Francia tiene destinos preciosos donde se combinan el arte y la historia. Uno de ellos es Saint Malo, el lugar turístico más popular de la Bretaña francesa. Si te gusta la fotografía, entonces espera a ver todo lo que esta antigua ciudadela tiene para ofrecer a sus entusiastas visitantes.
Hoy, qué ver en Saint Malo, Francia.
Saint Malo
La historia de esta isla rocosa comienza con la fundación de una ciudad en el siglo I a.C, no exactamente en el mismo lugar pero sí muy cerca. El Fuerte de Aleth, donde hoy se alza St-Servan, fue construido por una tribu celta para resguardar la entrada del río Rance.
Cuando llegaron los romanos los desplazaron y fortificaron aún más el lugar. Tiempo después, en el siglo VI, llegaron hasta aquí los monjes irlandeses Brendan y Aron, y establecieron un monasterio.
La isla de Saint-Malo solo está conectada a tierra firme mediante por un camino de arena y durante el período de los violentos raides vikingos esa era parte de su defensa natural. El obispo Jean de Chatillon le sumó terraplenes y murallas en el siglo XII dando lugar a una verdadera ciudadela.
Con el tiempo los habitantes de Saint Malo desarrollaron un fuerte sentido de independencia y eso los muestra a favor o en contra de los gobernantes que tuvo Bretaña, Francia e Inglaterra. Sus marinos fueron ricos y eran conocidos por robar a naves extranjeras que se aventuraban a pasar por el canal. De hecho, eran corsarios o piratas oficiales, y actuaron principalmente durante los siglos XVII y XVIII bajo la protección del rey de Francia. La famosa patente de corso.
Uno de los marinos más famosos de Francia, a quien se acredita el descubrimiento de Canadá sin ir más lejos, es Jacques Cartier, oriundo de Saint Malo. Con el apoyo de Francisco I de Francia hizo tres viajes a América del Norte en el siglo XVI y fue el primer europeo en desembarcar en lo que hoy es la zona de Montreal y Quebec. Bautizó a estas tierras como «Canadá», un vocablo del pueblo original de la zona y que significa pequeña aldea.
Durante la Segunda Guerra Mundial la ciudad fue muy dañada. Fue el conocido general estadounidense Patton, sitió el pueblo y lo super bombardeó hasta que los alemanes se rindieron. La reconstrucción total de la gloria y belleza de Saint Malo requirió 30 años de reconstrucción.
¿Cómo ir a Saint Malo? Hay muchas formas pero la más popular es en ferry desde la costa sur de Inglaterra o por las Islas de los Canales. Están los ferries de Bretaña que unen Portmouth, en Inglaterra, con Saint Malo haciendo siete cruces semanales en un viaje de nueve horas, los Ferries Condor que unen los mismos puntos pero también otros lugares de la costa inglesa. Por otro lado se puede ir en avión, el aeropuerto está a 14 kilómetros de la ciudadela, pero después hay que alquilar un coche porque no hay autobús o tren que conecte.
Si prefieres el tren la estación del ferrocarril está a dos kilómetros al este de la ciudadela. Puedes ir desde París en un viaje de tres horas y 10 minutos, desde la estación Montparnasse, en un viaje total de siete horas. Si estás en Londres también puedes ir, desde St. Pancras a París y de allí el TGV a Saint Malo.
Qué ver en Saint Malo
Lo primero es la ciudadela. Es la atracción turística más importante: sus calles angostas, sus bares y restaurantes, sus tiendas… Es un destino genial de fin de semana. La ciudadela está pertrechada en la isla de granito y como todo fue destruida en la Segunda Guerra Mundial el aire antiguo es más el resultado de un super trabajo de restauración, todo un proyecto que se completó recién en 1971.
Hoy en día puedes hacer caminando todo el recorrido de las murallas y malecones, para disfrutar de las vistas, disfrutar también de sus playas, salir a comer, relajarse y pasar el mejor fin de semana largo que puedas imaginar. Saint Malo es el mejor destino para esto.
Dentro de la ciudadela está el Chateau de Saint Malo, impresionante, hoy convertido en el ayuntamiento y Museo de Saint Malo. Dentro del museo hay varias exhibiciones, pero la más importante es la que versa sobre la historia marítima de la ciudad y sobre la ocupación, destrucción y reconstrucción en la Segunda Guerra.
También dentro de la Ciudadela está la Catedral de Saint Vincent con su torre espiralada que se alza sobre las calles. En este mismo lugar ha habido una iglesia desde le siglo XII, pero la catedral gótica actual es del siglo XIII. Verás aquí una placa que recuerda la partida de Jacques Cartier hacia Canadá.
