En ocasiones buscamos destinos diferentes de los habituales, de los que siempre se hacen en los circuitos. Si ya has visitado esas ciudades típicas que se hacen en los primeros viajes, como Londres o París, lo cierto es que hay otros destinos de los que no hemos oído hablar pero que también son realmente interesantes.
Esta vez veremos qué se puede ver en la localidad de Pokhara en Nepal, una ciudad que se encuentra a unos doscientos kilómetros de la capital, de Katmandú. Esta ciudad puede convertirse en uno de esos viajes especiales en los que descubramos lugares realmente auténticos.
La ciudad de Pokhara
Esta ciudad está situada en el noroeste del valle de Pokhara con el que comparte nombre. Esta localidad se encuentra en una antigua ruta comercial del Tíbet a la India, lo cual fomentó mucho su crecimiento y el florecimiento de la economía. Ya en el siglo XVII formaba parte del Reino de Kaski, que era uno de los 24 reinos de Nepal. En las montañas de los alrededores todavía se conservan algunas ruinas de las épocas medievales en las que la ciudad se encontraba en las rutas más importantes. Desde la capital de Katmandú los hindúes se extendieron por el valle y trajeron su cultura. En los años sesenta llegaron cientos de refugiados a esta zona por la anexión del Tíbet a China. Es curioso que hasta esta década de los sesenta solamente se podía acceder a pie a esta ciudad, ya que todavía no había carreteras asfaltadas. En la actualidad, la zona que está cerca del lago Phewa es de los que se encuentran entre las rutas turísticas de Nepal.
Llegar desde Katmandú
Llegar desde la capital es relativamente fácil. Salen autobuses con mucha frecuencia a diario, ya que es un destino bastante conocido y está bien comunicado con la capital. Hay tres tipos de autobuses, los de los locales, que están repletos de gente y no son muy seguros, por lo que hay que evitarlos. Los que son turísticos, que son algo más cómodos y están menos llenos, y por último están los que son mini autobuses que pertenecen a compañías privadas y hay que concertar, que son sin duda los más seguros y los más rápidos. Si hay que recomendar algunos serían los últimos, los que resultan más cómodos para llegar hasta Pokhara. Hay que decir que el trayecto son más de doscientos kilómetros y el viaje son de unas seis a ocho horas, algo que resulta bastante pesado, pero que vale la pena si deseamos ver los paisajes de Pokhara.
Otra alternativa que tenemos a la hora de llegar son los vuelos locales. Son mucho más costosos pero sin duda nos ahorrarán mucho tiempo a la hora de viajar hasta Pokhara. Tendremos que ver qué es lo que más nos conviene en cada caso. Eso sí, los aviones son pequeños y el aeropuerto también, por lo que no debemos tener miedo a volar.
Lago Phewa
Esta ciudad se ha desarrollado en la orilla oriental de este lago. Los paisajes alrededor del lago es una de las cosas más espectaculares que podemos disfrutar en este lugar. El reflejo de las montañas sobre el lago es una de las principales atracciones que existen en esta zona. En este lugar tenemos algunas de las montañas más altas del mundo, lo cual sorprende a cualquier turista que se acerque.
En el centro de este lago es posible ver un templo sagrado. El Barahi, una pagoda con dos pisos, que llama la atención en este lago. Si queremos ver algún rito sagrado, debemos esperar al sábado. Es este día el que han elegido los lugareños para subirse en las barcas y acercarse hasta el templo con aves para sacrificar en honor a las diosas Newar Ajima. Esta peregrinación de los sábados es sin duda una de esas experiencias que vale la pena ver, por lo que debemos intentar coincidir en la ciudad este día.
Para los amantes del trekking
Aquí se encuentran algunas de las montañas más altas del mundo, por lo que no es de extrañar que sean muchas las personas que se acercan a esta zona para realizar deportes en la montaña. Destacan los circuitos de trekking para los aficionados a estos deportes. En la zona de los Annapurnas es en donde se encuentran los mejores circuitos del Nepal. De hecho esta ciudad es el lugar de entrada del inicio de la ruta del Annapurna que llega al campamento base desde el que se llega a la cima. Pero esta ruta no es para los que no estén preparados, ya que cuenta con más de doscientos kilómetros en un terreno difícil, pero siempre se pueden realizar pequeños trozos para vivir la experiencia. En esta montaña hay caminos que recorrieron los comerciantes en sus rutas hacia el Tíbet, glaciares e incluso increíbles puentes colgantes que no son aptos para los más miedosos.