En las Antillas Menores del Mar Caribe se encuentra una isla encantadora, de esas en las que puedes quedarte a vivir pues tiene todo lo de una postal: aguas turquesas, vegetación suntuosa, playas de arenas blancas y atardecederes inolvidables.
Forma parte de los territorios de ultramar de Inglaterra, y hoy te invito a descubrir cómo es la isla y que puedes ver y hacer en Dominica.
Dominica
La isla forma parte de los territrios de ultramar de Inglaterra y pertenece a la llamada Mancomunidad de Naciones. Se ubica entre las francesas Guadalupe y Martinica y fue descubierta por Colón en su segundo viaje a América, en 1493.
Como la isla fue avistada un día domingo la llamó Dominica. Por entonces estaba ocupada por los indios Caribe que ya habían expulsado a los originarios taínos. Los Caribe resistieron bastante la instalación de los españoles y lograron su propósito. Los ingleses también lo intentaron después, en 1627, pero tampoco tuvieron suerte.
Así, los primeros europeos en lograr asentarse en la isla fueron los franceses en el siglo XVII. Ellos fundaron una aldea que a la postre se convirtió en la capital de la isla. Los ingleses capturaron la isla un siglo después y se convirtió en colonia en 1805.
En 1838 tras la emancipación de los esclavos africanos se convierte en la primera colonia británica en tener una legislatura demoninada por negros, pero a los británicos esta situación no les gustó así que en 1896 volvieron a tomar el control. Dominica volvió a ser colonia. Ya en el siglo XX formó parte de la Federación de las Indias Occidentales hasta que en 1967 pasó a ser un estado asociado al reino Unido. En 1978 se independizó e integró ya la Mancomunidad Británica de Naciones.
Lamentablemente todo este proceso no hizo que Dominica se convirtiera en una isla desarrollada. Al contrario, mantuvo sus niveles de pobreza y subdesarrollo económico crónico. Ha sido siempre, como se le dice en la jerga, una «república bananera» dependiente de la exportación de bananas y, de un tiempo a esta parte del turismo.
La capital es Roseau. Es una isla profusamente selvática, con aguas termales, las segundas más grandes del mundo, cascadas, muchísimo ríos y playas. Lamentablemente es muy vulnerable a huracanes y cada tanto uno la azotá con fuerza y destrucción.
Qué ver y hacer en Dominica
Dijimos más arriba que Dominica posee las segundas aguas termales más grandes del mundo: se trata del Lago Hirviendo o Boiling Lake. No es otra cosa que la fumarola sumergida de un volcán situada en una zona conocida como el Valle de la Desolación. Tiene alrededor de 63 por 76 metros, porque fluctúa.
El lago siempre tiene nubes de vapor por encima, y su agua burbujea entre gris y azul supercalentada por el magma de las profundidades por debajo de las rocas que lo rodean. Es realmente digno de ver, majestuoso además porque puedes ver también el océano en la postal y hasta la vecina isla de Martinica.
La zona ofrece una experiencia de caminata y debes hacerla porque se cuenta entre lo mejor que se hace en Dominica. Es bastante intensa la caminata y a menos que estes familiarizado con el terreno recomendamos tener un guía que te acompañe.Otro paseo recomendado es el del Parque Nacional Cabrits.
Se ubica sobre una península en el extremo norte de la isla, más allá de la ciudad de Portmouth. Se estableció en 1986 y protege en su amplia superficie bosques tropicales, pantanos y arrecifes de corales. Descansa entre dos volcanes extintos y eso crea una postal maravillosa.
Una de las aldeas más populares en la costa norte de la isla es Calibishie. Tiene acantilados empinadísimos, rocas rojas y ríos que bajan desde las montañas. Nació como una aldea de pescadores y aún hoy ofrece un estilo de vida tranquilo, para descansar. Sus playas tienen palmeras y hay mucho de dónde elegir para alojarse.
