aprendido a ir en motocicleta y le he cogido el gusto a hacer surf. Todo muy bonito menos una cosa: las serpientes. La presencia de serpientes en Bali no es masiva, pero sí que hay. Estaba hace unas semanas caminando por el jardín de mi casa cuando una serpiente finita pero larga me caminó por encima de los pies qué sensación tan horrorosa.
Y hace tan sólo unos días salía del lavabo del resort Desa Seni donde hacen las mejores clases de yoga de Bali cuando me topé con otra serpiente, esta vez gruesa y enorme. Por suerte pude volver a encerrarme en el lavabo hasta que pasara de largo. Según me han dicho los locales las más peligrosas son las serpientes de color verde lima, así que mucho cuidado con ellas.
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