Castrillo de los Polvazares

Castrillo de los Polvazares

La localidad de Castrillo de los Polvazares es uno de esos pueblos típicos que debes visitar, al menos, una vez. Se encuentra en la comarca de la Maragatería, concretamente en el municipio leonés de Astorga, a apenas seis kilómetros de la capital.

Castrillo ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico de alto Valor Monumental y Patrimonio de la Humanidad. Se extiende, principalmente, a lo largo de la calle Real, por la que transita el Camino de Santiago. De hecho, en el pasado sus habitantes fueron, sobre todo, arrieros que comerciaban entre Castilla y Galicia y que alcanzaron una importante influencia social y política en la zona durante los siglos XVI al XIX. Pero, sin más preámbulos, vamos a contarte qué ver y qué hacer en Castrillo de los Polvazares.

Qué ver en Castrillo de los Polvazares

Calle de Castrillo de los Polvazares

Una calle típica en Castrillo de los Polvazares

Como ya te hemos dicho, Castrillo pertenece a la comarca de la Maragatería respecto a cuyo nombre hay varias hipótesis. Una de ellas dice que se debe al rey visigodo Mauregato, mientras que otros estudiosos lo atribuyen a la expresión latina mauri captivi (moros cautivos), aludiendo a que sus pobladores iniciales eran musulmanes capturados durante el avance de las tropas cristianas.

Pero más curiosa aún es la teoría de Laureano Rubio, profesor de la Universidad de León. Dice que «maragato» se debería al trabajo arriero de sus habitantes. Como llevaban pescado desde Galicia, es decir, el mar, hasta Madrid (cuyos vecinos son llamados gatos), se habría generado maragatos.

En cualquier caso, la Maragatería creó su propia idiosincrasia que se aprecia, incluso en el aspecto de Castrillo de los Polvazares. Lo primero que llamará tu atención es lo bonito y cuidado que está pese a no tener ya muchos habitantes. Te aconsejamos que, a tu llegada, dejes el coche en el aparcamiento que hay en la entrada oeste a la villa. Esta se recorre perfectamente andando, aunque no está prohibido hacerlo en el vehículo.

Las casas típicas

Casa típica en Castrillo de los Polvazares

Casa tradicional de arrieros en Castrillo

Lo primero que debes ver en Castrillo de los Polvazares es su caserío típico. Son cosntrucciones antiguas edificadas con piedra rojiza y tejas de cerámica. Pero en ellas también se aprecian las diferencias sociales que había entre sus moradores. Las viviendas que tienen grandes portadas con arcos de medio punto pertenecían a los arrieros más ricos. Estos las necesitaban para introducir sus carros. En cambio, las casas que tienen pequeñas puertas con dintel eran propiedad de los asalariados que carecían de vehículos y trabajaban para los primeros.

Asimismo, en algunas de ellas verás escudos heráldicos. Esto se debe a que, si bien los arrieros eran trabajadores, como te decíamos fueron adquiriendo poder e influencia y algunos llegaron a obtener títulos nobiliarios. Buena muestra de ello son las casas de los Salvadores, de Luaces y de Rodríguez. Finalmente, las ventanas de las viviendas están pintadas en verde, mientras que sus marcos son blancos y, en el interior, se disponen en torno a un patio central.

Todas estas construcciones presentan una curiosa uniformidad, aunque las más grandes poseen balcones o galerías, y se suceden a lo largo de calles empedradas. Muchas de las casas son hoy restaurantes donde puedes saborear el delicioso cocido maragato, del que te hablaremos más adelante, aunque también hay talleres de cerámica y forja. Pero antes vamos a ver otros monumentos de Castrillo de Polvazares.

La iglesia de San Juan Bautista y otras construcciones de interés

Iglesia de San Juan en Castrillo

Iglesia de San Juan Bautista en Castrillo de los Polvazares

Esta villa leonesa nunca ha estado muy habitada, ni siquiera en sus tiempos de esplendor. Por ello, solo cuenta con el templo de San Juan Bautista, una iglesia típica del Camino de Santiago con una sola nave y espadaña de doble campanario en el tejado. Asimismo, en armonía con las casas, fue construida en piedra roja y teja de cerámica.

También dispone de un pórtico en el que se celebra la tradicional boda maragata, un acto de gran valor antropológico. También te hablaremos más delante de esta celebración. Y, ante el templo, tienes una plazuela donde se rinde homenaje a la escritora Concha Espina, quien no era de la villa, pero escribió un relato titulado, justamente, La esfinge maragata.

Finalmente, puedes ver en Castrillo de los Polvazares dos puentes. El antiguo, muy primitivo y bastante rudimentario, se sustenta sobre lajas de piedra y posee un tablero de hormigón. En cambio, el más moderno se construyó a principios del siglo XX y sirve a la carretera LE-142 que une Astorga con Ponferrada. En su caso, está edificado en sillería y piedra y su tablero se sujeta mediante una gran viga con celosía.

