Puente de Triana

El puente de Triana

Puente de Triana

El puente de Triana es uno de los símbolos de la ciudad de Sevilla, al igual que lo son la Giralda o la Torre del Oro. Como su propio nombre indica, sirve como nexo de unión entre el centro de la localidad y el precioso barrio de Triana, superando el río Guadalquivir. Y es tan popular que casi todos los turistas que visitan la ciudad hispalense lo cruzan.

Cuenta con más de cien años de historia durante los cuales ha sido testigo mudo del desarrollo de Sevilla hasta convertirse en la gran urbe que es hoy. Por todo ello, es más que una obra de ingeniería. Es un gran monumento de la localidad. Si te apetece conocer un poco mejor este símbolo sevillano, continúa leyendo nuestro artículo.

Un poco de historia del puente de Triana

Justamente hasta el siglo XIX no hubo un puente construido que conectase ambas riberas del Guadalquivir. El tramo de este que va desde Córdoba hasta Sanlúcar de Barrameda solo tenía como nexo de unión entre ambas orillas las barcas.

En el caso de Sevilla, no se había construido un puente por problemas de cimentación del fondo del río. Este era muy arenoso y blando. Por ello, los musulmanes hicieron, ya en el siglo XII, una pasarela de barcas justamente donde hoy está el puente de Triana. Y no debía estar mal hecha, puesto que se mantuvo hasta el propio siglo XIX.

Ya en 1844, se desarrolló un concurso público para elegir el proyecto de lo que iba a ser el puente de Triana. Resultó escogido el de los franceses Gustave Steinacher y Ferdinand Bernardet, quienes ya habían trabajado en la construcción de viaductos en el Puerto de Santa María.

La plataforma del puente de Triana

Tablero del puente de Triana

Su proyecto era similar al de los puentes de Austerlitz y del Carrousel en París. La construcción costaría doce millones de reales y se sufragaría mediante un portazgo o impuesto a los carruajes que cruzaran el viaducto. Tras no pocos problemas económicos y el abandono de Steinacher, las obras culminaron en 1852. Fue inaugurado el 23 de febrero de ese año con el nombre de puente de Triana o de Isabel II, en honor a la reina de España.

Desde entonces, como te decíamos, ha permanecido como unión del centro de Sevilla con el barrio de Triana. Y también ha sufrido reformas y algún que otro accidente. El más grave tuvo lugar en 1874, cuando el vapor inglés Adela chocó contra él. La reparación fue encargada al ingeniero Nolasco de Soto y tuvo un coste de 723 pesetas.

Características del puente de Triana

Este viaducto, que es Monumento Nacional desde 1976 y el más antiguo de Sevilla, fue construido en piedra y hierro. De hecho, está considerado el más antiguo de España entre los edificados con esos materiales. Precisamente, su plataforma descansa sobre tres arcos de hierro que a su vez se apoyan en pilastras hundidas en el Guadalquivir. Cada uno de ellos es una arcada de luz y tiene una extensión de 43 metros. Los completa un arco marinero.

Cada vano de estas arcadas está formado por cinco tramos semi-elípticos paralelos que se unen con cruces sujetas mediante tornillos. Asimismo, el interior de esos arcos fue rellenado con tablas de madera de pino unidas por un betún especial.

No obstante, esas arcadas ya no soportaban el peso del puente. Para ello, en la actualidad hay una estructura interna que lo hace, quedando las primeras como elemento decorativo.

Por su parte, el tablero primitivo del puente de Triana era de hormigón en la calzada y de piedra y ladrillo en las aceras. Descansaba sobre una plataforma de hierro cruzado que iba unida a las armaduras.

El puente de Triana de noche

Puente de Triana de noche

Como elementos decorativos, el puente cuenta con una barandilla a cada lado y con farolas de tipo fernandino a lo largo de su extensión.

La capilla del Carmen

Pero más curioso es el hecho de que en uno de sus extremos (el del lado de Triana) cuenta con una pequeña capilla. Llamada por los sevillanos «el mechero» por su peculiar forma, su nombre auténtico es capilla del Carmen. Fue construida por el arquitecto Aníbal González, a quien se debe igualmente la magnífica plaza de España de la ciudad.

El motivo de la edificación de esta capilla también es curioso. Cuando se realizaron obras para ensanchar la avenida de Triana y mejorar los accesos al puente, hubo que derribar la capilla del Carmen que se encontraba al lado del mercado de abastos.

Para no perder ese símbolo trianero, el Ayuntamiento encargó una nueva capilla que hoy puedes ver en el extremo del puente y que fue acabada en 1928. La construcción es de ladrillo visto y presenta dos torres unidas por un cuerpo rectangular. La primera es más baja y termina en una cúpula de cerámica. A su vez, sobre esta hay un templete que alberga esculturas de Santa Justa y Santa Rufina junto al escudo de la Orden del Carmen. Por su parte, la otra torre es más alta, tiene forma octogonal y cuenta con un campanario en su parte superior.

Cómo llegar al puente de Triana

Si visitas Sevilla, te interesa conocer cómo llegar hasta el puente de Triana. Puedes hacerlo en autobús urbano o en metro. Incluso, si estás fuera de la ciudad, puedes usar el ferrocarril. Las líneas de este último que paran cerca del viaducto son la C1 y la C4.

La capilla del Carmen

Capilla del Carmen

En cuanto a los autobuses urbanos, tienen parada cerca del puente las líneas 03, 27, EA, M-111, M-153 y M-159. Finalmente, la línea de metro que debes tomar para llegar al viaducto es la L1 y tienes que bajarte en las estaciones de Puerta de Jerez o de plaza de Cuba.

En conclusión, el puente de Triana es un símbolo de la ciudad de Sevilla. Histórico por ser el más antiguo de España construido en hierro y piedra, como te decíamos, además tiene la curiosidad de tener una capilla en su estructura. Si visitas la ciudad andaluza, no dejes de ir a verlo. Especialmente bonito es de noche, con la iluminación reverberando sobre el río Guadalquivir, como puedes ver en una de las imágenes de este artículo.


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*