Mallos de Riglos

El mundo tiene lugares extraños, lugares que parecen tallados por la mano experta y cargada de estilo de alguien desconocido. Es el caso de los Mallos de Riglos, esas llamativas y maravillosas formaciones geológicas que están en España.

Todos los mallos tienen su nombre y por supuesto la zona entera invita a practicar actividades de montaña, así que si te gusta estar al aire libre y desafiar tus habilidades o simplemente disfrutar de paisajes inolvidables, ¿qué tal si te das una vuelta por Huesca y conoces los Mallos de Riglos?

Los Mallos de Riglos

Están ubicados en la localidad de Riglos, provincia de Huesca. Los encuentras a apenas 45 kilómetros de la propia ciudad de Huesca en el pre-Pirineo. Riglos es un pueblo encantador construido sobre la orilla del río Gállego, uno de los afluentes principales del Ebro y con casi 194 kilómetros de largo. Apenas viven aquí unas 50 personas así que siempre hay más turistas o escaladores que habitantes, pero eso no ha quitado, por suerte, amabilidad en el trato.

Obviamente el atractivo principal de Riglos son los mallos. Los geólogos dicen que estas peculiares elevaciones se formaron como consecuencia de la elevación de los Pirineos y están compuestos por sedimentos de cantos rodados, arena y grava.

Parece que cuando se creó la cordillera la erosión hizo que grandes cantidades de material fuera arrastrado por cauces de ríos hacia el Ebro pero fueron depositándose y sedimentándose allí. Los gigantescos depósitos a la postre se elevaron y fueron tallados por la erosión del viento y del agua hasta que adquirieron la forma actual, tan repleta de chimeneas.

Como dijimos al principio hay muchos mallos y cada uno tiene su propio nombre. En algunos casos estos remiten a su parecido con algo (Cuchillo, Tornillo, Visera), a gente que los ha escalado, o con las viejas casas de Riglos como Pisón y Firé. Podemos agruparlos en tres grandes grupos: los grandes, los pequeños y los llamados Fils.

Entre los mallos grandes destacan el Pisón, el Puro, el Firé con cinco puntas, el Castilla, el Cuchillos, bien afilado, el Volaos, la Visera, el Frechín y el del Agua, por ejemplo. Entre los mallos pequeños se encuentran el Herrera, la Magdalena, el Colorado, el Chichín, la Agua Roja, el Capaz o el Cored, por ejemplo.

Por otro lado está el Macizo d’os Fils, de estratificación horizontal con la Peña don Justo, el Tornillo y el Tornillito, y el Paredón de los Buitres, a veces llamado mallo Arcaz. Lo cierto es que cualquiera sea es maravilloso. Todos los mallos de Riglos son impresionantes pues sus paredes verticales puedes alcanzar los 300 metros y el sitio donde están emplazados decora todavía más la postal porque se ubican al lado del pueblo y del propio curso de río Gállego. Son de no creer.

Este tipo de lugar atrae naturalmente a quienes aman escalar montañas o la naturaleza en general. El atractivo nace en el siglo XIX pero sigue bien vivo hoy día. Y lo mejor es que para trepar a algunos mallos no es necesario ser un hábil escalador o alpinista pues algunos pueden subirse caminando. Es el caso del mallo del Agua, del Paredón de los Buitres, el Melchor Frechín, la Visera o el Macizo d’os Fils.

Escalar los Mallos de Riglos

Los mallos tienen varías vías de distintas dificultades pero hay que estar en buen estado físico. Las vías de los mallos, su equipamiento, son bastante variables (las hay super modernas y otras más bien clásicas), así que si piensas escalar alguno conviene que te informes bien antes para no encontrarte con sorpresas.

Entre los mallos que puedes escalar están los siguientes: Mallo Fire (tiene dos vías), La Visera (con una vía sola), el Mallo Melchor Frechín (con cuatro vías), el Mallo Pisón con cuatro vías), el Colorado, que vale saber que es uno de los mallos más fáciles y pequeños, y con varias vías de más de 120 metros muy bien equipadas, y la Aguja Roja con sus 150 metros con su vía. Este mallón y el Colorado son los más populares entre los escaladores que prefieren poca altura.

Hay dos refugios donde puedes dormir o descansar o armar campamento. Uno es el refugio Gómez Laguna que se encuentra en la entrada misma del caserío de Riglos. Este alojamiento cuenta con bar y cafetería abiertos todo el días, brinda almuerzo y cena y cuenta con menú infantil. Además, tiene una bonita terraza con una vista panorámica gloriosa. Si visitas el sitio web de este refugio aprovecha y ve la cámara web online para ver los mallos. ¡Cada hora se actualiza!

¿Cuales son las tarifas para este 2018? Alquilar equipos completos para vías ferratas a 15 euros y cada elemento suelto por 5 euros. Un equipo de alquiler tiene cabos de anclaje con disipador, casco y arnés. Las duchas se cobran 3 euros entre las 9 am y las 8 pm. En materia de alojamiento propiamente dicho ofrece dos tipos de habitaciones, una de ocho plazas con literas y dos cuartos dobles. Incluyen sabanas, manta y calefacción.

Por otro lado, además de este refugio hay un camping: el Camping Armalygal. Se trata de un camping sostenible, ecológico con bungalows, piscina, bar y restaurante. Está en Murillo de Gállego, en Zaragoza y cobra 5, 95 euros por adulto el cámping, por noche, y 105 euros el bungalow de cuatro personas. IVA incluido.

Llegar a Riglos es muy fácil. El caserío está situado entre Murillo de Gállego y Ayerbe, en la provincia de Huesca, y se alcanza yendo por la Nacional 240 cogiendo el desvío en el kilómetro 250.


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