Si te preguntas qué ver en Lloret de Mar, te diremos que esta localidad de la provincia de Gerona te ofrece tanto preciosos monumentos como privilegiados espacios naturales. De hecho, se trata de una de las poblaciones más importantes de la espectacular Costa Brava.
Pertenece a la comarca de la Selva y limita al sur con Blanes y al norte con la no menos bonita Tosa de Mar. Tiene casi cuarenta mil habitantes y combina a la perfección historia e interés turístico. En cuanto a la primera, cuenta con varios yacimientos arqueológicos íberos y romanos. Respecto al segundo, gracias a su clima y playas, se ha convertido en uno de los principales puntos de vacaciones de la zona. Para que la conozcas mejor, vamos a mostrarte qué ver en Lloret de Mar.
Yacimientos arqueológicos
Yacimiento arqueológico de Puig de Castellet
Para comenzar por orden cronológico, lo más antiguo que puedes ver en Lloret es su patrimonio arqueológico. Cuenta con tres yacimientos en su entorno. El de Turó Rodó es el más cercano a la población. Se trata de un poblado íbero datado en el siglo III antes de Cristo. Lo encontrarás sobre una pequeña península y te muestra cómo vivía este pueblo primitivo de la Península Ibérica. Incluso se ha reconstruido una casa típica con sistemas y materiales de la época.
Por su parte, el yacimiento de Puig de Castellet, que pertenece a la misma época, tenía una función estratégica, ya que permitía dominar visualmente toda la zona entre el río Tordera y la costa mediterránea. Probablemente fuera un baluarte defensivo del tercer asentamiento, el de Montbarbat, que es el más grande, con cinco mil setecientos metros cuadrados de superficie. A su vez, este se hallaba rodeado por murallas con torres defensivas y tenía varias calles con viviendas y otras edificaciones como almacenes de alimentos. Fechado entre los siglos IV y III antes de Cristo, en él se han encontrado también cerámicas púnicas y griegas.
Los castillos de San Juan y d’en Platja, símbolos que ver en Lloret de Mar
El precioso castillo d’en Platja
El primero es un emblema de la villa gerundense y se halla en el promontorio que separa las playas de Lloret y de Fenals. Era una fortaleza medieval construida en el siglo XI, justamente, para defender la costa de ataques piratas, aunque también se usó en guerras posteriores.
De hecho, a principios del siglo XIX, después de una de ellas, quedó en ruinas. Solo se conservó la torre del homenaje, que, además, ha sido restaurada hace unos años. Gracias a ello, puedes visitarla. La entrada solo cuesta tres euros que se reducen a uno y medio para jubilados o estudiantes.
En cuanto a los horarios, permanece abierto desde las 10 a las 13 horas y desde las 17 a las 19 todos los días entre junio y septiembre. En cambio, de octubre a mayo, solo abre los fines de semana y festivos desde las 10 hasta las 13 horas. Además, desde la montaña donde se encuentra tienes unas espectaculares vistas de la Costa Brava.
Pero más espectacular aún es otro símbolo de Lloret. Te hablamos ahora del castillo d’en Platja, que tiene un carácter muy distinto al anterior. Porque, si bien parece una construcción gótica del Medievo, se construyó en los años treinta del siglo XX como casa de verano para el industrial Narciso Platja. En cualquier caso, es una preciosidad de estilo, justamente, neogótico que hallarás en la punta de Sa Caleta. Actualmente, funciona como museo sobre el cambio climático.
La iglesia de San Román y otros templos de Lloret
San Pedro del Bosque, uno de los grandes monumentos que ver en Lloret de Mar
La iglesia parroquial de San Román es el monumento religioso más importante de Lloret. Fue construida a principios del siglo XVI y responde al estilo gótico, aunque ya presenta algunos elementos renacentistas. Asimismo, tiene rasgos típicos de las iglesias fortificadas como la puerta levadiza.
Pero esto solo es válido para su frontal. Porque los laterales nada tienen que ver con la austeridad del primero. Te sorprenderá la explosión de colores de sus cúpulas y su mosaico dedicado a los doce apóstoles. Esta parte del templo es modernista y se debió a los emigrantes que retornaban de América enriquecidos. Además, en su interior puedes ver dos preciosas capillas: la del Santísimo y la Bautismal.
Por otra parte, no es la de San Román la única iglesia que ver en Lloret de Mar. La ermita de Santa Cristina es neoclásica del siglo XVIII; la de las Alegrías, a unos dos kilómetros del centro urbano, comenzó a construirse en el XI; la de San Quirze, muy cerca del espectacular cementerio modernista, es aún más antigua, y la capilla dels Sants Metges pertenecía al hospital de beneficencia y, por tanto, data del XV.
Finalmente, a cinco kilómetros de la localidad gerundense y rodeado de exuberante naturaleza tienes el antiguo monasterio de San Pedro del Bosque, fundado por la orden benedictina en el siglo X. No obstante, se reconstruyó en el XIX con dirección del famoso arquitecto Puig y Cadafalch. Actualmente, una parte de él está dedicada a hotel y restaurante, por lo que puedes ver su interior.
