Cuando hablamos de leyendas mexicanas estamos haciéndolo de las tradiciones y anécdotas de un pueblo milenario. No podemos olvidar que, mucho antes de la llegada de los españoles, ya había existido en la zona la cultura olmeca y posteriormente la maya y la representada por los aztecas.
Fruto de la síntesis de todas estas civilizaciones es la historia de México y, por supuesto, también sus leyendas. De este modo, algunas de las que vamos a contarte hunden sus raíces en las culturas precolombinas, mientras que otras aparecieron posteriormente, cuando las tradiciones prehispanas se fusionaron con las llegadas desde el Viejo Continente. Si quieres saber más acerca de las leyendas mexicanas, te invitamos a seguir leyendo este artículo.
Leyendas mexicanas, desde los olmecas hasta nuestros días
La tradición legendaria de México es muy rica y variada. Engloba historias que tienen que ver con los astros, con el nacimiento de las grandes ciudades, con sus trajes típicos (aquí tienes un artículo sobre ellos) e incluso con las creencias y ritos de los habitantes del país. Pero, sin más preámbulos, vamos a contarte algunas de estas historias.
La leyenda del Popo y el Itza
Desde Ciudad de México puedes ver dos de los volcanes más altos del país: el Popocatépetl y el Itzaccíhuatl, que llamaremos, para mayor sencillez, el Popo y el Itza. Ambos son protagonistas de esta historia, una de las muchas leyendas mexicanas de origen azteca.
Cuando este pueblo llegó a la zona, creó la gran Tenochtitlan, sobre la cual se asienta hoy Ciudad de México. En ella nació la princesa Mixtli, que era hija de Tozic, emperador de los aztecas. Al llegar a la edad de casarse, fue pretendida, entre otros muchos, por Axooxco, un hombre cruel.
Sin embargo, ella amaba al guerrero Popoca. Este, para ser digno de ella, debía convertirse en conquistador y alcanzar el título de Caballero Águila. Partió al combate ausentándose por mucho tiempo. Pero, una noche, Mixtli soñó que su amado había muerto en la lucha y se quitó la vida.
Cuando Popoca regresó años después, se encontró con que su amada había muerto. Para rendirle homenaje, la enterró en una enorme tumba sobre la que colocó diez cerros y prometió permanecer junto a ella para siempre. Con el tiempo, la nieve cubrió tanto el túmulo de Mixtli como el cuerpo de Popoca dando lugar al Itza y al Popo.
Sigue contando la leyenda que el guerrero sigue enamorado de la princesa y, cuando su corazón tiembla, el volcán expulsa fumarolas.
La Llorona, una leyenda mexicana muy popular
Cambiamos de época, pero no de zona para contarte la leyenda de la Llorona. Cuenta que, en tiempos coloniales, una joven indígena tuvo un romance con un caballero español del que nacieron tres hijos.
Aunque ella pretendía casarse con su amado, este prefirió hacerlo con una dama española y la joven nativa perdió el juicio. Por ello, caminó hasta el lago Texcoco, donde ahogó a sus tres hijos y después se arrojó ella misma. Desde entonces, son muchos los que aseguran haber visto en los alrededores de la laguna a una mujer vestida de blanco que se lamenta por el triste destino de sus hijos y que termina por retornar al Texcoco para sumergirse en sus aguas.
La isla de las Muñecas
Las muñecas siempre han tenido una doble cara. Por una parte, sirven para que jueguen los pequeños. Pero, por otra, en determinadas situaciones tienen algo de misterioso. Precisamente esto es lo que ocurre en la isla de las Muñecas.
Se encuentra en zona de Xochimilco, a apenas veinte kilómetros de Ciudad de México. Puedes llegar hasta ella surcado los canales en unas curiosas barcas tradicionales llamadas trajineras.
El caso es que la isla de las Muñecas es escenario de aterradoras leyendas. En cambio, la que explica su origen es, sencillamente, triste pues todo nace de una muchacha que se ahogó.
Don Julián Santana era el propietario de las plantaciones (en lenguaje náhuatl, chinampas) donde fue encontrado el cuerpo de la joven. El impresionable terrateniente se convenció de que se le aparecía y, para ahuyentarla, empezó a colocar muñecas a lo largo de toda su finca.
Curiosamente, la leyenda continúa diciendo que ahora es don Julián quien vuelve de vez en cuando para cuidar de sus muñecas. En cualquier caso, si te animas a visitar la isla, comprobarás que tiene un aire verdaderamente misterioso y tétrico.
El callejón del beso de Guanajuato, una leyenda mexicana llena de lirismo
Viajamos ahora hasta la ciudad de Guanajuato, capital del estado del mismo nombre y ubicada en el centro del país, para contarte esta romántica leyenda mexicana. Concretamente nos referimos a la del callejón del beso, una pequeña vía de tan solo 68 centímetros de anchura cuyos balcones están, por tanto, casi pegados.