Calibishie descansa a lo largo de la única barrera de corales que tiene la isla. Este arrecife y sus tierras circundantes le daban a las tribus originarias el lugar ideal para vivir. También verás ríos con alguna que otra lagunita para nadar, cascadas preciosas y ese slencio maravilloso y tan natural que proporcionan los bosques lluviosos tropicales. En menos de un kilómetro puedes ir de la playa a un bosque así. Impresionante.
Hablando de arrecifes lo que hacemos en ellos es bucear y snorquel. Esas experiencias las podemos hacer aquí en la Reserva Marina de Soufriere Scotts Head, en el sudoeste del extremo norte de la reserva misma. Aquí se mezclan las arenas negras con una playa de rocas y debajo de las aguas se esconde un paraíso para buzos que incluso tiene fumarolas activas.
El sitio se llama Champagne Reef, es que las aguas burbujeantes recuerdan la bebida espirituosa. Es un sitio en el que las aguas del mar se convierten en aguas termales y eso atrae a buzos de todo el mundo. Ya sea que bucees o solo hagas snorquel no te vas a arrepentir de sumergirte un poco en estas aguas: miles de colores, esponjas marinas y peces por doquier. Realmente es un sitio hipnotizante que incluso cuenta con un naufragio español del siglo XVII.
El Estanque Esmeralda es un estanque que es alimentado por un arroyo de montaña de aguas claras que cae al estanque mismo desde una altura de 40 metros. Con la luz del sol las aguas se convierten en verde y son algo digno de ver. No te lo pierdas por nada. Está en el Parque Nacional Morne Trois Piton, rodeada de selva, a solo 10 minutos de la carretera Roseau – Castle Bruce, y es Patrimonio de la Humanidad.
Hablando del Parque Nacional Morne Trois Pitons, es como una ventana en el tiempo, como si la isla nunca hubiera sido colonizada ni habitada alguna vez: bosques lluviosos, picos de montañas, ríos, mil fragancias... Dentro está el Estanque Esmeralda pero también el Cañón Titou, el lago Hirviendo y las Cascadas Middleham, el Valle de la Desolación, el Lago Boeri, Morne Anglaise, Morne Watt y Morne Micotrin.
Otro parque es el Parque Nacional Morne Diablotins, en la cadena montañosa del norte de la isla. Data del año 2000 y se creó para proteger a loro Sisserou, símbolo nacional de Dominica. También alberga el monte mas alto de la isla, el Morne Diablotins.
Las costas de Dominica son también muy hermosas. Podemos hablar de la Bahía Pagua, sobre la costa este y a pocos minutos del aeropuerto Douglas Charles. O de la Bahía Rosalie, sobre la costa sudeste, cuyas playas son de arenas negras.
Dijimos antes que Dominica tiene muchos ríos, increiblemente tiene 365, y es el mas amaravilloso de todos es el Indian River. Sobre sus costas es que los indios Caribe se asentaron, usandolo para salir al Mar Caribe también. Fue y es aún una importante vía de comunicación. Sus costas son repdominantemente pantanosas, con árboles maravillosos, y lo puedes conocer a bordo de un bote. Es aquí dónde se han filmado escenas de Piratas del Caribe.
Y finalmente, más allá de las playas, los bosques, los ríos y las bellezas submarinas, lo cierto es que la tierra también es gente. En este caso la mejor manera de conectar con la gente es visitando además de las ciudades el Territorio Kalinago, hogar de esta población que es descendiente de los habitantes originarios de Dominica.
Los Kalinago descienden de los indios Caribe, llegados desde América del Sur. Su vida ha cambiado mucho desde aquellos años lejanos y han debido vérselas con españoles, franceses e ingleses. Eventualmente se han tenido que ir replegando hacia el este de la isla para mantener aún hoy su cultura y hoy, si los visitas, podrás aprenderla: ofrecen visitas guiadas por sus tierras y tradiciones, escaladas, caminatas y alojamiento.
Hasta aquí llegamos entonces con nuestro viaje por la isla Dominica.