Geoda de Pulpí

La geoda de Pulpí es una de esas maravillas naturales que tenemos bajo nuestros pies y que, hasta hace poco tiempo, no conocíamos. De hecho, fue descubierta en diciembre de 1999 por el Grupo Mineralogista de Madrid.

Sin embargo, se trata de la geoda más grande del mundo. Es muy famosa la Cueva de los Cristales de Naica, que se encuentra en Chihuahua, el conocido estado de México. Y, en efecto, es otra auténtica maravilla creada por la naturaleza. Pero no puede calificarse, en sentido estricto, como geoda, ya que no se encuentra totalmente cubierta por cristales. A continuación, vamos a explicarte todo lo que necesitas saber acerca de la geoda de Pulpí, pero, antes, debemos hablarte de en qué consiste este fenómeno.

¿Qué es una geoda?

En geología, recibe este nombre una cavidad en la roca generalmente cerrada y redonda que se halla completamente tapizada por cristales. El propio término geoda, que procede del griego y viene a significar «parecida a la tierra», ha sentado el debate acerca de si las drusas o cuevas similares, pero aplanadas, también pueden considerarse como tales.

Pueden darse en cualquier tipo de rocas. Pero, normalmente, aparecen en las sedimentarias o en las de origen volcánico. En cuanto a su proceso de formación, sería muy largo explicarlo. Pero, a grandes rasgos, las geodas se producen de dos formas. La primera se da cuando, tras una erupción de lava, quedan bolsas de aire en las rocas. Estas permiten que se filtren aguas subterráneas que, a su vez, traen minerales que se instalan en esos huecos. Respecto a la segunda, tiene su origen en cavidades que quedan después haber extraído de la roca alguna de sus partes.

Tanto en un caso como en otro, el cuarzo está muy presente en las geodas. Esto se debe a que es muy abundante en forma de fluido en el subsuelo y también a que tiene gran capacidad de cristalización y se erosiona muy lentamente.

Por otra parte, existen muchas cavidades de este tipo en el mundo. Ya te hemos mencionado la de Naica, pero también se encuentran en varias zonas de Estados Unidos, concretamente en California, Utah, Arizona o Indiana. Vamos a mostrarte algunas de ellas.

Otras geodas famosas

La Cueva de los Cristales se descubrió al explotar el yacimiento minero de Naica, a trescientos metros de profundidad. Se desconoce exactamente su longitud, ya que todavía no ha sido suficientemente explorada. Esto se debe a que, sin protección, solo puede permanecerse en ella unos diez minutos por sus condiciones medioambientales. Su temperatura alcanza los 58 grados centígrados y la humedad relativa es mayor del 90 %.

No obstante, se han encontrado en la cavidad algunos de los cristales de selenita más grandes del mundo. El mayor de ellos tiene una longitud de 12 metros y un diámetro de cuatro, así como 55 toneladas de peso. Los responsables del hallazgo de esta cavidad fueron los hermanos Javier y Eloy Delgado en 2000.

Otra maravilla de la naturaleza es la llamada Caverna de Cristal, que se encuentra, justamente, en Utah. Sus cristales son de celestina y bastante más pequeños que en Naica, pues miden en torno a un metro. Además, buena parte de ellos fueron destruidos porque la cueva se explotó durante un tiempo con el fin de obtener estroncio. Sin embargo, hoy está incluida en el Geode State Park y puedes visitarla.

Por otra parte, volviendo a España, existen geodas en lugares como las Hoces del río Duratón, en Segovia; en la comarca de La Manchuela de Albacete; en Calatayud (Zaragoza) y en la Cueva de las Palomas de Castellón. Pero ya es momento de que nos centremos en la geoda de Pulpí.

Características de la geoda de Pulpí

Como te decíamos, se trata de la más grande del mundo, pues tiene una longitud de ocho metros, un ancho de 1,8 y una altura de 1,7. Pero lo más importante es que se halla completamente tapizada por cristales de yeso selenítico. Algunos de ellos llegan a medir casi dos metros y presentan una impresionante transparencia y buen estado de conservación.

Tras un proceso de restauración de la Mina Rica, bajo la cual se encuentra, la geoda de Pulpí abrió al público en 2019. Asimismo, junto a ella, se edificó un centro de recepción de visitantes que ha sido ampliado en 2023.

Cómo visitarla

Si quieres descubrir esta maravilla de la naturaleza, tendrás que reservarlo previamente en su página web. Por otra parte, a la hora de realizar la visita, debes saber que no podrás llevar a tus hijos pequeños. Por seguridad, no se permite la entrada a menores de ocho años. Asimismo, no puedes llevar chanclas ni zapatos abiertos o de tacón y tendrás que ponerte una mascarilla para una mejor conservación de los cristales.

Por otra parte, la visita no solo incluye la geoda de Pulpí, sino que también se pasa por la ya citada Mina Rica. En total, lleva una hora y media andando. No tiene excesiva dificultad, ya que las galerías son amplias. Sin embargo, se bajan varios tramos de escaleras, uno de ellos de caracol. Hay un ascensor, pero solo evita este último, los demás deben hacerse a pie.

Finalmente, está prohibido sacar fotografías. Las hacen los guías y puedes encargar copias en la tienda del centro de interpretación. Te las enviarán por correo electrónico a casa. En cuanto a los precios, no podemos dártelos con exactitud porque pueden sufrir variaciones. Sin embargo, cuando nosotros hicimos la visita, pagamos 22 euros. Por su parte, los menores de 16 años abonaban 10 y jubilados, familias numerosas y discapacitados 15.

¿Cómo llegar a la geoda de Pulpí?

El municipio de Pulpí se encuentra en la provincia de Almería y el fenómeno geológico que le ha dado fama está en la pedanía de Pilar de Jaravía. Para llegar hasta el pueblo, debes viajar por la carretera A-1205 y desviarte por la calle Sierra de los Filabres hasta alcanzar las faldas de la Sierra del Aguilón, donde está la geoda.

En conclusión, te hemos contado todo lo que debes saber acerca de la geoda de Pulpí, que es un espectacular capricho de la naturaleza. Tan solo nos queda aconsejarte que, si la visitas, también te acerques a Almería, la preciosa e histórica capital de la provincia. Aunque ambas localidades están separadas por 118 kilómetros, el esfuerzo merece la pena. Anímate a descubrirlas.