Playas de Girona

La playa de Blanes

Hablar de las playas de Girona es hacerlo de las de la preciosa Costa Brava. Esta se extiende desde Blanes hasta Port Bou, ya en la frontera con Francia. Por tanto, incluye, en la práctica, todo el litoral de la provincia gerundense.

Por su ubicación privilegiada, todos estos arenales tienen una impresionante belleza y no es fácil hacer una selección de ellos. Destacan por sus arenas doradas y por sus aguas cristalinas, pero también por su agreste entorno. Sin más preámbulos, vamos a hablarte de las playas de Girona. Pero antes queremos detenernos a mostrarte la Costa Brava.

La maravillosa Costa Brava

Islas Medas

Las espectaculares islas Medas

Este término fue acuñado por el periodista Ferrán Agulló a principios del siglo XX para denominar la zona, precisamente, por lo escarpado de su litoral. Era una época en que comenzaban a llegar a la zona turistas extranjeros y hacía falta atraerlos con un nombre pegadizo. En todo caso, la denominación hace justicia a esta parte de Cataluña. Sus costas están llenas de vertiginosos acantilados y promontorios rocosos que enmarcan preciosas playas y calas. Porque el litoral de la provincia de Girona no solo cuenta con estas últimas, sino que también te ofrece otras maravillas naturales.

Buena muestra de ellas es el Parque Natural de Cabo de Creus. Lo conforman casi catorce mil hectáreas pertenecientes a municipios como Cadaqués, Rosas, La Selva de Mar o Vilajuiga. Es un paisaje esculpido tanto por las bravas aguas de la zona como por el fuerte viento de tramontana, que le han conferido su abrupto perfil. Asimismo, sus maravillosas vistas del cabo de Creus han sido inspiración para muchos pintores.

Otra de las joyas en torno a las playas de Girona es el Parque Natural de las Marismas del Ampurdán. Como su propio nombre indica, se trata de un conjunto de marismas formadas en la desembocadura de los ríos Fluvià y Muga. Sus casi cinco mil hectáreas están incluidas en municipios como Perelada, Castellón de Ampurias, Pedret y Marsá o La Escala. Pero su mayor importancia reside en que constituye un hábitat de enorme valor ornitológico, sobre todo para especies migratorias.

Por su parte, las islas Medas forman un pequeño archipiélago de siete islotes que, en realidad, son las últimas estribaciones de la sierra de Montgrí. Se encuentran a apenas novecientos metros de Estartit y están consideradas reserva marina por su valor ecológico. Además, si te gusta el submarinismo, puedes practicarlo en sus impresionantes cuevas. Finalmente, Ses Negres es otra reserva marina ubicada en Begur, de cuyas playas te hablaremos más adelante. Se extiende a lo largo de ochenta hectáreas y casi mil quinientos metros de costa entre las calas de Aiguafreda y Sa Riera. Asimismo, incluye los imponentes acantilados que forman las montañas de Begur.

Una vez te hemos mostrado algunas maravillas de la Costa Brava, ha llegado el momento de centrarnos en sus arenales: las playas de Girona. Muchas de ellas ostentan el distintivo de Bandera Azul que concede la Unión Europea. Asimismo, entre ellas las hay extensas y abiertas al mar, pero también otras que son pequeñas y recónditas calas rodeadas de vegetación y solo accesibles desde las aguas. Vamos a mostrarte algunas de las mejores.

Playa de El Castell

Playa de El Castell

El Castell, una de las más bonitas playas de Girona

Precisamente, esta maravillosa playa forma parte de un espacio de interés natural, el de cien hectáreas que constituye la desembocadura del canal del Aubí. Por eso, es un arenal casi virgen de unos trescientos metros de largo por cincuenta de anchura y rodeado por pinos.

Pese a esto, cuenta con todos los servicios. Dispone de socorristas en temporadas de verano, aparcamiento, alquiler de hamacas e incluso una escuela de kayak. Disfrutarás como en pocos lugares bañándote en sus aguas cristalinas. Pero, además, puedes tomar el camino de ronda que lleva hasta Calella de Palafrugell para hacer un poco de senderismo y encontrarás otras preciosas calas como la Foradada, Estreta o la del Crit.

Finalmente, en uno de sus extremos puedes ver un yacimiento arqueológico. Se trata del poblado íbero de Castell, que estuvo habitado por los indigetes y que vivió su etapa de máximo esplendor en los siglos IV y III antes de Cristo.

Cala Pola, una de las más recónditas entre las playas de Girona

Cala Pola

La recóndita Cala Pola

Esta pequeña cala es un tesoro casi oculto para el que no conozca la zona, porque se halla en un lugar recóndito y resguardada por grandes promontorios rocosos. Concretamente, se encuentra en el municipio de Tosa de Mar y conforma uno de los paisajes más bonitos de su territorio.