El casco histórico de Lloret de Mar
Ayuntamiento de Lloret de Mar
Ya te hemos hablado de algunos monumentos que puedes ver en el casco histórico de la villa catalana. Pero ahora nos detendremos en otros no menos espectaculares. Caminando por el Paseo Mosén Jacinto Verdaguer y calles adyacentes como la de las Viudas y Doncellas encontrarás varias casas de indianos a cuál más imponente.
Entre ellas, destacan la casa Cabañas y, sobre todo, Can Font. Esta última es un edificio neoclásico construido en 1877 por encargo de Nicolau Font y Maig. Sin embargo, el interior es genuinamente modernista y constituye todo un museo. Poque abundan en él frescos y yesos en techo y paredes, esgrafiados, mosaicos de cerámica y barandillas de hierro labrado. Te recomendamos que la visites. La entrada solo cuesta cinco euros y es una auténtica maravilla.
Por otra parte, en el caso antiguo se encuentra, asimismo, el Ayuntamiento. También responde al estilo neoclásico y se construyó en 1872 con planos de Marí Sureda y Félix de Azúa. En su fachada, destaca un campanario de hierro forjado y un reloj. Como anécdota, sobre este último verás uno de los pocos escudos que se han conservado del rey Amadeo de Saboya.
Finalmente, en el casco histórico puedes visitar el Museo del Mar, que se encuentra en otra casa de indianos, Can Garriga. Al visitarlo, descubrirás el pasado de Lloret, desde el trabajo de sus pescadores hasta el de los capitanes que comerciaban con ultramar. Como complemento a este museo, tienes Es Tint, un edificio que albergó, precisamente, la cofradía de pescadores y que se conserva igual que entonces.
El jardín botánico de Santa Clotilde
Jardines de Santa Clotilde, uno de los lugares más bonitos que ver en Lloret de Mar
Sobre un acantilado entre la playa de Fenals y cala Boadella encontrarás esta maravilla que, además, te ofrece espectaculares vistas de la zona. Se debió al gusto por los jardines italianos del marqués de Roviralta, quien encargó su creación a principios del siglo XX. El responsable de llevarlo a la práctica fue el paisajista Nicolau Rubio y Tudurí, quien creó una joya natural de pinos, álamos, cipreses y flores. Asimismo, adornó todo ello con estatuas, fuentes e incluso un lago que proporcionan al entorno un aire mágico.
En este caso, la entrada cuesta seis euros, aunque también hay un precio reducido de tres para jubilados, estudiantes, familias o grupos. En cuanto a los horarios, varían. De abril a finales de octubre, abre de lunes a domingo entre las 10 y las 20 horas (del 25 de octubre al 31, solo hasta las 18). Entre noviembre y enero, se reduce hasta las 17 horas y en febrero y marzo aumenta de nuevo hasta las 18.
Los alrededores de Lloret de Mar: Rutas de senderismo y playas
Vistas desde el camino de ronda a Cala Banys
Como te hemos dicho, los alrededores de la villa catalana son de gran belleza. Para disfrutarlos, tienes varias rutas de senderismo, pero te mencionaremos dos que coinciden con caminos de ronda. Por si no lo sabes, recibían este nombre los que recorrían la Costa Brava permitiendo a la Guardia Civil controlar las fronteras marinas impidiendo el contrabando. Ambos se integran en el sendero mediterráneo GR92.
El primero es el Camino de Ronda Lloret-Tosa de Mar. Empieza en el paseo marítimo de la primera y pasa por el castillo d’en Platja y la punta des Cabdells. Pero, sobre todo, atraviesa lugares mágicos como las calas salvajes de Porto Pi, Figuera y otras. Tiene una longitud aproximada de doce kilómetros y termina en la playa des Codolar de Tosa.
En cuanto al segundo camino de ronda, une Lloret con Blanes y es más corto, pues mide unos ocho kilómetros. Pero las vistas son, igualmente, maravillosas. Atraviesa bosques de pinos y encinas así como vertiginosos acantilados que te ofrecen impresionantes vistas y que se combinan con pequeñas calas llenas de encanto.
La playa de Santa Cristina
Puedes bañarte en ellas. No obstante, si prefieres una playa más grande, tienes varias entre las que ver en Lloret de Mar. En estas, además, puedes disfrutar de actividades como el submarinismo, las motos acuáticas, los patines o el kayak.
La principal es la llamada de Lloret por encontrarse en pleno casco urbano. Mide más de un kilómetro y medio y cuenta con todos los servicios. Pese a estar toda unida, la tradición de la villa la divide en Vilaval, Reiner y Venecia. Ostenta el distintivo de bandera azul. Algo más pequeña es la playa de Fenals, que ya te hemos mencionado y que también ha recibido ese reconocimiento. Por su parte, la de Santa Cristina se extiende entre la punta de Levante y las rocas de Es Canó. Cerca de esta se encuentra la de Treumal, que es más tranquila que las anteriores, pues la rodea un bosque frondoso. Finalmente, como te hemos mencionado anteriormente, el término municipal de Lloret dispone de preciosas calas, algunas semisalvajes. Entre ellas, Sa Caleta, Cala Boadella y Cala Banys.
En conclusión, te hemos mostrado qué ver en Lloret de Mar. Como has podido apreciar, es mucho lo que te ofrece esta preciosa localidad de la deslumbrante Costa Brava. Anímate a visitarla y aprovecha también para conocer o redescubrir Barcelona, que siempre tiene novedades que mostrarte.