Hablar de los pueblos más bonitos de Mallorca supone hacerlo de lugares costeros con playas y calas de ensueño, pero también de otros interiores que parecen encajados en la preciosa sierra de la Tramontana y están rodeados de una naturaleza exuberante.
Porque esta isla balear es una maravilla que debes conocer. Es muy bonita la capital, Palma de Mallorca, con su imponente catedral y su castillo de Bellver. Pero, quizá, más belleza aún tiene la zona rural que conserva, en muchos casos, tradiciones milenarias y monumentos inigualables. Pero, sobre todo, que te ofrece la proverbial tranquilidad de esta isla a la que aludió el poeta Santiago Rusiñol. Si quieres conocer los pueblos más bonitos de Mallorca, te animamos a seguir leyendo.
Deià, un imán para los artistas
Precisamente enclavada en la sierra de la Tramontana, la localidad de Deià ha sido tradicionalmente elegida por artistas de diferentes disciplinas para vivir y trabajar. Entre ellos, pintores como Picasso o Esteban Francés y actores como Peter Ustinov. Pero el más famoso de ellos ha sido el escritor británico Robert Graves, autor de Yo, Claudio.
La casa donde vivió gran parte de su vida es ahora un museo. Pero no es el único. También puedes visitar el Arqueológico, el Parroquial, el dedicado al pintor Norman Yanikun o el de Son Marroig, ubicado en la espectacular finca del archiduque Luis Salvador de Habsburgo-Lorena que incluye un monasterio y uno de los miradores más espectaculares de toda la isla: el ubicado frente a la roca Sa Foradada.
En cuanto a sus monumentos, lo primero que llamará tu atención son sus casas de piedra marrón. Pero también te aconsejamos que visites la iglesia de San Juan Bautista, cuya torre también ejerció funciones defensivas junto al mirador de Los Cañones, que está al lado y te ofrece maravillosas vistas de la costa mallorquina.
Porque este precioso pueblo de apenas mil habitantes también tiene litoral. De hecho, puedes disfrutar de playas como las de Cala Deià y Cala Es Canyaret, cuyas aguas color azul turquesa te fascinarán.
Valldemosa, el más popular entre los pueblos más bonitos de Mallorca
Si Deià fascinó a Robert Graves, Valldemosa encandiló al músico romántico Frédéric Chopin y a su pareja, por entonces, la escritora George Sand. Ambos pasaron una temporada en el gran símbolo de este pueblo: su cartuja. Como fruto de ello, la novelista publicó Un invierno en Mallorca y Chopin compuso sus Preludios Opus 28.
Valldemosa también se encuentra en la sierra de Tramontana, lindando, justamente, con Deiá. Es un precioso pueblo de calles estrechas y empedradas en el que destacan la iglesia de San Bartomeu, construida en el siglo XIII siguiendo los cánones del gótico, aunque profundamente reformada en el XVIII y la casa de Santa Catalina Thomas.
También te aconsejamos visitar el Museo Municipal (en la propia cartuja), que alberga obras de Joan Miró; los Jardines del Rey Juan Carlos; el mirador de Sa Miranda dels Lledoners, que te brinda espectaculares vistas de la localidad, y la ermita de la Santísima Trinidad, construida en el siglo XVII.
Pero, como te decíamos, el gran símbolo de este precioso pueblo es la Real Cartuja de Valldemosa. Construida como palacio para el rey Sancho I de Mallorca, fue entregada a los monjes en 1399. Se trata de un impresionante conjunto monumental en el que, además del antiguo monasterio, destaca la iglesia, de factura neoclásica, el claustro, la antigua farmacia y las celdas. Estas últimas albergan, además de una muestra de la vida tradicional de los cartujos, un pequeño museo dedicado a Chopin y George Sand.
Alcudia, historia y playas
Dejamos momentáneamente la montaña para seguir nuestra ruta por los pueblos más bonitos de Mallorca en el litoral. Concretamente, viajamos a Alcudia, situada en una bahía que cierra, por un lado, el cabo Farrutx. Por ello, te ofrece algunas de las playas más bonitas de las islas Baleares. Entre ellas, la del propio paseo Marítimo, la de Sant Joan, la de Sant Pere o la de S’Illot, en el cabo de La Victoria.
Pero el gran encanto de Alcudia está en el propio pueblo, cuyo casco histórico conserva su aspecto medieval. Sus murallas del siglo XIV son las mejor conservadas de la isla. Cuentan con veintiséis torres y cuatro puertas: las de Mallorca, de Moll, de la Vila Roja y Portela. Si quieres verla en todo su esplendor, te aconsejamos que recorras el Camino de Ronda, que además te ofrece unas impresionantes vistas de la bahía de Pollensa.
