Viaje a las islas de Madeira

Las Islas de Madeira son un archipiélago portugués compuesto por cinco islas, de las cuales solo dos están habitadas. Son un gran destino del turismo europeo, así que deben estar padeciendo la gran incógnita que supone esta pandemia que vivimos. ¿Volverán las visitas este verano? Gran pregunta.

Las Madeira, como se las conoce, están a solo 500 kilómetros de Canarias y tienen un clima encantador durante todo el año. Veamos hoy qué nos ofrecen, qué podemos ver, visitar, disfrutar, hacer…

Madeira

Es una región autónoma que, como dijimos más arriba, tiene solo cinco islas: dos habitadas y tres deshabitadas. Las primeras son Porto Santo y Madeira y las segundas han sido bautizadas con el nombre de Islas Desertas o Islas Salvajes.

La belleza y el cálido clima de las islas las han convertido en destino de viajeros casi desde siempre, así que entre sus visitantes ilustres podemos nombrar a la emperatriz Sissí, a Carlos I de Austria o a Winston Churchill.

Madeira es la isla más grande y su capital es Funchal, ciudad situada sobre la costa sur de la isla, aunque no es la única ciudad de importancia. Se trata de islas montañosas, de origen volcánico y clima subtropical.

Los veranos no llegan a ser sofocantes y los inviernos son templados. De hecho, en la isla principal están los restos del bosque primitivo de Macaronesia, que era denso y húmedo y que antes de la llegada de los colonizadores cubrían por completo su superficie. Hoy la zona es Patrimonio Mundial.

Turismo en Madeira

La puerta de entrada a las islas es la isla principal y su capital, Funchal. Aquí viven alrededor de cien mil personas de manera estable, aunque en temporada alta la población crece mucho. Uno de los destinos de la ciudad que no puedes perderte es el barrio de Velha, con calles adoquinadas y casitas antiguas, todo muy pintoresco. La Rua de Santa María es la calle más preciosa de todas, con sus tiendas, sus bares y toda su onda cool.

El Fuerte de Santiago es un viejo fuerte a la vera del mar que data del siglo XVII. Hoy puedes comer dentro, cenar, con una de las mejores vistas que conseguirás en la isla. Obvio, procura reservar.

Para vistas desde las alturas también puedes subir al Monte en teleférico y pasear por el hermoso jardín botánico que lo adorna. Subes en teleférico y bajas metido en un cesto de mimbre típico, haciendo un camino que data de mediados del siglo XIX.

Otra visita puede ser el Mercado de Lavradores con sus puestos de pescado, flores, frutas y productos típicos. Hoy a estos productos típicos se suman cosas para turistas, así que es una visita obligada.

Eso puedes hacerlo por la mañana y por la tarde, con sol y buen clima, puedes pasar un rato en la playa Faja dos Padres, sin arena y con cantos rodados, pero entre acantilados y con un pequeño jardín. ¿Cómo llegas? Pues en el teleférico.

Pero la isla ofrece muchas actividades relacionadas con la naturaleza, así que hay que moverse un poco. En este sentido es una buena idea alquilar un coche y hacer algunas visitas que sin coche se complican. Por ejemplo, en poco menos de media hora podemos subir al Pico Ruivo, el punto más alto de Madeira, o el Pico de Arieiro de unos 1800 metros o el mirador de Eira do Serrado (con su plataforma de vidrio que te hace andar en el aire). Conducir por las rutas de montaña, bajo el sol, con el viento entrando por las ventanillas del coche… vaya si vale la pena.

grutas de são Vicente

También en auto otro paseo es el de las Grutas de Sao Vicente, por ejemplo. Es el corazón de la isla y mediante distintas actividades pensadas para el visitante se puede aprender mucho sobre la formación geológica del archipiélago. Incluso se ven estupendos tubos de lava seca que se formaron hace cuatro mil años… En coche, también, puedes llegar a los pueblos de pescadores de Cámara de Lobos, Machico o Canical, con centros urbanos centenarios y sitios encantadores para comer.

Como ves, alquilar un coche realmente vale la pena pero lo que vale la pena un poco más es alquilar un 4×4 o un jeep que te permita llegar un poco más allá, por caminos más difíciles. Solo en jeep llegarás al Patrimonio de la Humanidad de los bosques de laurisilva que nombramos al comienzo. Si quieres sumar algo de caminatas al coche, entonces puedes hacer senderismo por el camino de Caldeirao Verde o por el 25 Fontes, ambos de más de 4 kilómetros pero menos de 7.

¿Piensas en islas y piensas en playas? Bueno, lamento decepcionarte un poco pues Madeira no es conocida especialmente por sus playas. Es más su geografía su atractivo, que su costa. Aún así hay algunas playas o más que eso, piscinas naturales y artificiales. Las piscinas naturales de Porto Moniz son un ejemplo. Para un día de sol y agua, están ellas. Se trata de piscinas formadas por roca volcánica, sobre la costa misma, a las que la gente local ha rodeado de servicios turísticos.

Eso en la costa, en el mar siempre está la oportunidad de ver ballenas y delfines y, si te animas, andar entre ellos. Solo tienes que ir al puerto y apuntarte a un tour. Con estas actividades yo diría que puedes exprimir al máximo tu paso por Madeira. Después, sí, siempre puedes saltar a la otra isla, Porto Santo o la isla dorada, esta vez sí con playas encantadoras, doradas, y con agua cristalina. Si Madeira ofrece actividades, Porto Santo ofrece relax.

Finalmente, no puedes terminar tu viaje sin probar la gastronomía local, los pinchos de carne de vaca, los pescados y mariscos o la ponchada, la bebida local de aguardiente, limón, azúcar y caña. ¿Si pega? Descúbrelo. Lo cierto es que Madeira es un gran destino de viaje donde puedes combinar excursiones, actividades bajo el sol, mucho movimiento, con días de playa, mar y descanso.

Si alquilas un coche vas a disfrutar mucho más el viaje, si sales de bares también y si te alcanza el dinero y puedes pagar un buen alojamiento con vista al mar, ni te cuento.


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