La Puerta de Saint Vincent es la entrada principal a la Ciudadela. Dentro y enfrente del Castillo está Place Chateaubriand, hoy la parte más viva del pueblo con restaurantes y hoteles. Fuera de la puerta están los muelles comerciales. Por ejemplo, está el L’Hotel d’Asfeld, una mansión del siglo XVIII que se cuenta entre los pocos afortunados que sobrevivió las bombas. Fue construido por un naviero rico, director de la Compañía Francesa de las Indias Orientales, Francois-Auguste Magon.
Del lado sur de las murallas está Porte de Dinan, un sitio interesante si quieres hacer un paseo en bote. Hay ferries que paran aquí brevemente cuando hacen el crucero río arriba o por la costa hasta Cabo Frehel. Marca también el inicio de Moles des Noires con su faro.
Más allá de Porte des Bes, que da acceso al final norte de la Playa de Bon Secours, están los Campos Vauverts y la estatua del corsario local más famoso, Robert Surcouf. Al noroeste de los terraplenes hay una torre, la Torre Bidoune, con exhibiciones temporales.
Fuera de las murallas de Saint Malo, detrás de la terminal de ferries en el sur de la ciudadela, está el distrito más antiguo, fundado en tiempos romanos: Saint Servan. A la vera del río verás la espectacular Torre Solidor, construida para defender la entrada del Rance, hoy con un museo. El tour dura 90 minutos si quieres hacerlo.
El estuario del río Rance es muy bonito también. Toda la campiña alrededor de la ciudadela es muy pintoresca ya que tiene las casas de los mercaderes ricos de Saint Malo. Algunas tienen sus jardines abiertos al público, por el ejemplo, Parc de la Briantais. También está el Gran Aquarium, con su enorme tanque de tiburones.
El suburbio de Parame ha crecido con el correr de los años y hoy funciona como el resort marino de la propia Saint Malo. Su playa tiene tres kilómetros, es su principal atractivo aunque cuando hay marea alta queda cubierta. Puedes alojarte aquí, hay muchos hoteles que miran el mar.
Hablando de playas y mar, la gente también busca esto, más allá de la ciudadela. Las playas e islas de Saint Malo también reciben visitantes durante el verano. Sus playas son de arenas finas y blancas y hay un puñado de islas rocosas a las que se puede llegar a pie. Muchas de estas islitas tienen viejas fortificaciones, tumbas y claro, vistas estupendas del entorno.
La arena expuesta hace posible caminar la mitad de circuito del Casco Antiguo del lado oeste y del lado norte entre Moles des Nories y el castillo de Saint Malo. Al este del castillo está Playa Grande que entra en el distrito de Parame. Si te gusta la idea de visitar las islas entonces el horario de los ferries los tienes en la puerta de Porte St. Pierre.
La Playa Du Mole está muy al sur y descansa entre Mole des Noires y el bastión de Holanda. La playa es relativamente pequeña y está resguardada así que es un lugar muy buscado en el verano. La Playa de Bon Secours es grande y larga y se accede desde el lado norte del bastión de Holanda vía la Porte St Pierre. Hay un club de pesca en la rampa por debajo de la puerta. También puedes disfrutar de baños marinos en la piscina marina de Bon cuando hay marea baja.
Chateaubriand fue un político y escritor romántico francés oriundo de Saint Malo. Su tumba está en la isla de Grand Be, una de las islitas rocosas a la que puedes llegar caminando. Él fue enterrado aquí porque quería que este fuera su lugar de descanso eterno. Fue en 1848 y verás un simple cruz que que mira el mar. Por otro lado está Petit Be, otra isla a la que se puede llegar caminando si hay marea baja.
Aquí en Petit Be está el muy bien preservado Fort du Petit Be que data de los tiempos de Luis XIV y que recientemente ha abierto a visitantes, siempre con marea baja. Verás unos cañones antiguos muy buenos. La Playa de l’Eventail está fuera de las murallas norte de la ciudadela. Es una de las tres playas más rocosas del lugar, hay tres, y está unida a la Grand Plage o Playa Grande en el Fuerte Nacional.
Este Fuerte Nacional data de 1689 y fue diseñado por Vauban, junto con el resto de la línea de defensa de Saint Malo. Su objetivo: proteger a los corsarios franceses de las incursiones inglesas y siempre tuvieron éxito. El tour por el fuerte dura poco más de media hora y verás muchas cámaras subterráneas, además de disfrutar de sus binoculares apostados en las murallas.
Por último, ¿qué se puede hacer cerca de Saint Malo? ¿Cuáles son las excursiones posibles? Pues hay muchas y lo mejor de todo es que no tienes porque tener coche pues el servicio de tren y autobuses cubre muchos de estos destinos. Puedes ir hasta el Monte St. Michel, al pueblo medieval de Dinan, puedes combinar playas y caminatas por Cancale, Dinard mismo o la Costa Esmeralda.