Norte de Alaska, el límite del mundo

Hoy nos toca hablar de una de las regiones más hermosas del mundo: Alaska. Muchos de nosotros solo conocemos esta tierra por las películas o documentales y sin dudas después de ver esas imágenes no quedamos pensando en su salvaje naturaleza, casi en estado puro.

Dice la historia que los estadounidenses le compraron el territorio de Alaska a los rusos, así que en el mapa Canadá queda algo apretadita entre Estados Unidos y ese lejano y bastante nuevo estado de los estados confederados que componen este país del norte. Precisamente hoy hablaremos del lejano norte de Alaska, el destino menos visitado pero más hermoso de todos si quieres experimentar el planeta como alguna vez fue.

Alaska

Alaska es un estado al que los locales conocen también con el nombre de Great Land. La manera más rápida de llegar es en avión pues las ciudades más importantes, Anchorage, Juneau y Fairbanks, tienen aeropuertos importantes. Desde allí empresas más pequeñas se ocupan de brindar servicio aéreo a las comunidades, aldeas y zonas mas remotas del estado, por ejemplo el norte.

Moverse por dentro del territorio implica volar, coger trenes, ir en coche o navegar. Incluso, diríamos que lo mejor de todo es combinar todos estos medios de transporte porque así se experimenta la verdadera Alaska. Navegas por el mar bordeando la costa, sobrevuelas montañas o contemplas una tundra virgen a través de la ventanilla del tren.

Hay muchas líneas de barco privadas que ofrecen transporte y tours pero los locales suelen utilizar el Alaska Marine Highway System o AMHS, una red de ferries que cubre 25 puertos en el estado y transporta personas, motos, coches y bicis y tiene multitud de rutas.  Es una empresa pública que comunica Inside Passage, Prince William Sound, la Península Kenai, la Isla Kodiak y las Islas Aleutianas.

Los ferries tienen camarotes, se puede viajar de noche y dormir en las cubiertas públicas en tu propia tienda de campaña. Eso sí, si vas en verano deberás reservar porque hay mucho turismo interno. Por otra parte, si el mar o el aire no es lo tuyo y te encanta conducir entonces puedes recorrer las rutas y tendrás asegurado paisajes  increíbles.

En tren puedes sacar provecho de las dos rutas ferroviarias que hay: la Alaska Railrod y la Ruta White Pass & Yukon. Esta última va desde Skagway a Fraser y tiene mas de un siglo pues nació en tiempos de la Fiebre del Oro. La otra  es moderna y va de Seward a Fairbanks parando en Anchorage, Wasilla, Talkeetna y el Parque Nacional Denali. Un detalle: no puedes llegar en tren a Alaska desde Canadá o el resto de Estados Unidos.

Far North Alaska, el norte lejano de Alaska

Cuando coges el mapa y ves el estado ves que el grueso de las poblaciones se aglutina más cerca de la frontera con Canadá y sobre la costa del Pacífico. Más allá está el norte o Far North como le dicen aquí. No es fácil llegar, pero si te animas el destino te recompensa con los mejores paisajes de lagos, montañas, tundra y aguas árticas que puedas imaginar.

El lejano norte de Alaska tiene también cultura nativa y es las mismas dos ciudades principales, Barrow y Nome, se entra en contacto con ellas. El norte es el lugar donde el sol nunca termina de ponerse durante los meses de verano y donde tampoco parece salir por completo en el invierno. Es un lugar de animales salvajes que es raro ver en otros sitios y el mejor lugar para ver caribús y osos polares.

Se llega en avión desde Fairbanks, es la ruta mas usual, pero también puedes conseguir vuelos desde Anchorage. Los aviones llegan a los asentamientos que mencioné antes así que podemos empezar a hablar de ellas. ¿Qué hay con Barrow? Es una aldea nativa esquimal muy pero muy pequeña, situada arriba del Círculo Polar Ártico, a 531 kilómetros, y es el asentamiento situado más al norte de los Estados Unidos. ¿Te gustan los esquimales? Es el sitio.

En Barrow puedes empezar el recorrido visitando el Centro de Patrimonio Inupiat cuya entrada cuesta 10 dólares y te enseña un poco la cultura y sus expresiones artísticas. Abre de 8:30 am a 5 pm y cierra en el horario del almuerzo. Sabiendo algo mas del lugar puedes entonces emprender el Barrow Walking Tour que es un camino con 28 paradas que se hace en autobús.

Barrow tiene tradición ballenera y la ruta turística tiene sitios arqueológicos, tradicionales, monumentos, casas antiguas, hermosos lagos, alguna granja, un antiguo cementerio y una estación ballenera tradicional. Lo mejor es ir en verano, entre el 10 de mayo y el  2 de agosto que es cuando está el famoso Sol de Medianoche.

Nome es un asentamiento que descansa en la punta de la Península Seward sobre el Mar de Bering. Es el mejor destino para el viajero aventurero y amante de la Naturaleza y parece que es lo más lejos que puedes llegar en Alaska sin perder del todo las comodidades del mundo moderno. Es una ciudad pequeño rodeada de paisajes fabulosos, con cultura nativa y gente muy amable.

Nome creció de la mano del oro a comienzos del siglo XX pero hoy los viajeros llegan atraídos por las maravillas turísticas y ya no por el oro. Se llega en un vuelo de 90 minutos desde Anchorage (una aerolínea viaja derecho y la otra hace al menos una parada en la ruta), y una vez allí si quieres ver más hay que alquilar un coche y salir por alguna de las rutas que se disparan desde Nome.

Es una tierra casi sin árboles así que la mirada se pierde en el horizonte, en ríos de aguas heladas y cristalinas, en sorpresivas playas de arenas blancas y una tundra que sube y baja con gentileza. Una maravilla. Nome supo ser una ciudad mas grande, en aquellos tiempos del oro, así que cuando te alejas de la ciudad ves los restos del trabajo de minería por todas partes. Lleva la pala y el pico porque aquí te puedes quedar con lo que encuentres así que tal vez el oro no se ha acabado por aquí todavía…

Especialmente hay dos eventos turísticos: una migración masiva de aves que tiene lugar a finales de la primavera y una carrera de perros con trineos en marzo. El tiempo recomendable para conocer Nome es de tres días y así uno puede ir y venir por su sistema de rutas con un coche alquilado. En primavera el clima es mejor y entonces puedes hacer al menos tres rutas, una por día.

Creo que con las imágenes que acompañan el artículo no hay dudas de que el lejano norte de Alaska es una tierra preciosa en ese sentido de la palabra, vale cada metro con su explosiva e inolvidable belleza.


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