El valor etnográfico de la Maragatería

Traje maragato

Traje maragato de hombre

Como ya te hemos anticipado, al igual que ocurría con otros gremios medievales, los maragatos tenían sus propias costumbres. Vestían ropas singulares y creaban una música peculiar en la que los tamboriteros tenían mucha importancia. Entre sus costumbres más peculiares estaba la covada. Esta consistía en que, al nacer un bebé, el padre se acostaba con el recién llegado y recibía la felicitación de sus vecinos.

También era un rito curioso la arada, vinculada a la fertilidad. En Año Nuevo, hombres vestidos con pieles, máscaras y cencerros recorrían el pueblo siguiendo al Birria, personaje con atuendo todavía más exagerado que les servía como guía. Después, acompañados por otros hombres vestidos de mujer y portando una tiva o arado de madera, simulaban arar la nieve.

Pero, sin duda, el vestigio más importante que se ha conservado de la cultura maragata es su típica boda, que incluye ritos ancestrales. Vamos a describirte con brevedad en qué consiste. Primero se extiende el «rastro», que une con paja las casas del novio y de la novia. Luego, rondando de noche a la puerta de esta última, se hacen los mandamientos del amor. Y, a continuación, es el pago de las cintas. Con este, se establece el derecho para las futuras hijas del matrimonio de bailar en la «entrada» del baile.

Ya el día de la boda, de madrugada, el tamboritero recorre el pueblo hasta la casa de la novia acompañado por mozos que tocan las castañuelas. También va el padrino, que llama a la puerta de aquella y dice venir a cumplir la palabra empeñada. A esto responde el padre de la novia que, en efecto, se cumpla. Luego los cortejos se dirigen a la iglesia, en cuyo pórtico tiene lugar la ceremonia. Pero, tras esta, no acaba la celebración.

Al terminar, los ya casados son bañados en arroz como símbolo de fecundidad. Y empieza el Desfile de los Mazapanes hasta, de nuevo, la vivienda de la esposa. Allí se han preparado dos tronos en los que se sientan los desposados. A sus pies, se colocan esos mazapanes y el padrino les arroja trigo, igualmente, para pedir fecundidad. Por último, antes de la comida, se desarrolla la Carrera del Bollo, durante la que dos mozos compiten para hacerse con esta pieza dulce (históricamente, se trataba de una onza de oro).

La gastronomía maragata en Castrillo de los Polvazares

Cocido maragato

Los platos que componen el cocido maragato

La comida también forma parte de la etnografía en Castrillo de Polvazares. Pero queremos hablarte de ella aparte por su gran valor y fama. Destaca, sobre todo, el llamado cocido maragato, que puedes saborear en cualquiera de los restaurantes y mesones de la localidad astorgana. Quizá no lo sepas, pero, curiosamente, se come al revés que los platos similares de otras regiones.

En primer lugar, se saborean las carnes. Principalmente, se trata de pechuga de gallina; costilla y morcillo de vaca, así como chorizo, lacón, morro, manitas y otras partes del cerdo. Con ellas, se sirve el relleno, que se hace con huevo, pan, perejil y ajo. Asimismo, aunque se pase al segundo plato, las carnes no deben quitarse nunca de la mesa.

Este se compone de garbanzos con distintas verduras, principalmente, patata, repollo y zanahoria, a las que se echan pimentón dulce. También se pueden aliñar con aceite y vinagre. Por último, se toma la sopa. Hay quien la mezcla con los garbanzos, pero los más puristas rechazan esta práctica. Si, después de tan opípara comida, todavía tienes sitio para un postre, te diremos que el adecuado en la Maragatería son las natillas con bollo o galletas y canela.

Natillas

Natillas con bollo, el postre típico después del cocido maragato

Nos parece interesante explicarte por qué el cocido maragato se come en un orden tan peculiar. La teoría más aceptada lo relaciona con el propio trabajo de los arrieros. Estos llevaban sus propias fiambreras de carne conservada y paraban en las ventas para comerla. Pero, luego, para entonar el cuerpo, solían pedir algo caliente como una sopa de verduras. Sin embargo, otra tesis vincula el orden del cocido maragato con la Guerra de la Independencia. Durante ella y ante la inminencia del ataque de las tropas francesas, los españoles comían primero las partes del menú más nutritivas para estar fuertes en la batalla.

Precisamente, en Castrillo de los Polvazares se han desarrollado cada cierto tiempo unas jornadas napoleónicas muy interesantes que recreaban la batalla entre ambos ejércitos ocurrida en 1810. Por mejor decir, se reproducían dos combates. En el primero, los galos tomaban el pueblo, pero luego contratacaban los hispanos para recuperarlo, además, rescatando al cura y al corregidor, presos de los primeros.

En conclusión, te hemos mostrado todo lo que puedes ver y hacer en Castrillo de los Polvazares. Como has podido ver, se trata de una joya tanto desde el punto de vista etnográfico como monumental e histórico. Tan solo nos queda aconsejarte que, si visitas este pueblo, también te acerques a otras localidades preciosas de la zona como la propia Astorga, Santa Colomba de Somoza o Luyego. Anímate a descubrir esta preciosa zona de la provincia de León.


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