Justamente en ellos se citaban Carlos Y Ana, una pareja de enamorados cuya relación era prohibida por sus progenitores. Cuando el padre de la muchacha se enteró de que esta le había desobedecido, la mató clavándole una daga en la espalda.
Carlos, al ver el cadáver de su amada, besó su mano que todavía estaba tibia. No termina ahí la leyenda. Debes saber que, si visitas Guanajuato con tu pareja, debéis besaros en el tercer escalón de la calle. Si lo hacéis, según la tradición, conseguiréis siete años de felicidad.
La Mulata de Veracruz
Nos trasladamos ahora a Veracruz (aquí tienes un artículo sobre qué ver en esta ciudad) para contarte otra historia sentimental, aunque en este caso de celos y venganza oscura. Cuenta esta leyenda mexicana que en la ciudad vivía una mulata tan hermosa como de origen desconocido.
Tanta era su belleza que salía poco a la calle para no despertar habladurías. Sin embargo, era imposible evitarlas. Y la gente comenzó a decir que tenía poderes de brujería. Esto comenzó a despertar los recelos de sus conciudadanos.
Sin embargo, Martín de Ocaña, el alcalde de la ciudad, se enamoró locamente de ella. Incluso le ofreció toda clase de joyas para que se casara con él. Pero la mulata no aceptó y eso fue su perdición. Despechado, el gobernante la acusó de haberle dado un brebaje mágico para que cayera en sus redes.
Ante tales acusaciones, la mujer fue encerrada en la Fortaleza de San Juan de Ulúa, donde se la juzgó y condenó a morir quemada ante todo el pueblo. Mientras esperaba su castigo, convenció a un guardia para que le diera una tiza o gis. Con ella, dibujó un barco y preguntó al carcelero qué le faltaba.
Este respondió que navegar. Entonces, la bella mulata dijo «mira cómo lo hace» y, de un salto, se subió en la embarcación y, ante la asombrada mirada del guardia, se alejó en el horizonte.
La princesa Donaji, otra trágica leyenda mexicana
Esta otra leyenda que te traemos pertenece al folclore del estado de Oaxaca y se remonta a tiempos precolombinos. Donaji era una princesa zapoteca nieta del rey Cosijoeza. En aquel momento, este pueblo se encontraba en guerra con los mixtecos.
Por ese motivo, estos tomaron a la princesa como rehén. Sin embargo, viéndose amenazados por sus contrincantes, la decapitaron, aunque nunca dijeron dónde habían enterrado su cabeza.
Muchos años después, un pastor de la zona donde hoy se encuentra San Agustín de Juntas estaba con su ganado. Encontró un precioso lirio y, no queriendo hacerle daño, optó por desenterrarlo con su raíz. Para su sorpresa, al escarbar, fue apareciendo una cabeza humana en perfecto estado. Era la de la princesa Donaji. Así, su cuerpo y su cabeza se unieron y fueron llevados al templo de Cuilapam.
La leyenda del Gallo Maldonado
No dejará de resultarte sorprendente cuántas leyendas mexicanas tienen que ver con desengaños amorosos. Pues esta que te traemos para finalizar nuestro recorrido también está vinculada a un corazón roto.
Luis Maldonado, mejor conocido por el Gallo Maldonado, era un joven poeta que vivía en San Luis de Potosí. Era de la clase media, pero se enamoró de Eugenia, que pertenecía a una familia acaudalada. Tuvieron una relación duradera, pero un día la joven le dijo que ponía fin a su romance y que no volviera a buscarla.
Deprimido por ello, el joven enamorado fue deteriorándose, cambiando bebida por poemas, hasta que enfermó y murió. Sin embargo, para sorpresa de sus familiares, un día alguien llamó a la puerta de la casa y resultó ser Maldonado. No explicó lo que había sucedido, solo les contó que tenía frío y que le dejasen entrar.
Así lo hicieron, pero el infortunado joven no tardó en reemprender su vida bohemia y degradadora. Esto duró un tiempo, hasta que, de nuevo, el Gallo Maldonado desapareció, esta vez para siempre. Nunca más supieron de él.
Pero ahora viene lo mejor de la historia. Algunas parejas de enamorados que paseaban su amor por el casco histórico de San Luis de Potosí en días de luna llena han contado que el Gallo Maldonado se les había aparecido para recitarles un poema sentimental.
En conclusión, te hemos contado algunas de las muchísimas leyendas mexicanas que jalonan el folclore del país azteca. Pero podríamos hablarte de otras muchas. Aunque solo sea de pasada, también te citaremos la del hallazgo del maíz por parte de los aztecas, la del Charro Negro, la de la mano en la reja, la de la calle del niño perdido o la de la serpiente emplumada o Quetzalcóatl.