Pero también debes visitar en esta localidad la iglesia parroquial de Sant Jaume, que encontrarás recorriendo las calles estrechas y empedradas del centro. Y, ya en las afueras, hallarás el yacimiento romano de la antigua Pollentia, villa fundada en el siglo II antes de Cristo.
Por otra parte, Alcudia es un punto de partida ideal para que hagas rutas de senderismo por el espectacular parque natural de La Albufera. Tienes cuatro itinerarios de diferente longitud bien señalizados. Pero, si prefieres el mar, puedes realizar un trayecto en barco por la bahía. También te ofrece maravillosas vistas. Y, si viajas con niños, puedes llevarlos al parque acuático que encontrarás en el puerto deportivo.
Finalmente, te aconsejamos que veas en Alcudia la Casa museo Yannick y Ben Jakober, con sus maravillosos jardines, esculturas y otras obras de arte. Además, está situada frente al mar y te ofrece una impresionante estampa del Mediterráneo.
Sóller y su tren turístico
Llegamos ahora a la preciosa localidad de Sóller. Y, si lo deseas, podemos hacerlo a través del precioso tren turístico que la une con Palma de Mallorca. Conserva la locomotora y los vagones originales de 1912 y atraviesa la ya citada sierra de la Tramontana ofreciéndote maravillosos paisajes. Por si todo ello fuera poco, la estación a la que llega cuenta con exposiciones dedicadas a pinturas de Joan Miró y a cerámicas de Picasso.
Una vez en esta villa, tienes que acercarte a la plaza de la Constitución, su verdadero centro neurálgico. En ella, hallarás la iglesia de San Bartolomé, templo que comenzó a construirse en el siglo XIII, pero que, actualmente, cuenta con una espectacular fachada modernista. Asimismo, en su interior, puedes ver varios retablos góticos y barrocos.
En la plaza también verás los edificios del Ayuntamiento y de un conocido banco, este último una construcción modernista. Pero, si después de viajar en tren, te has quedado con ganas de seguir moviéndote en vehículos tradicionales, puedes tomar el tranvía que pasa por la plaza y te lleva hasta el puerto.
Sin embargo, antes date un paseo por la calle de Sa Lluna, llena de hermosos jardines privados y de tiendas donde puedes comprar un recuerdo de la localidad. Asimismo, en uno de sus extremos se encuentra el museo de Can Prunera, ubicado en un precioso edificio de estilo art nouveau. En la planta baja, se conserva el mobiliario modernista original y, en la primera, una colección de obras del ya citado Picasso, de Kandisnky y de Warhol.
Fornalutx, no solo uno de los pueblos más bonitos de Mallorca
Hemos titulado así el espacio dedicado a esta villa porque, en efecto, no solo es una de las más bellas de Mallorca, sino también es considerada una de las más bonitas de España. Se encuentra, precisamente, entre el valle de Sóller que, cuando florecen los naranjos y limoneros, te ofrece un paisaje inigualable y el macizo del Puig Mayor.
Componen Fornalutx un grupo de calles estrechas que suben y bajan y que están enmarcadas por grandes caserones de piedra. La más espectacular es la Metge de Mallol, que realmente es una larga escalera. A través de estas calles, llegarás al Ayuntamiento, custodiado por una imponente torre defensiva del siglo XVII.
También debes visitar la iglesia de Fornalutx, construida en el siglo XIII, aunque, tras varias reformas, presenta rasgos barrocos. Y la casa nobiliaria de Can Xoroi, que alberga un museo dedicado a la fotografía histórica en la localidad y al arte de las tejas pintadas, una tradición que se remonta al siglo XVII.
Pollensa, el paisaje en su estado puro
No es casualidad que esta villa sea la predilecta de los pintores que visitan Mallorca porque su paisaje, dominado por el imponente cabo Formentor, es realmente espectacular. De él forma parte igualmente la subida al monte de El Calvario, que consta de 365 escalones y que discurre entre cipreses, casas rurales y esculturas. Una vez arriba, no te arrepentirás del esfuerzo porque tendrás maravillosas vistas de la isla.
Pero también debes visitar en Pollensa la iglesia parroquial de la Madre de Dios de los Ángeles, que se encuentra en la plaza Mayor. Si viajas a la localidad de domingo, además, en esta plaza se celebra un precioso mercado tradicional. Y te aconsejamos que veas igualmente el puente romano, el santuario de Puig de María, el convento de Santa María, que alberga el Museo de Pollensa, y la Casa museo Dionís Benassar, donde nació este pintor mallorquín.
En conclusión, te hemos mostrado algunos de los pueblos más bonitos de Mallorca. Pero, realmente, toda la isla es una joya paisajística y monumental. Por ejemplo, también podríamos haber incluido en nuestro viaje Artá, con sus imponentes cuevas; Balyanbufar, con sus terrazas de viñedos, o Capdepera, con su fortaleza amurallada del siglo XIV. ¿No te apetece disfrutar de todas estas maravillas?