Apenas tiene setenta metros de longitud por cuarenta de anchura y su arena es blanca y gruesa. Puedes acceder a ella por mar y por tierra. Pero, en este último caso, tendrás que hacerlo a pie. Puedes llegar en coche a través de la carretera GI-682 hasta el desvío. Luego has de seguir andando, pero la distancia no es mucha. Solo tienes que cruzar el camping. No obstante, también puedes llegar por el camino de ronda.

Por si no has oído hablar de ellos, te aclararemos que estos caminos eran los que usaba la Guardia Civil en el siglo XIX para vigilar las costas y evitar el contrabando. Hoy han sido transformados para el turismo y te permiten recorrer a pie casi toda la Costa Brava disfrutando de maravillosas vistas.

Volviendo a cala Pola, dispone de lavabos e incluso de un chiringuito. Asimismo, tienes otras preciosas playas en Tosa de Mar. Entre ellas, la Grande, que se encuentra en el núcleo urbano resguardada por su impresionante castillo medieval; las de Llorell o la no menos bonita cala Morisca, envuelta en vegetación.

Playa de Port Bo

Playa de Port Bo

Playa de Port Bo en Calella de Palafrugell

Igualmente, es una pequeña cala ubicada en el precioso casco urbano de Calella de Palafrugell. De hecho, apenas tiene sesenta metros de longitud por veinte de anchura. También se la conoce como playa de las Barcas porque en ella se dejan recogidas las pequeñas lanchas pesqueras de la villa. No en balde, Port Bo es el barrio marinero de la localidad.

Con ellas y con las casas blancas que la rodean, forma un auténtico paisaje de postal. Pero, además, es perfecta para el baño, ya que sus aguas son tranquilas. También es muy agradable para que tomes el sol por sus arenas suaves y blancas. Asimismo, por su carácter urbano, encontrarás cerca muchos bares y restaurantes. Pero, sobre todo, podrás pasear por Calella, un auténtico pueblecito pesquero de la Costa Brava.

Además, si quieres aprovechar tu estancia en la villa, puedes acercarte a conocer el castillo de Cap Roig. Es una construcción ecléctica de principios del siglo XX que recrea las fortalezas medievales y que se encuentra rodeada de un maravilloso jardín botánico.

Playa de la Gola del Ter

Playa de la Gola del Ter

La Gola del Ter, una de las más vírgenes entre las playas de Girona

Viajamos ahora hasta Torroella de Montgrí para mostrarte esta espectacular playa también conocida como de la Fonollera. Se trata de un extenso arenal pues mide casi cinco kilómetros de longitud y debe su nombre a que, en uno de sus extremos, se halla la desembocadura del río Ter.

Se trata de una playa virgen de enorme valor ecológico. De hecho, la zona de la desembocadura está catalogada como reserva natural. Por si todo esto fuera poco, para completar su belleza, tienes frente a ella las islas Medas, de las cuales ya te hemos hablado. Además, si la visitas, a medida que te vayas acercando al mar, verás cómo se forman lagunas en la propia arena, que es dorada y suave.

Si también das un paseo por los alrededores, verás dunas llenas de juncos y, un poco más lejos, varias masías del siglo XIX. Pero, en Torroella, también puedes visitar algunos monumentos. Entre ellos, los palacios de Lo Mirador y Solterra, la iglesia de San Genís, las antiguas murallas y, ya fuera de la villa, el imponente castillo del Montgrí. Este último es una fortificación militar del siglo XIII bastante bien conservada.

Cala de Aiguablava, otra joya entre las playas de Girona

Cala de Aiguablava

La cala de Aiguablava en Bagur

Terminamos nuestro recorrido por las playas de Girona en esta preciosa cala del municipio de Bagur (o Begur en catalán). Lo primero que llamará tu atención si la visitas es el precioso color turquesa de sus aguas, que se debe, en parte, al tipo de arena que la conforma. Por si ello fuera poco, tiene un entorno maravilloso.

Puedes llegar hasta ella tanto en coche como a pie. Asimismo, en verano dispones de transporte público. La cala tiene una longitud de unos ochenta metros y un ancho de, aproximadamente, cuarenta. Pese a sus reducidas dimensiones, te ofrece todos los servicios. Tiene socorrista, duchas y aseos, aparcamiento, alquiler de hamacas y sombrillas e incluso un chiringuito. Además, cuenta con ayuda de voluntarios de Cruz Roja para que las personas con movilidad reducida puedan bañarse en sillas anfibias.

Por otra parte, ya que estás en Bagur, visita el pueblo, que es muy bonito. Debes conocer su castillo medieval, pero también sus torres defensivas del siglo XVI; las numerosas casas de indianos, emigrantes que retornaban de América enriquecidos, y la iglesia gótica de San Pedro. Finalmente, acércate al núcleo románico de Esclanyá.

En conclusión, te hemos mostrado algunas de las mejores playas de Girona. Pero también podríamos haberte hablado de otras no menos bonitas. Por ejemplo, la cala Portaló en Cadaqués, donde se puede practicar el nudismo; cala Montjoi en Rosas, con unos paisajes inigualables, o la de Santa Cristina en Lloret de Mar, tan hermosa como concurrida en verano. Anímate a conocerlas.


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